Guido Amicarelli: de la formación musical a la maestría en el retrato
Desde su temprana llegada a Argentina, este italiano se destacó en el mundo del arte. Se formó musicalmente con el maestro Vicente Scaramuzza pero luego trasladó su sensibilidad artística hacia la pintura. Se comparó su talento con el de Renoir.
Fragmento de “Elisa”, de Guido Amicarelli. Foto: Museo Quinquela Martín
Cuando se inauguró el vigésimo segundo Salón Anual de Santa Fe, el viernes 25 de Mayo de 1945, participaron con sus obras César López Claro, Juan Grillo y Juan Manuel Oliva y Rosa Ferreyra de Roca. Pero una de las obras destacadas de aquel año fue “Mujer sentada”. ¿Quién era el autor? Un personaje singular, pintor y pianista, de origen italiano. Su nombre: Guido Goliardo Amicarelli.
Archivo El Orden / Hemeroteca Digital Castañeda
Había nacido en la ciudad italiana de Chieti, en la región de Abruzos, el 18 de diciembre de 1908. Su trayectoria estuvo atravesada por la dualidad de sus pasiones: la música y la pintura fueron los dos universos en los cuales sobrevoló. Llegó a la Argentina en 1914 y años después adoptaría la ciudadanía del país que lo recibió, en el marco de una de las oleadas inmigratorias del siglo pasado.
Colección privada
Pronto entró en contacto con el paisaje cultural de su nuevo país: estudió música con el maestro Vicente Scaramuzza y en paralelo se nutrió en la Academia Nacional de Bellas Artes, donde se graduó en 1931 como Profesor de Dibujo. Perteneció a una familia de artistas: su padre fue primer clarinetista de la Orquesta de la Ciudad de Buenos Aires, su hermano Francisco Amicarelli fue concertista de piano y su primo hermano Dante, pianista de jazz y tango.
Colección privada
Como dato de color, cabe agregar que Guido forjó una férrea amistad con Benito Quinquela Martín, contemporáneao suyo que figura como el pintor porteño por excelencia. Participó, en su rol de artista plástico, en exhibiciones realizadas en diversos espacios, desde el Salón Nacional hasta en ciudades como París, Tel Aviv y Jerusalén.
Museo Quinquela Martín
Fue reconocido como uno de los mejores retratistas de su tiempo, sobre todo por sus logros al captar la esencia de sus sujetos con una elaborada composición y un dominio excepcional del color. Un hito en su carrera fue el encargo del presidente Juan Domingo Perón para pintar un retrato tamaño natural de él y Eva Duarte, una obra que sería donada a la Casa Histórica de Tucumán.
Arte de la Argentina
Su estilo, influenciado por su formación musical, se caracterizó por la expresividad y el refinamiento colorístico. Sus obras, si vale la analogía, son como “sinfonías visuales”: cada trazo, como una nota, converge en una “armonía” perfecta. Según el portal Arte de la Argentina, “durante cuatro décadas Guido Amicarelli se definió como un expresivo y fino colorista con gran dominio de los medios técnicos”.
Delicadeza y poesía
León Benarós, en un artículo publicado en la revista Folklore, indicó respecto a Amicarelli: “Hace no poco tiempo que el pintor Guido G. Amicarelli no muestra su obra. Y, sin embargo, ella es de una alta calidad y de una delicadeza y pulcritud que dan permanencia a su labor. Amicarelli asimiló la lección poética que Renoir nos dio, pero alcanzó una versión propia, evolucionó hasta dar lo particularmente suyo”.
Colección privada
“En los primeros retratos de este artista se advertía ya esa calidad aporcelanada en un rostro femenino, esos jugosos verdes, esos rojos de salud sobre una mejilla que daban particular encanto a sus retratos. Pocos han tratado entre nosotros con la fineza y encanto de Amicarelli la figura humana. Hay en algunas de sus niñas una lejano reflejo de Modigliani, pero es suya la sutil paleta, son suyos los rojos, las tierras, los verdes que sabe utilizar con maestría. Bastan unas granadas que pintó cierta vez para que tengamos toda la medida de la alta calidad pictórica de Amicarelli”, agrega Benarós.
Arte de la Argentina
“Últimamente lo vimos evolucionar hacia joyantes formas bizantinas, siempre dentro de una progresión consciente, nunca a saltos, porque la suya es labor de verdadera responsabilidad de artista. Manchando un dibujo con café, trazando un delicado croquis, trabajando sobre el cuadro un rostro de niña, Amicarelli es siempre un hondo artista que sabe infundir delicadeza y poesía a su labor, que conoce a fondo su oficio y que como en algunos temas perspectivas de calles que hemos visto de él, es capaz de dar fuerza a su pintura, sin restarle el encanto de lo pintado con ahínco fervoroso, con morosidad encariñada, con verdadera responsabilidad de artista cabal, fino, sensible”, cierra.
Arte de la Argentina
Amicarelli falleció en 1995, pero hay obras suyas que forman parte del inventario de prestigiosas instituciones, entre ellas el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires y el Museo Municipal de Artes Plásticas Eduardo Sívori.
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