El cura párroco de la basílica Nuestra Señora de Guadalupe, presbítero Olidio Panigo, no caía en sí de tanta sorpresa. Hace unos días, en la sacristía, mientras acomodaba cosas viejas, encontró unas extrañas cajas de metal. Las cajas contenían cintas fílmicas que testimonian un evento religioso histórico: el coronamiento de la imagen de la Virgen de Guadalupe, que ocurrió el 22 de abril de 1928, movilizó a una multitud de feligreses y que tuvo repercusión local, nacional e internacional.
“Son seis rollos de 10 minutos cada uno. Es milagroso el buen estado en el que están las cintas. Las cajas de chapa (en las que se encontraban las cintas) estaban cerradas, y la humedad no las percudió”, dijo el padre Panigo, en una entrevista realizada en el programa “En el Umbral”, que se emite los miércoles por Cable y Diario. Las películas fueron enviadas a Buenos Aires para su análisis y restauración: serán digitalizadas. Se estima que el año próximo serán devueltas.
El sacerdote contó que en 1928 se había contratado a una empresa de Buenos Aires para filmar toda aquella celebración. En los registros fílmicos hallados -aún se desconocen sus contenidos- seguramente se verá la larga peregrinación desde la plaza 25 de Mayo hasta la iglesia. Luego de la peregrinación, la celebración pontificia se realizó fuera de la basílica.
“Aquel evento marcó a la ciudad en ese momento, porque vinieron obispos de todo el país, e incluso una peregrinación desde México. Miles de peregrinos se movilizaron”, explicó Panigo. Cabe recordar que Nuestra Señora de Guadalupe es una aparición de la Iglesia Católica de origen mexicano, cuya imagen tiene su principal centro de culto en la Basílica de Guadalupe de México DF.
Más allá de este significativo hallazgo, Panigo adelantó que en la casa parroquial de la basílica, que se inauguró en 1910, se tiene proyectado crear un museo de arte sacro, algo que no hay en la ciudad. “Esa casa está en mal estado edilicio; entonces, nuestra idea es ponerla en valor y allí montar el museo. Hay muchísimos elementos históricos del arte sacro que tienen un valor inconmensurable”, subrayó Panigo.
Recordó el retablo religioso que hizo el religioso Francisco Javier de la Rosa que se quemó, en 1913. “Tiene un angelito muy pequeño (querubín) bellísimo. Pero hay un montón de otros objetos muy valiosos”, subrayó. Ahora se está construyendo una parte del salón del peregrino (para reuniones). “Y luego vendrá la restauración de la casa parroquial; llegado el momento se necesitarán fondos. No obstante, nuestra idea es lograr un museo de arte sacro, que contribuiría a construir la identidad católica en la ciudad”, concluyó el sacerdote.