La mirada artística de Raúl Soldi: volver mágico lo cotidiano
A lo largo de su carrera, Soldi desarrolló un estilo distintivo, con el color como centro y una profunda conexión con la naturaleza y la arquitectura. Su historia, su legado y una muestra en Santa Fe que lo tuvo como uno de sus protagonistas.
“En el arte no hay malos motivos, hay motivos mal empleados”. Que Raúl Soldi sea un pintor argentino cuyo nombre resuena con fuerza cuando se repasa la historia del arte de Argentina y América Latina no es casual, sobre todo si se considera a la infancia como el terreno fértil en el cual las vocaciones echan raíces. Es que, señalan las biografías, su primer hogar familiar estaba ubicado muy cerca del teatro Politeama, en la porteña Avenida Corrientes. El pequeño Soldi iba con frecuencia a ver espectáculos allí en las primeras décadas del siglo pasado y a partir de esa influencia se dedicaba a armar escenarios de títeres, donde montaba sus propias obras de teatro.
Museo Nacional de Bellas Artes
Lo cierto es que la obra plástica de Soldi es, a casi 30 años de su desaparición física, un símbolo de la identidad cultural argentina. Gracias, en buena medida, a su estilo fácilmente reconocible, caracterizado por su representación de la naturaleza, la figura humana y la arquitectura, con la mirada más puesta en el color que en la forma. Soldi también fue un muralista de probado talento y desarrolló varias obras en tal sentido: su labor está presente en edificios emblemáticos de la ciudad de Buenos Aires (la cúpula del Teatro Colón, que realizó en la década del 60, es el ejemplo más conocido pero también cabe mencionar la Capilla de Santa Ana en Glew) y otros puntos del territorio nacional, con lo cual sus pinceladas engrosan la belleza de los entornos urbanos.
Museo Nacional de Bellas Artes
En paralelo, Soldi participó de diversos movimientos artísticos generando un doble juego: influyó sobre sus pares (en la obra de Carlos Alonso, Leopoldo Presas, Antonio Berni y Ana María Maiolino se observan preocupaciones y búsquedas que pueden tener puntos común con Soldi) y al mismo tiempo enriqueció su propio estilo, con la incorporación de elementos. El reconocimiento que obtuvo a nivel internacional también es destacable: su labor no sólo fue apreciada en Argentina sino también en otros lugares, vehiculizado sobre todo a través de diversas exposiciones.
Arte de la Argentina
Miradas
Aldo Pellegrini, según consta en el catálogo de la Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat ubica a Soldi en el grupo de los neo románticos, que “recurren a los poderes de la imaginación y utilizan las creaciones de la fantasía para rehuir de la realidad”. A la vez, hay que destacar que Soldi poseía una profunda conexión con la naturaleza que está presente en muchas de sus pinturas. La arquitectura fue otra de sus fuentes de inspiración, en particular su interés por los detalles y las representaciones de edificios históricos.
Arte de la Argentina
Juan Carlos Miraglia, por su parte, escribió sobre el pintor: “Con gusto actual y fantasía inimitable retoma elementos figurativos comunes, a los que, como un mago, confiere formas nuevas y gracia peculiar. Sus chicos jugando, mujeres de actitudes melancólicas, sus naturalezas muertas hechas con elementos de cotidiano encuentro, como así sus paisajes tomados en cualquier parte, sin preocupación del tema: una medianera calcinosa, una verja, un gangoso molino de viento, son elementos suficientes para componer un cuadro deliciosamente suyo, al que siempre imprime candorosa gracia, ya sea por la simplificación de los elementos o bien por el refinado sentido del color, o por la suma de ambas cosas que dan un resultado de absoluta sustancia poética”.
Arte de la Argentina
“Soldi entendió la pintura como un imán para la búsqueda de la belleza y el goce, encarnadas por la bondad, la alegría, la dulzura y la figura femenina, en perpetuo homenaje a su mujer, Estela Gaitán, que lo respaldó para que se dedicara de lleno al arte”, afirmó La Nación el 27 de marzo de 2019.
Fundación Pettoruti
Valorado en Santa Fe
La obra de Soldi estuvo a disposición de los santafesinos en muestras en las cuales se presentó. Una de ellas corresponde a 1949 y tuvo como escenario el Museo Municipal de Bellas Artes. Para entonces, Soldi ya era valorado como un maestro de su generación, luego de presentaciones en París y Nueva York. Tal es así que El Litoral, en su edición del lunes 23 de mayo de aquel año lo describe como “es el artista de la gracia, de los tonos suaves y sutiles, de temperamento musical, con grandes cualidades pictóricas”.
Archivo El Orden / Hemeroteca Digital Castañeda
Un día después, otro diario santafesino de referencia como era El Orden, expresó: “los expositores demarcan dentro de la pintura argentina, tres momentos de equilibrio estético y perseveran en sus módulos estilísticos, que los sitúan libremente en la realización de su obra. Mientras Policastro, se adentra en la vida de los humildes para descubrir sus estados emocionales y encontrar el acento terrígeno, hasta identificarse con el dolor y las etapas sociales de un sector argentino, Soldi va hacia otras esencias llenas de sutilezas y gracias tonales que le permiten ofrecer un variado conjunto de trabajos finamente estéticos”.
Archivo El Litoral / Hemeroteca Digital Castañeda
El talento y el compromiso de Soldi, fallecido en 1994, con la cultura argentina hace que su obra siga siendo apreciada y estudiada. En efecto, su estilo quedó tan anclado en el imaginario popular, que en 2019, Google realizó un “Doodle” para celebrar el 114° aniversario de su nacimiento.
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