Cesáreo Bernaldo de Quirós fue uno de los grandes pintores de la historia del arte argentino del siglo XX. Y en uno de los tramos de su extensa obra, logró encapsular la esencia del gaucho y la tradición argentina.
Renombrado artista argentino del siglo XX, gestó en la década de 1920 su serie “Los Gauchos”, inspirada por personajes del campo de Entre Ríos. Fue un hito en la construcción de la identidad argentina. En 1945 se expuso en Santa Fe.
Cesáreo Bernaldo de Quirós fue uno de los grandes pintores de la historia del arte argentino del siglo XX. Y en uno de los tramos de su extensa obra, logró encapsular la esencia del gaucho y la tradición argentina.
Nacido el 27 de mayo de 1879 en Gualeguay, Entre Ríos, Quirós demostró su vocación artística temprana y pronto se embarcó en un viaje de formación que lo llevó a las más prestigiosas instituciones de arte en Argentina y Europa.
Su paso por el taller de Vicente Cotanda, su posterior educación en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes con maestros como Ángel Della Valle y Ernesto de la Cárcova le brindaron herramientas para forjar su propia impronta artística.
Un punto de inflexión fue la obtención del Premio Roma, que le permitió viajar a Europa y nutrirse de las influencias artísticas del continente. En Italia, incorporó elementos de maestros como Velázquez. Luego, pudo mixturar estas influencias con la identidad cultural argentina.
La serie “Los Gauchos” se erige como la culminación de su enfoque en la representación de la argentinidad. Allí, Quirós asimila la naturaleza del gaucho, sus hábitos sencillos, su vida cotidiana y su conexión profunda con la tierra.
En un estudio dedicado a Quirós, Matías Gabriel Terrera explica que para realizar este trabajo, el pintor se instaló durante cinco años (entre 1922 y 1927) en la estancia El Palmar, en la localidad entrerriana de Médanos, ubicada a unos 100 kilómetros de Gualeguaychú.
Esta serie fue exhibida en 1928 en la Asociación Amigos del Arte con un excepcional éxito. Entre 1929 y 1933 fue presentada en los centros artísticos más importantes de Europa y Estados Unidos.
“El consenso en torno a hacer del gaucho el ‘arquetipo de la argentinidad’ es trabajado por Quirós a partir de estas pinturas, y su fama como pintor de la ‘argentinidad’ no se debe a que fue un reproductor de las tradiciones regionales argentinas y sus paisajes, sino a que el ‘maestro’ forma parte de los intelectuales que desde distintos lugares participan en la construcción de una ‘identidad argentina’”, asegura Terrera.
“Para esta construcción se retoman muchos de los postulados que desde el siglo XIX proponía el criollismo de los sectores populares. Pero para que este criollismo sea aceptado por las elites urbanas y gobernantes requirió una ‘operación simbólica’, de la que Bernaldo de Quirós fue partícipe con su serie “Los Gauchos”, y las repercusiones a nivel nacional e internacional de la exposición dan indicios de la efectividad con la que esta interpretación del pasado argentino fue aceptada en los ámbitos culturales”, agrega.
“Recorrí mi provincia, la de Entre Ríos, donde repentinamente me sentí conducido hacia el deseo de fijar la vida pasada, la vida guerrera y romántica de esa provincia cuya historia había sido agitada por tantas y tan grandes pasiones. El gaucho se me presentaba a cada vuelta del camino, en cada pulpería surgían recuerdos de una airosa época que llenó los campos de ecos sentimentales y de rojas banderolas”, cuenta el propio Cesáreo Bernaldo de Quirós en uno de los manuscritos rescatados por Gutiérrez Viñuales.
En Santa Fe
Esta notable serie pictórica fue expuesta por el propio Quirós en la ciudad de Santa Fe en 1945. Aunque la inauguración se concretó el 21 de abril, la expectativa que generó la muestra es apreciable en el lugar que los diarios (en particular El Litoral) le dedicaron desde varios días antes.
El miércoles 11 de abril de ese año, por ejemplo, el vespertino publicó un artículo referido a la preparación de la exposición. Allí, el cronista señala entre otros conceptos que “el conjunto de esta serie de cuadros sobre motivos del campo entrerriano es de carácter épico”.
“Lo anecdótico -sigue- le permite realizar una gran composición decorativa, en algunos aspectos alegre y saludable, afirmativa de una abundancia y prosperidad realmente optimistas. La serie se enriquece con algunos aspectos del paisaje en la estancia, con caballos en la bruma del amanecer o en las últimas luces de la tarde”.
Añade también el autor de la nota que Quirós “no estaba equivocado cuando comenzó a componer esas escenas en que el connacional de tierra adentro aparecería con sus hábitos sencillos y su pobreza”.
En la edición del sábado 21 de abril, en tanto, el vespertino de Santa Fe difundió una noticia relacionada con la inauguración de la exposición de los Gauchos de Quirós, realizada en el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez.
Durante el acto, el ministro de Gobierno e Instrucción Pública, Leandro Meiners, brindó un discurso a través del cual describió a Quirós como “pintor Insigne, de bilateral acento por lo argentino y por lo universal”.
Más adelante, agregó que “sus gauchos tendrán vida duradera porque son los nuestros, los que abrieron camino a la Patria, con la punta aborigen de sus lanzas. No morirán en el arte, porque son de pintura densa y trabajada, así como era trabajada el alma nativa de la época en que vivieron, preñada de pasiones, cargada de coraje, imantada de heroísmo”.
Tenía razón Meiners: a un siglo de su concepción, “Los Gauchos” de Quirós siguen resonando como uno de los testimonios más valiosos del arte nacional.
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