La situación en La Vuelta del Paraguayo está complicándose a medida que pasan las horas. El río continúa en ascenso y eso obliga a muchas familias a ir saliendo del barrio, pese a que aún no se cortó el camino de ingreso.
El Litoral recorrió el barrio en canoa, a pie y hasta en un camión municipal. Con el río en ascenso, la situación cada vez es más crítica.
La situación en La Vuelta del Paraguayo está complicándose a medida que pasan las horas. El río continúa en ascenso y eso obliga a muchas familias a ir saliendo del barrio, pese a que aún no se cortó el camino de ingreso.
Como publicó El Litoral, sobre la vieja traza de la Ruta 168, frente al Riacho Santa Fe, se montaron primero cuatro módulos habitacionales. Esta madrugada, posteriormente a una manifestación de vecinos sobre la ruta que complicó la circulación vehicular por la ruta, se armaron cuatro más, debido a que van surgiendo familias afectadas que necesitan ser reubicadas en tierra firme, segura y seca.
Esta mañana, un equipo de El Litoral recorrió la zona de los módulos e ingresó al barrio a través de un medio utilizado por estos vecinos costeros: en canoa.
En el primer sitio, la Municipalidad además de construir los módulos gestionó la conexión de energía eléctrica dentro de los módulos y del sector, de una canilla con agua e instaló dos baños químicos.
Consultado por El Litoral, Ezequiel Zeballos, uno de los vecinos relocalizados, dijo que “los módulos son chiquitos para la cantidad de miembros que tienen las familias que residen en ellos. Son cuadrados, de 3 metros por 3 metros. Y las ventanas son abiertas, con un plástico negro duro de cortina, por lo que si llueve va a entrar agua. Pero bueno… es lo que hay y a lo que debemos adaptarnos hasta que baje el río”.
El vecino aprovechó para manifestar que “las familias que resultarán afectadas con esta crecida son más de cien y es sumamente necesario que la Municipalidad, ya sea la gestión saliente o entrante, tome cartas en el asunto”. Aclaró que no aceptarán otro lugar de relocalización porque allí van siempre por una cuestión de comodidad para poder “ir y venir del barrio en canoa”.
“Por lo general los hombres nos quedamos en las casas cuidando y es el resto de la familia la que se muda a los módulos. Por eso es imposible pensar en otro lugar que no sea éste”, remarcó. “No descartamos volver a cortar la ruta si nos quieren sacar de acá”, agregó.
A la altura de la zona de los boliches, El Litoral consiguió que Matías, un vecino del barrio que tiene una canoa a remos, lo busque y cruce el riacho hacia el corazón del barrio.
Mientras remaba, contó que ésta es la segunda crecida que le toca vivir. No está preocupado ni asustado, porque sabe que cada tanto el río recupera su territorio, permanece un tiempo y luego se va. Además, su casa está pegada al río, por lo que está en un terreno más alto y aún le falta bastante para que ingrese el agua. “Tiene que tener más de 7 metros para pensar en una evacuación”, dijo.
Ya en el barrio, El Litoral conversó con un antiguo poblador del barrio. Sus generaciones anteriores vienen habitando allí hace cien años. Por lo que conoce mucho de islas.
“Es todo mentira las mediciones que se hacen del río. Hoy, estamos en los 5,39. Es la marca que está en la escalera de la escuela primaria Mateo Booz”, sostuvo y mostró las pruebas. Consultado sobre cómo explica entonces que aún no se haya cortado el camino de acceso -que suele cortarse a los 5,30 metros- dijo que lo rellenan permanentemente con tierra y contienen con bolsas de arena.
Luego de conversar con ese canoero y vecino histórico de La Vuelta del Paraguayo, El Litoral ingresó al camino principal del barrio por la puerta trasera de un club. Ya se ven importantes filtraciones en el suelo que complican la circulación vehicular.
Pese a ese escenario, varios municipales -hombres y mujeres - colocaban bolsas de arena para contener el avance del río. “Estamos trabajando 12 horas por día colocando bolsas de arena a lo largo de todo el camino. Las hombreamos y las llevamos. Ojalá sirva de algo”, dijo uno de los trabajadores. Y es que el agua ya está prácticamente al ras de la primera fila de bolsas colocadas.
Es importante mencionar que en el lugar se observó la presencia del coordinador territorial de la costa y de la directora de la Agencia Santa Fe Hábitat, Paola Pallero.
La Vuelta del Paraguayo atraviesa una vez más una crecida del río. La gente del lugar ya está acostumbrada. Es gente de isla. Mientras un camión descarga otra camionada de arena, el equipo de El Litoral pega la vuelta. Ya no en canoa, sino en el camión municipal que trajo la tierra para embolsar. Desde allí arriba se observa todo. Lo principal: el avance del agua sobre varias viviendas y terrenos bajos que, en cuestión de días o de horas, se irá agravando de no empezar a descender el Paraná.
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