Hugo D. Valderrama (Médico neurólogo - Máster en neurociencias)
Hugo D. Valderrama (Médico neurólogo - Máster en neurociencias)
Mientras escribía esta columna, escuché que mi celular terminaba de sonar en otra habitación, por lo que fuí a buscarlo. Volví con mi reloj pulsera, un vaso de agua y sin el celular. No sólo me olvide lo que tenía planeado hacer, sino que hice un plan distinto. Al entrar a la habitación vi mi reloj pulsera sobre la mesa de luz, pensé “que tarde, tengo que terminar la columna”, al volver sentí sed y cargué un vaso de agua. Seguramente, me puede contar muchos episodios similares propios. Paso a explicarle las causas más frecuentes, de porque olvidamos a los segundos:
Efecto umbral: nuestros recuerdos se asocian en una red de estímulos, uno de ellos es el entorno físico y espacial. Muchas veces con solo cruzar una puerta o “umbral”, a otro ambiente con estímulos distintos, se conecta otra red. En mi ejemplo, el estímulo fue el reloj pulsera, pero son infinitamente diversos, como sentir frío y volver con una campera. Al regresar al ambiente inicial, se vuelve a conectar la red anterior y generalmente recuperamos el recuerdo... “Ha sí!, mi celular buscaba”.
Sobrecarga de la memoria del trabajo: Seguramente su cerebro al mismo tiempo que lee esta columna, va recordando experiencias propias. Eso es posible gracias a que mantiene lo que esta leyendo, en su memoria por unos segundos, mientras al mismo tiempo busca y compara con recuerdos anteriores.
El cerebro no gasta recursos en crear conexiones neuronales nuevas, para información que será rápidamente descartada, sino que utiliza neuronas existentes que se ponen a “repetir” ese recuerdo. Este proceso inconsciente, muchas veces lo hacemos conciente, cuando repetimos mentalmente o en voz alta, por ejemplo un número de teléfono hasta el momento de anotarlo. Se lo denomina “bucle”, los recuerdos dan vueltas por poco tiempo y son usado en la mayoría de nuestras tareas o trabajos, de ahí el nombre de memoria del trabajo.
Como toda capacidad tiene un límite, más allá de que ese límite se pueda modificar ampliamente, entrenando esa capacidad.
Rotación atencional: se creía que la atención podía dividirse, pero en realidad rota en su totalidad de un pensamiento a otro, a veces tan rápido que parece dividirse. Si pensamos buscar algo, pero nuestra atención rota, el proceso de bucle descrito anteriormente se interrumpe, por lo cual podemos olvidarnos de ir inclusive antes de pararnos.
Causas patológicas: estos procesos fisiológicos explicados, ósea normales y frecuentes en todos los cerebros, pueden verse afectados por diferentes enfermedades. Alzheimer, trastornos de ansiedad, depresión, son las causas principales entre otras. Ante la duda de que algo cambio en sus capacidades, o es notado por personas de su entorno, tiene que consultar al médico neurólogo. Además del interrogatorio médico, se le realizarán test cognitivos y otros estudios, para determinar si estos cambios tienen un desencadenante patológico, e iniciar con el tratamiento.