Ahora sí, a navegar la laguna Setúbal sin problemas. O al menos sin impedimentos. Porque los embalsados que se habían atascado entre los antiguos pilotes ferroviarios, en la desembocadura de la laguna sobre la Costanera Este, se fueron. ¿Cómo? El repunte del río y el intenso viento sur que sopló este martes se los llevó. Y ahora, al menos por el momento, se liberó la navegación hacia el sector de la laguna que da hacia el barrio El Pozo, sobre la costanera Néstor Kirchner.
El tema fue la novelita de principio de año. Ni la Municipalidad ni la Prefectura tenían injerencia ni responsabilidad para retirar los embalsados atascados desde hacía ya dos meses. Es que se trató de un fenómeno natural. Y deportistas acuáticos -de Sup, remo y vela- se quedaron imposibilitados de utilizar el precioso espejo de agua que es emblema de la ciudad, en su sector sureste, a orillas de barrio El Pozo.
La Municipalidad había dicho en su momento que “la incumbencia sobre el río es de Prefectura Naval”. Y adujeron: “Hemos pedido que revisen la factibilidad técnica de retirar esos camalotes porque el Municipio no tiene la capacidad técnica adecuada y no es su jurisdicción", como sí lo es el mantenimiento de las playas.
También indicaron por entonces que intentaron quitar la vegetación, en una gestión de buenos oficios, con las lanchas de los Guardavidas; pero éstas no cuentan con la potencia suficiente para removerla.
Por su parte, desde Prefectura Naval sostuvieron que remover los camalotes no es función específica de ese organismo, el que ejerce una tarea más bien policial y de control sobre las aguas navegables, entre ellas, ríos y lagos. “En lo concerniente a contaminación derivada de la actividad de buques o de artefactos navales, esta cuestión (de los camalotes) que es propia de la naturaleza y del litoral santafesino, nada tiene que ver con nuestra función específica", explicó el prefecto principal Marcelo Hidalgo, jefe de la Prefectura Naval Argentina de Santa Fe. “Además de no ser nuestra función sacar los camalotes, si los sacamos, estaríamos degradando el ambiente porque el camalote es la flora acuática que entre otras funciones aporta oxígeno para el desarrollo de la vida en el río”, sostuvo en su momento.
Desde el sector de la investigación científica, la doctora en Ciencias Biológicas, Melina Devercelli, estudia el comportamiento de las plantas acuáticas de la Setúbal. Ella explica que se trató de un fenómeno natural y que es la misma naturaleza la que deberá corregir esto, como finalmente ocurrió ahora. "La creciente hizo que saliera de las lagunas la vegetación natural que coloniza y producto de la bajante algunas quedaron en la misma Setúbal. No son sólo camalotes sino también otras especies de la región. Esas hidrófitas están allí, algunas enraízan y otras no. Con una creciente esa vegetación va a volver a salir de la Setúbal. Sabemos que imposibilita algunas prácticas náuticas. Creemos que lo mejor es tratar de adaptarnos a la situación y aprovechar el paisaje diferente que nos brinda la naturaleza. Nuestros ambientes son dinámicos y están en permanente cambio".
Lo cierto es que tuvo que aparecer la naturaleza para resolverlo. Y ahora ya se puede navegar sobre la costanera Kirchner. Pero ojo, porque la naturaleza los puede volver a depositar en el mismo lugar.