Oscar Elías Gigena y su búsqueda de la identidad americana

Oscar Elías Gigena (1927-1989) fue un artista plástico santafesino que integró el Grupo Setúbal. Según el portal Arte de la Argentina, “su pintura responde a cánones cuasi académicos de organización sintáctica abierta, con un plano plástico entendido como ventana a través de la cual se entrevé la escena pintada. Arrastres, veladuras, frotados y superposiciones con una paleta acotada, que se define como de valor antes que de color”.

En agosto de 1975, Gigena exhibió en la galería El Greco (Catamarca y San Jerónimo) díez obras de diferentes períodos de su quehacer. Al respecto, El Litoral publicó una reseña de Jorge Taverna Irigoyen el día 18, donde expresa la visión del vespertino sobre la obra del pintor. A continuación, los párrafos más salientes.

“Desde hace algo más de veinte años Oscar Elías Gigena se ha plegado al movimiento de la plástica santafesina. Su labor, un tanto recoleta y silenciosa, le ha significado sin embargo no pocas distinciones en el ámbito provincial, mereciendo asimismo conceptuosas valoraciones de la crítica especializada”.

“Sin duda, lo importante en el trabajo de Gigena se da cuando el artista trata de volcar en su plano pictórico algunas improntas del ser americano. Fundamentalmente la figura, como núcleo expresivo de idiosincrasias, razas, sentimientos y vínculos emocionales ocupa los momentos más sustantivos de su quehacer. El artista penetra los rostros ásperamente los disecciona en sus rasgos indígenas, les busca su proyección telúrica y hasta cierto latido inaudible en los cromatismos ocres y grises. Figuras un tanto mimetizadas en el paisaje, con esa suerte de mansedumbre atávica y, sin embargo, con una dulzura muy particular que emerge de los ojos y la piel con intensidad de mensaje”.

“Algunos de estos trabajos -sobre todo dos o tres óleos fechados en 1971, año de gran importancia para su obra- se exhiben en la muestra que se comenta. Un particular poder de síntesis en las líneas rectoras que estructuran una mujer-símbolo y un medido uso de las gamas bajas concurren para dar a esas cabezas de Gigena una vibración humana que comunica potablemente”.

“Sin embargo, frente a esta exposición del plástico santafesino se debe lamentar la escasa proyección que él mismo ha dado a su trabajo a través del tiempo. Su labor no sólo es escasa y en oportunidades limitada, sino que además no está acorde con las posibilidades expresivas que posee y tiene el compromiso de profundizar. Ojalá esta muestra significara un nuevo ‘despliegue’ para su visión conceptiva, ya que nuestra pintura necesita de hombres como él, consustanciados con el latido americano”.