El pintor que capturó la esencia de Tucumán y la mostró en Santa Fe
Demetrio Iramain fue uno de los pintores más destacados de esa provincia. Desde sus primeras obras, plasmó la esencia de Tucumán y su gente. Su vida, su impacto artístico y los detalles de la exposición que realizó en Santa Fe en 1945.
“Rincón de Famaillá”, de Demetrio Iramain. Foto: Museo Provincial de Bellas Artes Timoteo Navarro
Demetrio Iramain nació en Tucumán en 1907. Sería, con el tiempo, uno de los pintores más destacados de la historia de esa provincia del norte argentino. Gracias a su habilidad para el uso del color y la definición de un estilo propio, dejó a través de sus cuadros un patrimonio ineludible para el arte argentino.
Formado en la Escuela de Bellas Artes de Tucumán, sus primeras obras se caracterizaron por una representación figurativa precisa y detallada donde se hizo eco de la exuberancia de la naturaleza tucumana. Su estilo se transformó, con el tiempo, en una fusión entre realismo y expresionismo. Así, sus obras lograron captar la esencia de Tucumán y su gente.
Foto: Gentileza
Pero no solo los habitantes de Tucumán y su idiosincracia fueron puntos de partida e inspiración para Iramain, sino también la naturaleza. A menudo, se ocupó de retratar los campos de caña de azúcar, los cerros y las cascadas entre otros motivos. Pero también pintó retratos y escenas cotidianas que reflejan la diversidad cultural y social de Tucumán.
La trayectoria artística de Iramain fue reconocida tanto a nivel nacional como internacional. Participó en numerosas exposiciones individuales y colectivas en museos y galerías de arte en Argentina y en el extranjero.
Foto: Gentileza
Iramain vivió en su ciudad natal hasta 1940, dedicado sobre todo a los paisajes regionales, las faenas cotidianas de sus contemporáneos y la realidad rural. Luego se trasladó a Buenos Aires y allí se vinculó con Benito Quinquela Martín. Así, trabajó temáticas afines a las del pintor de la Boca, pero también indagó en naturalezas muertas y flores.
Falleció en 1990, pero sus obras figuran en el Museo Nacional de Bellas Artes y en las provincias de Tucumán, Córdoba y Santiago del Estero.
Foto: Gentileza
“La pintura de Demetrio Iramain tiene una proyección muy clara y durante todos sus momentos, si bien ha variado en lo superficial, ha mantenido sus caracteres esenciales. En cuanto a la temática, siempre ha conjugado la relación paisaje-personaje dando a cada uno su propio papel”, sostiene Celia M. Terán.
“Espátula sensitiva”
En 1945, en dos salas del Museo Municipal de Bellas Artes, Iramain expuso ante los santafesinos 33 óleos de su autoría centrados en temas de la provincia norteña que lo vio nacer. En el acto inaugural, que se realizó en junio y del cual dejaron constancia los distintos diarios de la capital provincial, participaron diversas autoridades públicas.
Foto: Archivo El Orden / Hemeroteca Digital Castañeda
El Diario El Orden publicó el 9 de junio de 1945, una reseña sobre la muestra, firmada por un cronista cuyas siglas eran E.B.B. “Analizando el contenido de las piezas expuestas por Iramain, podemos decir que el artista, compenetrado de la realidad ambiental, capta con su espátula sensitiva, el paisaje de su tierra, dejando en cada una de las obras, plenas de luz y exuberante cromatismo, la fineza del aire montañés que filtra las cadencias de una sutil policromía”, señala tal artículo.
Foto: Archivo El Orden / Hemeroteca Digital Castañeda
“El plástico tucumano se nos presenta así como poseedor de un espíritu atento, que aliado a una retina ágil y despierta, penetra en la esencia de la vida cotidiana, y, gracias a esas virtudes y con el auxilio de gamas armoniosas, obtiene escenas bien iluminadas y de espontáneo movimiento”, añade.
Foto: Archivo El Litoral / Hemeroteca Digital Castañeda
“La calidad técnica del artista es excelente y la demuestra con certeza, en el uso que hace de los tonos cálidos y del blanco, mediante los cuales equilibra con soltura los motivos a ‘plein air’ que tanto le entusiasman. Con su espátula severamente disciplinada, emplea los matices del verde, dándoles particular vitalidad y puede de ese modo impresionar con empastes vibrantes la naturaleza en su multiplicidad botánica y terrestre”, sostiene.
Foto: Archivo El Litoral / Hemeroteca Digital Castañeda
Reflejar la vida tucumana
“Los efectos de contraluz, siempre interesantes, nos permiten valorar su afinada sensibilidad y con tales recursos lumínicos, consigue graduaciones tonales de muy buen efecto. Frente a las telas de Iramain, nos preguntamos: ¿Qué es lo que le apasiona y atrae al pintor norteño? Y debemos responder: La vida de Tucumán en su totalidad y eso es lo que lo orienta hacia el conocimiento profundo del medio ambiente, frecuentándolo con delectación y entusiasmo”, indica la mencionada reseña.
Foto: Gentileza
Y finaliza: “en definitiva, Iramain, a través de sus óleos, muestra un espíritu sensible, amante del color y de los temas del solar natiro, hacia los cuales orienta noblemente sus inquietudes estéticas, haciéndolo con finos matices, que son a la vez el acento diferencial de una región argentina, que tiene en sus esencias seculares y naturales, una magnífica tradición de belleza histórica”.
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