Flores, huesos y paisajes aéreos: el variado mundo artístico de Georgia O'Keeffe
Impregnada por los movimientos del siglo XX, O'Keeffe se convirtió en figura central en el desarrollo del arte moderno en Estados Unidos. Su habilidad para traducir visualmente el mundo la erigió en una de las artistas más creativas de su tiempo, con obras emblemáticas como “Black Iris”.
“Black Iris”, obra de Georgia O’Keeffe de 1926. La pintora nació el 15 de noviembre de 1887. Foto: The Metropolitan Museum of Art
Inger Pedreañez, en un artículo publicado en la Revista Estilo, escribió: “su manera de traducir visualmente el mundo exterior desde el misticismo y el detalle fue clave para transformar cada papel y cada lienzo en una explosión de imágenes. Sea en acuarelas, carboncillos u óleos, las flores, los rascacielos, el desierto e incluso las nubes vistas desde el avión, se traducían en formas únicas e irrepetibles”. Se refiere a Georgia O'Keeffe una de las pintoras más notables del siglo XX, que nació el 15 de noviembre de 1887 y se convirtió en una figura central para la evolución del arte moderno estadounidense.
Georgia O’Keeffe Museum
Conocida por sus representaciones de flores, paisajes y formas abstractas, O'Keeffe poseía, según los especialistas, un talento innato para capturar la esencia y la belleza de los entornos naturales en los cuales se movía y cuyas características conocía. Entre sus obras emblemáticas aparece “Black Iris” (1926) que es especialmente reveladora en relación a su observación detallista y capacidad para otorgar a los objetos cotidianos un sentido de misterio y majestuosidad.
Dallas Museum of Art
En “Cow's Skull: Red, White, and Blue” (1931), una de sus obras más conocidas, O'Keeffe apela a su conexión con el suroeste de Estados Unidos, una zona donde predominan desiertos y mesetas, y lo une con la representación de un cráneo de vaca blanco sobre un fondo rojo y azul. De esa forma, simboliza el dualismo de la vida y la muerte desde un lugar que pone de relieve su arraigo a la tierra y la naturaleza. La serie “Pelvis” (1944) destaca por sus representaciones abstractas y escultóricas de huesos. En este caso, la artista consigue algo complejo: encuentra belleza en formas inusuales. En sus últimos años, se aventuró en paisajes aéreos, como en “Sky Above Clouds IV” (1965).
The Metropolitan Museum of Art
Su contribución al arte moderno en Estados Unidos se refleja en el reconocimiento continuo de su obra, incluso más allá de su fallecimiento, ocurrido el 6 de marzo de 1986. En 2014, su obra “Jimson Weed/White Flower No. 1” se vendió por más de 40 millones de dólares en una subasta, lo cual pone de relieve la permanente revalorización de su trabajo. En esto tiene que ver un aspecto: la vida y obra de O’Keeffe estuvieron muy vinculadas con el fotógrafo Alfred Stieglitz, su esposo y también un promotor del arte moderno norteamericano. Su relación influyó en el desarrollo artístico de ambos.
Georgia O’Keeffe Museum
La pintora se formó en la Art Students League de Nueva York, donde accedió a maestros como William Merritt Chase, uno de los más relevantes docentes de arte estadounidenses en el cambio de siglo. Pero su influencia artística también se extendió en experiencias con Arthur Wesley Dow, artista polifacético que a su rol de pintor sumó los de grabador y fotógrafo, más su participación en clases de verano en la Universidad de Columbia. A lo largo de su carrera, experimentó con varias técnicas, desde el realismo ampliado hasta la abstracción y la simplificación de formas. Las posibilidades que sondeó en escala y perspectiva y el uso distintivo del color dio pie a un estilo particular.
Estilo personal
Su impacto se observa con claridad en artistas que se vuelcan hacia una tendencia feminista, aquellos que miran la naturaleza y el paisaje de forman innovadora, expresionistas abstractos y quienes manipulan la perspectiva y la escala. En efecto, Miriam Varela destaca que “Georgia O’Keeffe pasó a la historia del arte como “una mujer libre que supo abrirse camino en el panorama artístico desde los años ‘20 con un estilo personal de elementos sobredimensionados y simplificados”.
Christie's
José Loschi, en un artículo publicado por el portal Infobae en septiembre del año 2021, manifestó que no supone una casualidad que O’Keeffe, uno de los máximos exponentes del modernismo norteamericano, reciba en la actualidad semejante grado de atención. “Pese a la popularidad de la que gozó en su país a lo largo de su vida, su obra fue opacada muchas veces por la leyenda de la mujer fuerte e independiente que esquivó las convenciones sociales y pictóricas de su época, cuando no encasillada en sus trabajos más vistosos, las célebres flores radiantes que desde un comienzo fueron asociadas con los genitales femeninos e interpretadas con postulaciones freudianas, algo que fastidiaba mucho a la artista”, indicó.
Georgia O’Keeffe Museum
El crítico de arte Miguel Calvo Santos describió su estilo como una “amalgama de arte indígena americano, modernismo, arte abstracto, art-decó, surrealismo”. Por su particular exploración de la naturaleza y su capacidad para fusionar lo abstracto y lo figurativo, esta artista continúa ejerciendo un influjo sobre las nuevas generaciones que se introducen en el mundo del arte.
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