Es ucraniana, llegó para vivir en Santa Fe y su familia quedó en medio del horror de la guerra
Se llama Nadia Tsendra y tiene 47 años. Si bien su madre, otros parientes directos y amigos no debieron huir a otro país, le relatan a diario lo que padecen: las sirenas suenan a toda hora, al igual que los disparos y las explosiones. "Rusia violó la soberanía territorial de Ucrania", dice.
Es ucraniana, llegó para vivir en Santa Fe y su familia quedó en medio del horror de la guerra
"Disculpa, es que no entiendo bien español, prefiero escribir", se excusa casi como pidiendo disculpas Nadia Tsendra (47 años), ciudadana ucraniana hoy residente en la ciudad de Santa Fe. En sus palabras resuena la preocupación: Desembarcó aquí para casarse y formar una familia, pero en Ucrania quedaron sus parientes directos, entre ellos su madre. Atrapados en la guerra.
Nadia nació en el oeste de Ucrania, pero a la mitad de su vida la pasó en Kiev, la capital de ese país, y uno de los epicentros de la invasión militar rusa. Ahora vive en Santa Fe: está casada con un argentino, profesor de la UNL y científico del Conicet local, con quien tienen dos hijos nacidos en esta capital. Ella es Profesora de Historia, pero no ejerce.
Gentileza D.R
Foto: Gentileza
Su historia, entonces, se divide en hacer su vida aquí, en la capital provincial, y la constante preocupación por los pormenores de la guerra, en la cual quedaron atrapados sus seres queridos: "Mi familia no está refugiada. Mi madre y otros parientes viven en los Cárpatos. Sin embargo, casi todos mis amigos viven en Kiev, ya que yo trabajaba allá en el Museo del Libro y la Publicidad, haciendo investigación histórica. Con todos ellos tengo contacto fluido por vía WhatsApp, Skype o Telegram", relata, en diálogo con El Litoral. Ese contacto virtual los acerca, aún a la distancia y en el marco de un contexto dramático.
"Ellos me hablan de cómo se han organizado para defenderse. Muchos se mudaron temporalmente a otros pueblos rurales o han enviado allá a niños y ancianos. Algunos hombres han ingresado al ejército, otros a organizaciones de voluntarios para trabajos de remoción de escombros, construcción de refugios, etcétera. Me cuentan que hay sirenas y que cuando suenan deben ir a los refugios. Escuchan disparos y explosiones y ven columnas de humo", narra.
La esperanza
-Qué escenarios imagina que pueden suceder sobre esta invasión militar rusa sobre territorio ucraniano?
-Me imagino con esperanza que Ucrania podrá salir victoriosa y rechazar la invasión rusa. Yo no tengo ninguna duda acerca de la voluntad de mi gente y de sus soldados que están mostrando al mundo que el deseo de ser libre es tan fuerte que es imposible de vencer. Armado hasta los dientes, el ejército ruso entró por todos los bordes terrestres y de mar, violando la soberanía territorial de Ucrania.
De verdad fue un shock para el pueblo ucraniano, pues la mayoría pensaba que la presencia militar era mayormente una presión para obtener ventajas en el arreglo final que se concretaría. Sin embargo nos organizamos rápido, sin entrar en pánico, nos ayudamos los unos a los otros y nuestro ejército lucha hasta el final.
Si Ucrania es vencida, (Vladímir) Putin impondrá un gobierno pro-ruso y desarmará o eliminará el ejército ucraniano. Volverá Ucrania a vivir una vida como en la ex Unión Soviética, con la cultura, lengua e historia ucranianas puestas en segundo o último plano, discriminadas y humilladas.
-¿Considera que esta situación se extenderá en el tiempo, o cabe la posibilidad de una salida diplomática que termine con la invasión?
-Desde el punto de vista estratégico Rusia perdió el primer día de la guerra. Esto me recuerda al libro "Alicia en País de las Maravillas": "Si bebes mucho de una botella que lleva la indicación 'veneno', terminará, a la corta o a la larga, por hacerte daño". Fue un error de Putin: él tomó este frasco de veneno y comenzó el proceso político de aislamiento de Rusia del mundo.
Hablar de una salida diplomática ahora es prematuro. El 28 de febrero fue la primera reunión entre Rusia y Ucrania. Durante el encuentro el ejército ruso siguió atacando con brutalidad Kharkiv y Okhtyrka. El gobierno ucraniano comenzó a negociar con buena voluntad, pero Rusia sólo habló con ultimátums.
-¿Cómo evalúa la posición de los países miembros de la OTAN ante la situación bélica?
-Después de la ruptura de la Unión Soviética, el 1° de agosto de 1991, George Bush (padre) declaró que América no alentaría la independencia ucraniana. Ucrania, por ende, podía ser parte de Rusia en cualquier forma. El 24 de agosto, Ucrania declara su independencia. Esta independencia fue ratificada en un referéndum por la población con sobrada mayoría.
Pasado el tiempo, Europa y los Estados Unidos siguieron con la idea de dejar a Ucrania bajo la influencia rusa. No prestaron atención de que Ucrania desde el comienzo no quería ser parte de Rusia ni parecerse a ella. Pronto después de organizarnos, el país pidió formalmente ser miembro de OTAN y de la Unión Europea. Este pedido fue repetido durante todas las gestiones presidenciales, con mayor o menor intensidad. Por una u otra razón, Ucrania siempre fue rechazada.
¿Por qué Ucrania quiere ser parte de OTAN? Para poder tener una defensa segura contra la amenaza rusa. Buscamos integrar una alianza defensiva y no somos un estado beligerante. Ucrania nunca invadió ninguna nación. Elegir unirse a la OTAN es un derecho de Ucrania como nación independiente que busca su seguridad.
