El Puente Colgante, bulevar Gálvez, el liso, el faro, Colón, Unión...son los símbolos representativos que hacen al imaginario colectivo de los santafesinos. A esta lista se le debe sumar necesariamente el toro ubicado en la Av. Blas Parera 9699, en su intersección con calle Combatientes de Malvinas.
Para aquellos que habitan el norte de la capital provincial la estructura del vacuno, que no es otra cosa que un tanque de agua, guarda la añoranza de recuerdos de un tiempo que pasó. En épocas donde no había GPS ni Google Maps, el animal de chapa sirvió de faro para quienes visitaban esa porción de la ciudad.
“Del toro pa dentro”, es una de las frases que representan la importancia de la estructura a la hora de ubicar geográficamente a los “forasteros” que llegaban al norte capitalino. Tal es el arraigo del gigante vacuno que cada vez que se lo menciona en El Litoral, llegan innumerables comentarios en las redes sociales y canales de contacto con los lectores.
A fines de la década de 1960 se finalizaron los trabajos. Desde entonces, es el punto de referencia para los barrios del extremo norte de la ciudad. Foto: Manuel Fabatía
“Mi abuelo”
“Soy nieta de unos de los creadores de esa majestuosa imagen”, con esas palabras una santafesina se contactó con El Litoral para aportar su testimonio. Se trata de Gisela Boasso y su abuelo, Pedro José Boasso, fue uno de los que construyó al toro.
“Él trabajaba para la empresa Silva, en la década del ‘60 y tenía 38 años cuando empezó la construcción de ese ‘monumento’. Cuando terminaron esa obra, siguió con la edificación de las casitas donde se encuentra la iglesia Santa Rita, en el barrio que lleva ese nombre”, comentó.
El "faro" del norte. El tanque de agua es la referencia para los vecinos de la zona. Foto: Manuel Fabatía
“Mi abuelo siempre me contaba cómo fueron esos tiempos, los compañeros que tenía para esa obra y que fue muy especial su construcción ya que fue hecho con monedas de bronce, sobre todo en las patas y debajo de la barriga. No se ven a simple vista porque están recubiertas, me explicaba”, sumó Boasso.
Al ser consultada, la vecina lamentó no contar con las imágenes. “Había fotografías y recortes pero se perdieron en la inundación”, aseguró la familiar de uno de los hacedores del toro.
En otro tramo del contacto, la mujer augura: “Ojalá quede como un monumento histórico porque la verdad representa mucho la zona. La frase ‘del toro pa dentro’ es tal cual y nos identificamos mucho.
La obra
Fue construido en 1968. Quien encabezó la obra fue un hombre de la localidad de Roldan, llamado Santiago Dassie que estuvo acompañado por Boasso y otros ayudantes. Está hecho de chapa de 4 mm y fue moldeado a martillazos; tomando como referencia un toro de 45 cm. Se trata de un tanque de agua, de unos cuatro mil litros, originalmente pensado para un curtiembre que funcionaba en el lugar.
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