Nacido hace 167 años, este maestro del realismo y el impresionismo, inmortalizó a finales del siglo XIX las bulliciosas calles de la capital de los Países Bajos. Recordamos una de sus obras más emblemáticas.
Fragmento de “El puente de Singel en el Paleisstraat en Ámsterdam”. Foto: Rijksmuseum Amsterdam
George Hendrik Breitner, nacido el 12 de septiembre de 1857 en Róterdam, hace 167 años, fue uno de los mejores exponentes del realismo y el impresionismo en los Países Bajos, dotado de un particular talento para trasladar a sus cuadros la vida cotidiana de las ciudades europeas, especialmente Ámsterdam. Su obsesión era retratar la realidad tal como la veía, lo cual lo llevó a experimentar también con la fotografía, que entendió y utilizó como una herramienta complementaria a la pintura.
Rijksmuseum
Su obra más emblemática, “El puente de Singel en el Paleisstraat en Ámsterdam” (1896), es un ejemplo de su vínculo con el paisaje urbano y de su inclinación, similar a la de los cineastas soviéticos de la década de 1920, de mostrar la esencia de la ciudad en movimiento, sus calles y sus momentos cotidianos. En esta pintura, se observa un día animado en el centro de Ámsterdam, con personas y carruajes que transitan por el puente, enmarcados por la arquitectura de la época. Lo que hace única a esta obra es la manera en que Breitner se vale de la luz y los trazos para brindar sensación de movimiento.
Rijksmuseum Amsterdam
La obra realmente posibilita al observador “sentir” la humedad del clima holandés, característica que Breitner representó en forma recurrente en sus paisajes urbanos. En lugar de centrarse en detalles minuciosos, opta por un enfoque impresionista, que presta atención a la atmósfera y el alboroto del lugar. Acción propia de un verdadero cronista visual de la vida moderna, que puso su arte al servicio de tal acción.
Rijksmuseum Amsterdam
Muchos críticos ven en “El Puente Singel en Ámsterdam” una especie de “ventana” al alma de Ámsterdam de fines del siglo XIX, una época marcada por la industrialización y el crecimiento urbano. Breitner utiliza este puente como un elemento arquitectónico y como un apunte sobre los comportamientos de las personas para asociarse a su entorno urbano. En la obra, los transeúntes son los protagonistas los que reflejan con fuerza el “pulso” de la vida diaria.
Maestro de maestros
Breitner se formó en la Real Academia de Bellas Artes de La Haya y pronto se destacó por su enfoque realista, influenciado por la Escuela de La Haya. Sin embargo, al trasladarse a Ámsterdam en 1886, su estilo comenzó a evolucionar. Influenciado por el impresionismo, adoptó una mirada más libre y espontánea, centrándose en el retrato de la vida urbana.
Rijksmuseum Amsterdam
La originalidad de muchos de sus trabajos, tanto en la composición como en el cromatismo, influyó las generaciones posteriores. “Sedujo a Vincent Van Gogh, como, un poco más tarde, fue una revelación para Piet Mondrian, partiendo al descubrimiento de la abstracción”, señala un texto sobre el pintor que consta en la página del Museo de Orsay.
Museum Boijmans Van Beuningen
Ámsterdam, con sus calles empedradas, canales y puentes, se convirtió en su “musa”. Fue un precursor en la representación del dinamismo urbano, que se dedicó a representar el mundo tal como lo veía, sin adornos ni idealizaciones. “El Puente Singel en Ámsterdam” es una obra que sintetiza su maestría.
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