Curatella Manes: pionero de la escultura moderna en Argentina
La obra de Pablo Curatella Manes continúa siendo admirada en museos de todo el mundo. Un repaso por la vida de este visionario y la exposición de 1972 en el Museo Provincial de Bellas Artes de Santa Fe, que resaltó la vigencia y profundidad de su trabajo, incluso después de su fallecimiento.
“Ninfa recostada”, de Curatella. Foto: Museo Nacional de Bellas Artes
Pablo Curatella Manes está considerado como uno de los mejores escultores argentinos, al menos si se toma como punto de referencia la primera mitad del siglo XX, hasta prácticamente la década de 1960. Su vida y obra están marcadas por la marcada pasión por la escultura en particular, y por la expresión artística en general. Hasta su fallecimiento, Curatella Manes se destacó en varios ámbitos.
Nacido en 1891, en La Plata, Argentina, desde muy joven, mostró interés por el arte, influido por su padre, Antonio Curatella, escultor y decorador de origen italiano. A los 14 años, comenzó a trabajar como tipógrafo en una imprenta, pero un accidente lo obligó a abandonar esta ocupación. Ingresó al taller de escultura de Arturo Dresco, donde adquirió los rudimentos de este arte y refinó su técnica de modelado.
Foto: Museo de Bellas Artes
En 1910 realizó un busto del vicepresidente argentino Victorino De La Plaza, fundido en oro, con los ahorros familiares. Esta obra impresionó tanto a De La Plaza, que le otorgó una beca gubernamental para que pueda continuar sus estudios artísticos en Florencia, Italia. La estancia en Europa, dejó una profunda huella en su obra. Testimonio de esto son “La Familia”, “Nacimiento de Venus”, “Crepúsculo” y “Viejo Florentino”. Fue en ese momento cuando tomó contacto con obras arquitectónicas, museos e iglesias.
Expuso por primera vez en el Salón Nacional de Buenos Aires en 1912 y colaboró con escultores como Arístide Maillol y Antoine Bourdelle, tras instalarse en París. En 1914, tras la declaración de la Primera Guerra Mundial vuelve a Buenos Aires, pero tres años después regresa a París y luego viaja a Madrid y Barcelona para exponer. En 1918 regresa a Buenos Aires y dos años después realiza un tercer viaje a Europa donde permanecerá por muchos años.
Foto: Museo de Bellas Artes
La década de 1920 marcó una fase de gran creatividad: se sumergió en el movimiento vanguardista, colaborando con artistas como Juan Gris, Fernand Léger, y Albert Gleizes, entre otros. Su obra durante este período incluye piezas como “El Guitarrista” y “El Hombre del contrabajo”, con influencias cubistas y una apreciación por la temática musical.
“La larga estadía de Pablo Curatella Manes en Europa fue estimulante por el contacto directo tanto con las producciones del pasado como con las expresiones del arte contemporáneo que lo llevaron a desarrollar obras cuyo lenguaje está estrechamente ligado a las experiencias de la vanguardia de las primeras décadas del siglo XX”, escribió Catalina V. Fara.
Curatella Manes también se destacó en el ámbito diplomático. Fue nombrado canciller y desempeñó un papel importante en la representación de Argentina en Francia durante la Segunda Guerra Mundial. “Durante más de 20 años trabajó intensamente para solucionar los problemas de los argentinos en París”, apuntó la Revista Alta Gama.
Mutual Art
Volvió a Argentina en 1951 y asumió la Dirección General de Cultura en la Cancillería. Finalizó obras que habían sido bocetos durante muchos años, culminando con su última versión de “Güemes”. Su compromiso con el arte también se reflejó en la organización de la Exposición de Arte Contemporáneo Argentino.
Falleció el 14 de noviembre de 1962, pero su legado artístico sigue vivo. Ignacio Gutiérrez Zaldívar sostuvo que Curatella es “el primer artista de vanguardia de nuestro arte y la síntesis es su característica principal, además de integrar sus obras al espacio. Es el escultor argentino más conocido y sus obras están en los principales museos del mundo”.
Foto: Malba y Zurbarán
Técnica e influencias
Según consta en la plataforma Museos Abiertos del Museo Nacional de Bellas Artes, la técnica que utilizaba Curatella Manes para sus esculturas era la de fundición o vaciado a la cera perdida. “Este procedimiento, que data de la Antigüedad, permite obtener figuras de metal (generalmente de bronce y oro) por medio de un molde que se elabora a partir de un prototipo, tradicionalmente modelado en cera”, se explica allí.
La obra de Curatella Manes pasó por diferentes períodos. Pero un aspecto sobre el cual coinciden varios especialistas, es que persiguió la simplificación de las formas. Martín Sassone, en “El Ojo del Arte”, menciona a Curatella como uno de los iniciadores de la escultura moderna en Argentina. “A diferencia de Alfredo Bigatti y Luis Falcini, que seguían una línea tradicional, él rechazó las convenciones académicas y el tratamiento clásico. Fue así como creó diversas obras en las que, de alguna manera, patentó una nueva concepción de la escultura influido por el cubismo y el futurismo”.
El propio artista aseguró una vez: “mis anhelos fueron los de dar a la escultura una sensación de vida, de movimiento, de fuerza, de espacio. En el arte en general y en la escultura en particular, no me seduce el esmero ridículo. Yo quiero ver planos, redondeces, huecos”.
Privilegio para los santafesinos
En octubre de 1972, casi diez años después del fallecimiento de Curatella, los santafesinos tuvieron la posibilidad de observar 42 obras del destacado escultor, pertenecientes al período 1912-1953. El epicentro fue el Museo Provincial de Bellas Artes. Jorge Taverna Irigoyen, en la edición de El Litoral del domingo 15 de octubre de 1972, escribió: “un verdadero privilegio le asiste en estos días al público santafesino, al poder apreciar la obra de uno de los escultores argentinos de mayor vitalidad creadora: Pablo Curatella Manes. Los trabajos permiten abarcar con clara representatividad una de las expresiones escultóricas animadas de mayor espíritu renovador y firme coherencia dentro del panorama americano”.
"La anunciación". Foto: Museo de Bellas Artes
“Curatella Manes es un verdadero visionario de las formas nacientes, de las formas que se van gestando con el movimiento o aun antes que éste se genere como fuerza. Alguna vez hemos afirmado que es de los plásticos que “rebasa las razones físicas de la materia”, esto en razón de su potencial creador, que pareciera buscar siempre la concreción de la ‘idea como forma’. Porque, primordialmente, Curatella Manes es un artista que piensa. No es el escultor que se lanza sobre el material para dar cuerpo a una imagen o modelo ya resuelto o ideado previamente. En su caso, la naturaleza del verdadero investigador palpita a lo largo de toda su obra”, agrega Taverna.
“Esta muestra que se ofrece gracias al apoyo prestado por Canal 13 Santa Fe de la Vera Cruz, permite comprobar que el tiempo no ha restado valor alguno a la obra de Curatella Manes. Muy, por el contrario, a diez años de su muerte, y como sucede con la obra de los verdaderos creadores, le ha agregado profundidad y sentido”, cierra.
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