Los habitantes se reunieron el viernes preocupados por la nocturnidad y al día siguiente hubo un crimen a la salida de un boliche. Este lunes se vuelven a reunir en la Vecinal para avanzar en busca de respuestas de las autoridades.
El violento crimen producto de una balacera ocurrida el domingo por la madrugada en inmediaciones de un boliche ubicado en el residencial barrio Candioti Sur incrementó la latente preocupación de los vecinos de la zona, que ahora buscan respuestas de parte de las autoridades.
La crónica policial del domingo dio cuenta de un enfrentamiento con disparos de armas de fuego durante la madrugada que terminó con un hombre muerto y dos personas heridas de bala (ver más en la sección Sucesos). El hecho ocurrió cuando cientos de personas se retiraban de un boliche ubicado en la manzana comprendida por las calles Sarmiento, Fray Justo Santamaría de Oro y avenida Alem. Y mientras los vecinos del barrio que es residencial intentaban conciliar el sueño. Muchos de ellos "terminaron debajo de sus camas, invadidos por el miedo", le contó a El Litoral la referente de la Vecinal Candioti Sur, Susana Ordíz.
Ya el viernes previo al tiroteo los vecinos del barrio se habían juntado en la Vecinal, ubicada en M. Candioti y Diagonal Batalla de Caseros, junto a la placita del barrio. Querían hablar entre ellos sobre los problemas del barrio. Es que están muy preocupados por todo lo que allí ocurre durante la nocturnidad. No sabían que al día siguiente ocurriría esta tragedia.
Los problemas
Los mayores problemas son los ruidos molestos, el estacionamiento en zonas indebidas, los baños improvisados (hacen sus necesidades en los espacios verdes y zaguanes de viviendas particulares), la reducción del tránsito por la presencia de los balcones gastronómicos, la acumulación de residuos, el humo de las chimeneas. Son problemas de larga data y los habitantes de ese barrio de la ciudad vienen manifestando su cansancio desde hace mucho tiempo. A ello se le suma ahora la violencia criminal con la que amanecieron el domingo.
Por todo ello, este lunes desde las 19 horas tenían previsto llevar a cabo una nueva reunión en la Vecinal, de la que iban a participar en su mayoría las y los vecinos de la zona a donde funciona el boliche. "Estamos muy preocupados", resumió Ordíz.
Reclaman por el boliche
"Hace cinco años que presentamos notas, no queremos que cierren el boliche, sino que lo trasladen a otro lugar", sostienen desde la Vecinal. "Vamos a presentar una nota en ese sentido", anticipó Ordíz.
La normativa vigente habilita el funcionamiento del boliche en barrio Candioti Sur. Sin embargo los vecinos pretenden que lo trasladen. Según pudo averiguar El Litoral, ese día además hubo inspección municipal y estaba todo habilitado -le aseguró una fuente municipal a este medio-, incluso policía adicional adentro del boliche.
Hace varios años que la Municipalidad reordenó la nocturnidad y trasladó los boliches de la Recoleta a un predio sobre la ruta nacional 168, frente a la Ciudad Universitaria. Allí los dotó de infraestructura para su funcionamiento. Sin embargo la misma norma habilitó también la posibilidad de la realización de este tipo de actividades en zonas como el Puerto y sus adyacencias, y en el norte de la ciudad.
Es el Concejo Municipal el órgano que tiene el poder de cambiar esta regulación que ordena a la ciudad. Para ello es necesaria la discusión de alguna modificación de la normativa vigente, su aprobación y ratificación de parte del Ejecutivo.
"Vamos a presentar otra nota para que se cambie esto", insistió la Vecinalista. "En los últimos años barrio Candioti se ha trastocado totalmente. El caso de quien arrojó una botella de hielo desde un balcón hacia un pub a donde sonaba música a un nivel elevado fue un detonante", recordó. "Acá no se puede dormir y el tema de los autos es un descontrol. No estamos en contra de los bares, pero no se puede vivir así".
"Entendemos que falta un límite, no sólo municipal sino también de la seguridad pública (provincial). Hay pubs abiertos en casas particulares que tienen un solo baño", se quejó la vecinalista. Y "lo de los disparos (del domingo por la madrugada) fue terrible. Desde mayo de 2017 que pedimos el traslado de la confitería sobre Sarmiento y Fray Justo Santamaría de Oro".
"Los vecinos se escondieron debajo de las camas", describió Ordíz, "fue terrible, una bala podría haber alcanzado a cualquiera". Fueron un total de 24 vainas servidas calibre 9 mm, un cartucho completo 9mm y un proyectil encamisado deformado, los secuestrados durante los peritajes realizados tras el suceso. "La culpa no fue del boliche, pero si no estuviera ahí eso no pasaba", reflexionó Ordíz.