Augusto Schiavoni: el pintor enigmático de la soledad
Vida y obra de Augusto Schiavoni, un artista rosarino que se formó en Italia pero realizó gran parte de su obra en Argentina. La potencia de sus obras fue ignorada en su momento, pero hoy tiene el reconocimiento que merece. “Sus pinturas revelan la presencia de un creador”, señaló El Litoral en 1971.
Alfredo Guido describe el estilo de Schiavoni como una “desandada” marcha hacia dentro de sí mismo, “en la que buscaba retratar las cosas tal cual son” FOTO: ivanrosado.com.ar
Augusto Schiavoni fue un pintor nacido en Rosario en 1893. Comenzó su formación artística en el Instituto de Bellas Artes “Doménico Morelli” en esa ciudad del sur provincial y luego continuó en la Academia Fomento de Bellas Artes, dirigida por Ferruccio Pagni.
"La niña sentada" Foto: Museo Nacional de Bellas Artes
En 1914, Schiavoni viajó a Florencia, Italia, donde estudió con Giovanni Costetti, un artista polifacético reconocido como uno de los primeros pintores que introdujeron en Italia el simbolismo y el expresionismo nórdico.
Durante su tiempo en Florencia, Schiavoni también conoció al pintor argentino Emilio Petorutti, pintor platense considerado entre los más influyentes de la Argentina en el siglo XX, uno de los pioneros en la vanguardia argentina precisamente por las influencias recibidas durante sus años en Europa.
"Bata azul". Foto: Arte de la Argentia
La obra de Schiavoni en la etapa florentina, que se extiende aproximadamente entre 1915 y 1917 se caracterizó -según explica María de la Paz López Carvajal- por el naturalismo académico y la influencia de los primitivos italianos y la producción artística florentina contemporánea.
A su regreso a Argentina en 1917, su trabajo se centró en la síntesis formal y cromática, con una paleta luminosa y un acento lineal. Su obra se caracterizó por la reducción de las formas a sus mínimas posibilidades y el uso de la línea para delimitar con rigor los bordes de lo representado.
"Mujer de la flor". Foto: Museo Genaro Pérez
Realizó su primera exposición individual en 1928 en el Salón de la Cooperativa Artística de Rosario. Pero pocos años después, tras la muerte de su madre, Schiavoni dejó de producir pinturas y murió en 1942.
En “Los pintores amigos”, Alfredo Guido describe su estilo como una “desandada” marcha hacia dentro de sí mismo, en la que buscaba retratar las cosas tal cual son, eliminando las leyes perspectívicas y el claroscuro para penetrar limpiamente en las formas y suplir el carácter y el color de los personajes por formas y colores de tendencia simbólica.
Con los pintores amigos. Foto: Castagnino Macro
“Pintó hombres, mujeres y niños posando, con la indumentaria adecuada para la ocasión -según su rango social- tiesos e inmóviles, inmersos en un tiempo suspendido. Sus figuras fueron adquiriendo ciertos rasgos recurrentes: las bocas herméticamente cerradas, los hombros dislocados (recurso que enfatiza la arbitrariedad manifiesta en su configuración), los cuerpos aplanados y, en general, amputados por los bordes del cuadro”, escribió Sabina Florio.
"El niño de la bufanda" Foto: Museo Nacional de Bellas Artes
Tuvo a lo largo de su breve vida (según narran las crónicas) una personalidad introvertida y cerrada, salvo con sus amigos más íntimos. En el libro “Un pintor frente al espejo”, Emilio Petorutti se refiere a Schiavoni de la siguiente manera: “tenía un hablar balbuciente tan peculiar. Muy influenciado por su maestro florentino, ceñido demasiado a los viejos conceptos”.
Por ese y otros motivos vinculados con su estilo, su obra fue muchas veces incomprendida durante su vida. Sin embargo, con el paso del tiempo se valoró y hoy se lo considera un artista cuya obra merece ser revisada al hacer referencia a la pintura argentina de la primera mitad del siglo XX.
"Los membrillos" Foto: Museo Nacional de Bellas Artes
Muestras póstumas en Santa Fe
Santa Fe tuvo que ver con ese reconocimiento posterior a su prematura y trágica muerte. El 5 de agosto de 1944 (según consta en los archivos de Diario El Orden) se inauguró en Santa Fe, concretamente en el Museo Municipal de Bellas Artes, una muestra póstuma de Schiavoni compuesta por más de cincuenta piezas, entre óleos, trabajos en pastel y pequeños dibujos.
Foto: Archivo El Litoral / Hemeroteca Digital Castañeda
“A lo largo de la obra de Schiavoni, encontramos un mundo de honda soledad que fluye sin trabas; no es el dolor intenso, lo que quiebra el patetismo, ni nada formal lo que se encierra en los gestos agrios de muchos rostros femeninos, y en la desolada vivencia de los infantes; sino que todas esas maneras y esas expresiones son al punto, una misma resonancia de su espíritu”, señala un artículo publicado por el citado diario el día 6 de agosto de 1944.
"La mujer del libro" Foto: Museo Nacional de Bellas Artes
“Sin conocer la vida atormentada y recoleta del artista, hubiéramos podido decir sin ninguna duda, que él había frecuentado con delectación entrañable un ámbito de soledad, en el cual el candor, alumbraba sus sueños que vibraban en el color y en la línea severa y equilibrada”.
Muchos años después, en 1971, obras de Schiavoni estuvieron exhibidas en dos espacios de Santa Fe: el Museo Municipal de Artes Visuales y en El Galpón. El martes 1 de junio de 1971, El Litoral publicó un artículo sobre estas muestras.
Foto: Archivo El Orden / Hemeroteca Digital Castañeda
“En estos días, en la planta del Museo Nacional de Bellas Artes se presenta al visitante una importante selección de pintura argentina. Entre las obras que descuellan especialmente figuran un ‘Retrato de niño con bufanda’ (1931) y una ‘Naturaleza muerta con frutas’ (1932), del pintor rosarino Augusto Schiavoni. Ambas pinturas, en su tratamiento planimétrico de las formas, en sus gamas quietas y de transparente vibración sensorial, en su clima intimista y casi primitivo, revelan la presencia de un creador. Sin embargo, y por extraña paradoja, ambas obras de Schiavoni durmieron durante varios años en los sótanos del museo, siendo exhibidas últimamente en contadas oportunidades”, indica la pieza periodística.
“Porque Augusto Schiavoni (a quien un tanto apresuradamente se le ha marcado como ‘pintor maldito’) es un artista que vivió en soledad torturada, y cuya obra continúa todavía hoy sin ocupar su debido lugar, su lugar merecido, dentro de la plástica nacional, aunque ofrece numerosos escorzos analiticos) ciertas particularidades que la tornan sustancialmente original”, añade.
"Mateando" Foto: Museo Nacional de Bellas Artes
“Por comenzar, no resulta fácil ubicarla dentro de determinado ismo o corriente expresiva, si bien existen algunas ‘familiaridades’ indirectas con movimientos de importancia. Schiavoni estudió durante tres años, en Florencia, los preceptos canónicos de la forma, las alquimias secretas del color. Sin embargo, ni bien regresa a Rosario pinta según su propia óptica emocional, con una paleta que es innegablemente suya, con formas casi totalmente desprovistas de volumen, a veces dibujísticamente improvisadas”, agrega.
El cierre de la nota de El Litoral da cuenta del carácter trágico de la vida de Schiavoni: “Un pintor que escapó voluntariamente de la vida, dejando el sostenido misterio de su arte”.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.