Una vez que se tiene la ubicación de los vecinos interesados en el sistema, la empresa proveedora de alarmas diseña un plano y recomienda dónde ubicar cada alarma, que pueden comprarse o entregarse en comodato.
Una vez que se tiene la ubicación de los vecinos interesados en el sistema, la empresa proveedora de alarmas diseña un plano y recomienda dónde ubicar cada alarma, que pueden comprarse o entregarse en comodato.
Luego, por cada dispositivo que se coloca, se cargan los datos de todos los vecinos que van a estar asociados a esa alarma en particular, teniendo en cuenta que cada alarma tiene un alcance de 100 metros para cada punto cardinal (norte, sur, este y oeste). Cada vecino que se suma al sistema de alarma comunitaria recibe un control (tipo llavero), que tiene cuatro botones con diferentes funciones:
Opción 1: Enciende el reflector. Es una opción que permite aumentar la iluminación en la calle en situaciones como cuando una persona está llegando a su casa.
Opción 2: Sirve para activar la sirena de la alarma, con un fin disuasivo. Esta función se usa ante una situación sospechosa en la zona que obligue a un llamado de atención y estado de alerta entre vecinos.
Opción 3: Se utiliza ante un hecho de gravedad. Es el botón que enciende la luz, activa la sirena y da aviso al centro de monitoreo municipal. Desde el centro de monitoreo se hace lo mismo con el servicio de emergencias 911 para que envíe el móvil policial más cercano. Además, un sistema de georreferenciación permite saber desde qué casa se activó la alarma. Así, y como segundo paso, el Centro de Monitoreo municipal se contacta con la persona que lo accionó.