Joshua Reynolds: el pintor inglés que elevó el estatus del retrato
En el aniversario de su nacimiento, recordamos a este pintor que transformó la retratística de su tiempo y mejoró la posición social de los artistas en la sociedad inglesa.
Fragmento de “The Ladies Waldegrave”, de Reynolds. Foto: Scottish National Gallery, Edinburgh
“Estudien a los antiguos maestros, pues las obras de aquellos que han resistido la prueba del tiempo tienen un derecho al respeto y la veneración que ningún moderno puede pretender”. Esa era la mirada de sir Joshua Reynolds, nacido un día como hoy, 16 de julio, del año 1723 en Plympton, Devonshire. Por su labor, se erigió como el retratista más famoso del siglo XVIII y un pilar de la pintura inglesa. Revolucionó el género del retrato pero también hizo mucho para mejorar la posición social del artista en la sociedad.
Uffizzi
Reynolds comenzó su carrera en Londres en 1740, como aprendiz del retratista Thomas Hudson. Más tarde realizó un viaje por el Mediterráneo junto al comodoro Augustus Keppel. Luego, tras pasar por Roma Florencia, Venecia, el norte de Italia y París, Reynolds absorbió las técnicas y estilos de los maestros del arte antiguo y del Renacimiento italiano, así como de artistas como Rembrandt, Rubens y Van Dyck.
Al regresar a Londres en 1753, abrió su propio estudio y se consolidó como el retratista más importante de la capital. Sus retratos, de gran formato, dotaban a sus personajes de una dignidad y grandeza. Su obra sirvió como fuente de inspiración para la siguiente generación de pintores, como Thomas Lawrence y Henry Raeburn.
Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba
Reynolds fue un líder intelectual en Londres. En 1764, fundó el Club Literario y, en 1768, fue elegido primer presidente de la recién fundada Royal Academy of Arts, recibiendo el título de Sir. Sus discursos anuales en la Academy, iniciados en 1769 y publicados desde 1778, son considerados escritos importantes en teoría del arte de la literatura inglesa.
Archivo
Un ejemplo interesante de la obra de Reynolds es el retrato de Lady Cockburn y sus tres hijos, donde añadió al loro que tenían como mascota. Esta inclusión inesperada añade vida y color al retrato y muestra la personalidad excéntrica del artista. Esto indica, para los especialistas, que sí Reynolds hubiera seguido con más fidelidad sus caprichos creativos, podría haber sido todavía más apreciado por el mundo moderno.
En 1784, Reynolds sucedió a Allan Ramsay como pintor de corte del rey Jorge III, aunque nunca fue particularmente popular con el monarca. Durante los últimos años de su vida, su vista fue deteriorándose hasta que dejó de pintar en 1790. Falleció en 1792.
Museo Nacional del Prado
Rembrandt y musas
Según consta en la página web oficial del Museo del Prado, Reynolds, “partiendo de Anton van Dyck y de Godfrey Kneller, reforma el concepto tradicional de la retratística británica y desarrolla principios que se ajustan siempre al tipo de encargo y al comitente, avivando las efigies a menudo con elementos dramáticos que acercan las imágenes a la pintura de historia”.
“En los retratos de aparato -continúa el texto vertido en el portal del museo madrileño- dominan los elementos clasicistas, los gestos retóricos y las tonalidades de gran pureza; en los encargos particulares o en los retratos de formato más pequeño, sobre todo si el modelo pertenece al círculo de conocidos, Reynolds evoca el tenebrismo al estilo de Rembrandt, haciendo hincapié en la captación psicológica del personaje. Para retratar a las mujeres sigue una línea más idealizada, vistiéndolas a menudo con ropajes teatrales que las convierten en musas y diosas”.
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Subestimado
Jonathan Jones, en un artículo que publicó en The Guardian, sostiene que “Reynolds fue el artista más famoso y honrado de su tiempo, una figura tan central en la historia del arte británico que su estatua aún recibe a los visitantes de la Royal Academy. Pero los ojos modernos encuentran a sus contemporáneos infinitamente más interesantes. Los dramas científicos de Joseph Wright de Derby, los intensos retratos casi surrealistas de animales de George Stubbs y la sensualidad de Thomas Gainsborough hacen que Reynolds parezca aburrido en comparación. La National Gallery ha trasladado a Lady Cockburn hacia el borde de su galería británica para dar paso a estos artistas”.
Museo del Prado
“Pero, ¿ha sido Reynolds malinterpretado? ¿Es víctima de su propia audacia vanguardista?”, se pregunta Jones. Y sostiene que, tras examinar sus obras en los laboratorios de la National Gallery y comparar su técnica con lo que se decía de él en vida, “los expertos han concluido que ha sido subestimado”.
En efecto: aunque fue eclipsado a veces por sus contemporáneos, Reynolds es un engranaje fundamental para comprender la evolución del retrato en la historia del arte, al unir influencias clásicas con una visión innovadora.
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