Arq. Carlos Borra (*)
El puente peatonal sobre la Av. Mar Argentino unirá dos realidades diferentes.
De un lado, el barrio Centenario, una zona urbanizada, organizada y que cuenta con servicios, más allá de la pobreza que se extiende en sus márgenes.
Del otro lado, Varadero Sarsotti, una especie de polígono poco conocido por la mayoría de los santafesinos en el que se expresan crudamente la pobreza y la indigencia de manera conmovedora.
Según el Censo 2001, en este sector vivían aproximadamente 2.600 personas (los datos del Censo 2010 no están aún disponibles), lo que representaba un incremento del ciento por ciento con relación al Censo de 1991. Mientras el resto de la ciudad había crecido poco más del 5%, la población de Varadero Sarsotti se había duplicado.
Sin embargo, alrededor del 50% de esos habitantes tenían menos de 14 años. Es decir que, los que pueden, abandonan el lugar y sólo quedan aquellos muy chicos o quienes no logran escapar de la miseria.
El barrio creció sobre el viejo lecho del río Salado, donde se construyeron terraplenes para proteger la estructura de encuentro entre la Av. Mar Argentino y el Puente Carretero. Estos terrenos fueron usurpados por gente que no tenía dónde vivir. Durante 2003, soportó la crecida del Salado y sólo se inundó durante algunos días por el agua de lluvia.
La zona necesita ser incluida y organizada desde lo urbanístico y desde lo sociocultural. Es imprescindible avanzar en la integración, porque esa gente se fue asentando en torno de la basura. El nuevo puente servirá de mucho.
(*) Actual secretario general de la UCSF. Siendo docente de la Facultad de Arquitectura, estudió en profundidad las características de Varadero Sarsotti.