El 24 de febrero la guerra comenzó. Rusia tiene por lejos el ejército más poderoso. Si miramos la fuerza aérea, la relación de fuerzas era de 15 a 1 al comienzo de la guerra. Nuestro presidente, Volodímir Zelensky, se dirigió a la gente hace poco y dijo: "Nos quedamos solos en la defensa de nuestro país. ¿Quién está listo para luchar de nuestro lado? No los veo. ¿Quién está listo para garantizar que Ucrania se una a la OTAN ? Todos tienen miedo".
¿Y qué vemos ahora? Tenemos a un país no tan grande que no está ni en la OTAN, ni en la Unión Europea, que está luchando contra otro país gigante y poderoso, y que amenaza a todo el mundo. Al momento de su independencia, Ucrania tenía el tercer lugar como potencia nuclear del mundo, con cohetes balísticos intercontinentales en su territorio. Creyendo en la garantía de seguridad prometida por la Federación de Rusia, los Estados Unidos y el Reino Unido, Ucrania se desarmó de este arsenal (Tratado de Budapest). Este arsenal fue transferido a Rusia. Y como resultado final, la guerra actual es con Rusia, el principal garante del tratado.
-¿Y las sanciones económicas y diplomáticas contra Rusia? ¿Ayudan en algo?
-Me parece que las sanciones económicas hubieran funcionado si las hubieran impuesto antes. El problema es que Europa no quiso sancionar más temprano, no sé por qué. Si se hubieran puesto sanciones antes de la guerra, Putin hubiera pensado mejor sobre las consecuencias. Desafortunadamente hicieron todo al revés. Putin comenzó una masacre sangrienta y después se impusieron sanciones. Iniciada la guerra es muy difícil que Putin la detenga.
Esta posición inicial fue pasiva, incorrecta e inadecuada. Igualmente el paquete de sanciones actual es importante, porque trae una presión para que la guerra termine.
Su explicación del conflicto
Cómo conocedora del contexto geopolítico y profesora de Historia, Nadia Tsendra da una explicación de este conflicto que mantiene en vilo al mundo: "Entender por qué ahora existe una guerra es imposible sin adentrarse en la historia. En 1991 se disolvió la Unión Soviética y Putin declaró esta disolución como la mayor catástrofe geopolítica posible. Entonces, los políticos rusos pusieron en la base de su estrategia volver a reconstruir su imperio y volver a ser una superpotencia internacional".
"Otra cuestión histórica -añade- es que los rusos no pueden identificarse sin Kiev. Kiev fue fundado en el siglo V, y en el siglo IX ya era el centro de la federación de tribus eslavas orientales. Moscú fue fundado en el siglo XII (1147) y se hizo fuerte económicamente, después de la invasión de Kiev por parte de los mongoles, que la destruyeron. Putin dice que Kiev es madre de todos los eslavos, parte de una sola nación, parte de Rusia. Pero con esa lógica, España, Portugal, Francia, Rumania, países latinos en el inicio de su civilización, podrían pretender que Roma fuera parte de su nación".
"Pero Ucrania no es Rusia -subraya Tsendra-. Eso fue demostrado durante 300 años de lucha por nuestra independencia. Putin no puede creer que después de tanta represión, hambrunas provocadas y genocidio, relegamiento y prohibición de la cultura y lenguaje ucranianos, dentro del imperio ruso o la Unión Soviética, el pueblo ucraniano siga identificándose como una única nación independiente y soberana. Ucrania busca desarrollarse como una nación independiente y democrática".
En 2014 ocurrió la anexión de Crimea, una península ucraniana. "Crimea estuvo habitada siempre por ucranianos y tártaros en el pasado. Durante la Unión Soviética, se desaloja a los tártaros y se declara a Crimea como provincia de Ucrania. Luego se envía gran cantidad de rusos (militares y jubilados) a la península, formándose un núcleo poblacional grande con orígenes mayormente rusos. En Crimea, sin embargo, nunca existió un movimiento pro independencia o pro anexión a Rusia. Ellos tenían el status especial de República Autónoma dentro de Ucrania y tenían su propio parlamento", explica la mujer ucraniana.
En 1997 se firmó el tratado de Amistad Ruso-Ucraniano que reconocía la soberanía y límites de Ucrania, con Crimea como ucraniana. El 27 de febrero de 2014 el ejército de Putin entra en Crimea, violando este tratado. "También en 2014 los rusos entraron en la parte este de Ucrania. Ellos fueron detenidos en su expansión por el ejército ucraniano, pero esa región sigue ocupada desde hace 8 años, y con una guerra híbrida, una mezcla de fuerzas regulares e irregulares y propaganda desinformativa por parte de Rusia", dice.
"Ahora abiertamente Rusia quiere anexar el territorio ucraniano, sea como un Estado títere o de otra forma, porque con Ucrania mejora su posición como superpotencia internacional. Estas pretensiones se encubren con falsas excusas de necesidad de seguridad. Rusia ya comparte límites con distintos países miembros de la OTAN (Estonia, Letonia, Lituania, Polonia y Estados Unidos); el ingreso de Ucrania a esta alianza no cambia esa situación. Ucrania nunca ha agredido a una ninguna otra nación. Rusia ha violado la soberanía de Moldavia y Georgia en tiempos recientes. Y ahora es el agresor de Ucrania", concluye Nadia Tsendra.
La población rusa debe manifestarse y tratar de parar esta guerra. El casi absoluto silencio de ellos ante diversos actos de persecución de la oposición política y represión de la libertad de expresión por parte de Putin, que ya lleva 22 años en el gobierno, ha permitido que él se haga muy fuerte, y lleve adelante esta guerra cruelmente destructiva.