En el espacio de arte de la Bolsa de Comercio de esa ciudad, se puede visitar “Acciones pictóricas entre los retratos de Rosa y las modelos en el taller 1927 – 1944” del eximio pintor rosarino.
El descanso de las máquinas de circo (1929). Foto: Colección Castagnino+macro
La muestra de Julio Vanzo, presentada por el Museo Castagnino en el espacio de arte “Prof. Miguel Ballesteros” de la Bolsa de Comercio de Rosario, recorre los lenguajes vanguardistas de principios de siglo haciendo foco en los retratos de Rosa Wernicke y las modelos del taller de Vanzo. Las obras son de la Colección del Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino. La muestra se extiende hasta el 21 de septiembre.
Julio Vanzo fue pintor, ilustrador, escenógrafo, escultor. Transitó el siglo XX afianzando su obra en la investigación del lenguaje plástico y sus posibilidades expresivas y logró una manera personal que fue sincronizando con la coyuntura socio-cultural de su tiempo. Esta breve exhibición hace foco en dos temas: los retratos de Rosa y las modelos en el taller. Algunas de estas pinturas vieron la luz en los circuitos de difusión contemporáneos –de hecho algunas fueron premiadas– y otras, las que se mantuvieron en reserva y permanecieron a resguardo en su taller durante ocho décadas, registran y potencian el espíritu y la lógica de sus búsquedas.
Colección Castagnino+macro
Julio Vanzo compartió cuatro décadas de su vida con Rosa Wernicke, escritora, crítica literaria y periodista. Transitaron juntos los límites difusos entre la literatura y el arte en las décadas del 30 y del 40. Trabajaron en colaboración para diarios, revistas y ediciones de libros, entre ellos, Las colinas del hambre, la novela de Rosa que recibió el premio municipal Manuel Musto y fue publicada por Claridad en 1943. La pintura El saco rojo recibió ese mismo año el premio adquisición en el IV Salón de Artistas Rosarinos y desde esa fecha integró la colección del museo. El conjunto ilumina sobre un modo de transitar la práctica artística y de apropiarse de los lenguajes vanguardistas de principios de siglo: allí Vanzo encuentra un espacio para la experimentación formal que da lugar a una obra singular en el contacto temprano con lo nuevo.
Romina Garrido, una de sus curadoras, en comunicación con Mirador Provincial comenta: “El recorte de obras que están expuestas en la bolsa, abarca mediados de los ´20 y los ´40; estamos hablando de la obra temprana de Vanzo, por eso se puede ver más claramente la influencia de los lenguajes vanguardistas, desde épocas muy tempranas”. Luego continúa: “La muestra está dividida en dos ejes temáticos, una son los retratos de Rosa Wernicke, que fue su compañera, y por otro lado están los las modelos en el taller, o sea los desnudos, que fue un tema muy recurrente a lo largo de toda su producción, y de hecho, fue un tema sumamente importante, sino que además, hay un registro, una fotografía, y una disertación que él dio en el año 1940 en el museo”.
Más adelante la curadora comentá respecto de los retratos de Rosa “se divisa una obra paradigmática, donde ella está con el saco rojo. Es la imagen de la muestra porque es la primera obra que ingresa a la colección del museo a través de un premio adquisición; Además es la primera obra premiada casualmente el año 1943, el mismo año en qué es premiada la obra “Las Colinas del hambre” de Rosa Wernicke, la misma que es retratada en la pintura.
Colección Castagnino+macro
Hay otra obra emblemática y en la muestra qué parte del núcleo de las modelos en el taller que se llama “El descanso de las máquinas de Circo” y es una obra que fue rechazada en el año 1929; el mismo año en el que la produce. Y también se da una situación en un salón libre, organizado por la Comisión Municipal, en la cual el voto era de los artistas, se rechaza la obra por ser la retratada, su novia. En las bases del salón lo que dice es que ellos tienen el derecho de no aceptar determinadas obras. Las crónicas dirán “En 1929, Vanzo envió El descanso de las máquinas de circo al IX Salón de Rosario organizado por la Comisión Municipal de Bellas Artes, obra que fue rechazada por ser inconveniente e inmoral, despertando fuertes críticas a la Comisión y apoyo del público y colegas al artista”.
El legado de Vanzo
Julio Vanzo es un artista mayor para la ciudad de Rosario, comenzó como ilustrador antes que como pintor, y esta doble filiación entre lo gráfico y lo pictórico perduró a lo largo de toda su carrera y le permitió gestar una zona intermedia y altamente fértil para la experimentación visual. Garrido comenta que Vanzo trabajó para un sinfin de revistas, y también como ilustrador, aparte de sus trabajos como muralista. Vanzo fue una persona que tuvo una participación muy activa en la vida cultural de Rosario. A lo largo de toda su carrera, de hecho el libro “Las Colinas del Hambre” tenía ilustraciones del él. Finalmente cierra: “El legado más fuerte de Julio Vanzo viene por ese lado, porque su obra circuló muchísimo en el mercado, digamos que es un artista que está muy presente en el imaginario de los rosarinos”.
Colección Castagnino+macro
Biografía
Julio Vanzo nació en 1901 en Rosario. Autodidacta, no tuvo formación académica y tampoco realizó el viaje iniciático de formación a Europa como muchos de sus pares. Esto marcó el modo en que construyó su perfil de artista y el ejercicio de su profesión, siempre atravesado por una visión curiosa y atenta a lo nuevo. Antes de ser pintor, Vanzo trabajó como ilustrador en revistas de la ciudad y en 1919 realizó su primera muestra individual de caricaturas en la galería Witcomb de Rosario. Eligió la acuarela, la tinta y la témpera para estas experiencias, materiales que le permitieron arriesgar formulaciones plásticas de avanzada para su época y contexto. Junto a su compañero de taller Lucio Fontana realizó su primer envío al Salón Nexus en 1926 y la crítica los señaló peyorativamente como excesivamente modernos.
Cuatro años después fue designado miembro de la Comisión Municipal de Bellas Artes y en 1937 fue nombrado secretario del Museo Municipal Juan B. Castagnino cuando el arquitecto Hilarión Hernández Larguía era su director. A partir de allí, se produjo una inflexión en su recorrido como artista y logró el premio adquisición del III Salón Anual de Artistas Rosarinos de 1942, el premio adquisición del IV Salón Anual de Artistas Rosarinos de 1943, el primer premio adquisición del XXXI Salón de Rosario de 1952, entre otros. En 1945 fue convocado a concursar por la Beca Guggenheim y en 1958, 1962 y 1971 fue seleccionado para el Premio Palanza organizado por la Academia Nacional de Bellas Artes. En 1972 fue nombrado académico delegado de esa institución. Murió en Rosario en 1984.
Mutual Art
Contacto
Fecha: Del 28.07.23 al 21.09.23
Bolsa de Comercio de Rosario (Paraguay 755)
Días y horarios de visita: de lunes a viernes de 9 a 18 h en el espacio de arte Prof. Miguel Ballesteros
Entrada gratuita
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