Martes 19.11.2024
/Última actualización 23:31
El Litoral marcó en varias oportunidades el deterioro del Puente Carretero que fue inaugurado en 1939, para conectar Santa Fe con Santo Tomé y el oeste provincial. Un informe revelador publicado el 12 de marzo de 2024 expuso el peligro latente que provocaba una rotura, en una de las juntas de la conexión vial.
“Puente Carretero: un especialista advierte riesgo vial por una rotura”, fue el título del artículo que estuvo acompañado por un reportaje multimedia donde se mostró en primerísimo primer plano la zona dañada. El paso de los años y la falta de inversión en la estructura era notoria.
La primera reacción ocurrió al día siguiente, a través de una radio local que “desmintió” que exista un riesgo vial sobre la estructura del puente. Lo cierto es que una semana después, Vialidad Nacional restringió el paso para sólo vehículos livianos, colectivos y emergencias.
La rotura en cuestión. Foto: Fernando NicolaMientras tanto, el arco político comenzó a hacerse eco. "Si el puente Carretero uniera CABA y Avellaneda ya estaría arreglado", lanzó el ministro de Obras Públicas de la provincia, Lisandro Enrico. 14 días después del artículo de El Litoral, se clausuró totalmente la circulación y se anunció la colocación de un puente Bailey, para, de mínima permitir, el paso de vehículos de emergencias y livianos.
Instalar un puente Bailey permitió la circulación de un acotado número de vehículos, como colectivos, servicios de emergencias y motociclistas. Foto: Fernando NicolaLa zona de countries se llenó de vehículos que antes cruzaban por el Carretero. Foto: Fernando Nicola“Si la Nación nos permite realizar un nuevo viaducto, tenemos la determinación de llevar adelante esta obra, porque no podemos esperar más las promesas de uno y otro gobierno, por las que terminamos con los problemas actuales (el puente roto), que impiden comunicación entre ambas ciudades”, dijo el gobernador santafesino a fines de mayo cuando hizo el anticipo.
El histórico puente Carretero, con más de 80 años conectando Santa Fe con Santo Tomé. Foto: Fernando NicolaEl nuevo
El proyecto contempla tres sectores, siendo dos de ellos las cabeceras y obras aledañas en la localidad de Santo Tomé y Santa Fe y el restante el puente propiamente dicho sobre el Río Salado.
Sobre la cabecera de Santa Fe, se prevé la demolición del pavimento de hormigón existente, que cuenta con numerosa cantidad de bacheos y losas deterioradas.
Luego se proyecta la construcción de dos calzadas de 9,30 m de ancho (dos carriles de 3,65 metros de ancho y una banquina de 2 metros de ancho), una de ellas sobre el terraplén existente (prácticamente coincidente con el pavimento que se demuele) y la otra sobre un terraplén que se prevé construir al norte del existente. También tendrá obras complementarias como iluminación, parquización, construcción de bicisenda, entre otras.
Sobre la cabecera de Santo Tomé, se plantea una reconversión del sentido del tránsito existente, que a grandes rasgos se puede resumir en un impedimento del giro a la izquierda por calle Mitre para la mano que circula desde Santa Fe hacia Santo Tomé, y el cambio de sentido de Avenida Mitre en las últimas dos cuadras antes de llegar a la Avenida 7 de Marzo (ingreso al puente Carretero) convirtiéndola en sentido único en sentido sur-norte.
El diseño del nuevo puente, una obra que encarará el gobierno provincial. En cuanto al sector del puente, cuenta con una longitud de 1.300 metros. La superestructura está constituida por 43 tramos de 30,80 metros de longitud compuesto por 5 vigas postesadas cada uno sobre los que apoyan tablero de hormigón armado de 17 cm de espesor hormigonado in situ.
La infraestructura la constituyen 42 pilas; las mismas fueron discriminadas en Pilas de Viaducto y Pilas de Cauce. En el caso de las Pilas de Viaducto (sector sobre el valle de inundación), son 35 y están conformadas por un cabezal superior de 1.40m x 1.20m, el cual descansa sobre tres pilotes – columna con un diámetro de 1.00m cada uno de ellos.
Además, en el proyecto se contempla la protección contra erosión del estribo en el lado Santa Fe, mediante la colocación de una manta geotextil y geoceldas rellenas con hormigón, para evitar así el deterioro de los mismos.
Del lado Santo Tomé se prevé un enrocado de protección con talud de pendiente 1:2 a los pies de la protección existente. En cuanto al ancho del tablero es de 12,50 metros compuesto por un sector de 8,30 metros para la circulación vehicular de dos carriles, 1,50 metros reservado para la ubicación de una bicisenda, y 1,50 para vereda peatonal. También se contempla la iluminación de todo el puente, la colocación de defensas metálicas y barandas.