Cómo reflejó El Litoral la reapertura del Salón de Bellas Artes de Mar del Plata

El domingo 10 de octubre de 1976, El Litoral publicó el artículo “El arte junto al mar”, firmado por Rafael Carlos Quesada. Allí, da cuenta de la relación entre el turismo y la identidad local en Mar del Plata y destaca la reapertura del XII Salón de Bellas Artes, que fomenta el intercambio cultural entre artistas y visitantes. Menciona los premios otorgados a creadores como Augusto Vai Fontana y Pablo Menicucci, resaltando la calidad de las obras presentadas. A pesar de las dudas sobre si la reapertura busca solo atraer turistas, se plantea un compromiso de las autoridades para mantener el salón activo durante todo el año y promover la creatividad de los artistas plásticos locales. A continuación, se reproduce el texto completo.

“Muchas veces es difícil distinguir en las ciudades que se han levantado por impulso del turismo entre los rasgos y elementos que componen su realidad local y aquellos que le imprime el aluvión de sus visitantes. Estas distinciones se logran, en parte, cuando superada la época ‘de temporada’ permanecen sus ocupantes naturales desarrollando ‘su vida propia’. Pero siempre se produce un intercambio, que es feliz cuando es fecundo, entre los que deja la gente de paso y lo que entregan los obligados anfitriones. Existe una ciudad en la que se viene produciendo este intercambio desde hace más de un siglo, cuyo prestigio trascendió las fronteras del país y cuyo nombre vuelve a la boca de muchos apenas se preanuncia el verano: Mar del Plata”.

“Precisamente, hace muy pocos días, se dieron a conocer los premios otorgados entre los participantes del XII Salón de Bellas Artes de dicho núcleo atlántico. La máxima distinción correspondió a Augusto Vai Fontana, conocido artista que ha realizado exposiciones en nuestra capital y cuyas obras han merecido en varias oportunidades el halago de ser reproducidas en publicaciones especializadas. En esta ocasión presentó dos interesantes trabajos en los que profundizó su acostumbrado juego de describir el paisaje a través de atmósferas sugerentes que exaltan las figuras de la composición y las humanizan. El segundo premio correspondió a Pablo Menicucci en atención a su capacidad para mantener la jerarquía y calidad de su creación a través de un rigor en el desarrollo de las formas y el adecuado tratamiento del color. En tercer lugar fue distinguido Roberto Galicer por las expresivas realizaciones de sus naturalezas muertas”.

“También en dibujo se entregaron recompensas a destacados creadores como Aurora Simonazzi, Eduardo Riggio y Marta Poerreta. El segundo de los mencionados mereció el unánime elogio por la serie de figuras que presentó, entre las que se destaca su especial visión de Armando Discépolo, que llegan intensamente al observador. Contribuyeron con sus obras para la realización de la muestra artistas de más de veinte localidades bonaerenses. Los antecedentes de esta última muestra le otorgan a este hecho una significación muy especial”.

“Durante varios años, por causas que se desconocen y que seguramente merecen ser ignoradas, permaneció clausurado este salón. Por las características antes apuntadas, ciudad turística que recibe el influjo de miles de visitantes y que durante el verano concentra la atención del país, el encuentro que anualmente se celebraba entre los creadores alcanzó expectante notoriedad y fue un motivo más de atracción. La suspensión de estas reuniones fue lamentada no sólo por los cultores y amantes de las artes plásticas que perdieron un interesante recinto donde exponer y admirar, sino esencialmente por los habitantes de una vasta área que se vieron privados de tan preciado centro. Y de entre ellos, por supuesto, lo lamentaron más aún los creadores que vieron cerrada la posibilidad de conectarse con una gran cantidad de público de la zona y turistas”.

“La afluencia de artistas, la cantidad y calidad de las obras reunidas, dan cuenta de la necesidad de la existencia del Salón de Mar del Plata y de lo acertado de la medida impulsada por la municipalidad de General Pueyrredón que culminó con esta reapertura. El Museo de Bellas Artes marplatense y su comisión asesora fueron las entidades que apoyaron y posibilitaron que se concretara la iniciativa comunal”.

“En algunos surgió la duda de que este auspicioso retorno tuviera por único fin engalanar el ámbito ante la proximidad de la temporada veraniega. Sin embargo los proyectos que abrigan sus organizadores permiten suponer que además de ese objetivo existen otros. Por ejemplo mantener el funcionamiento del Salón durante todo el año”.

“No hay que olvidar que en Mar del Plata funcionan importantes establecimientos educativos de todos los niveles que atraen a mucha gente. También se ha pensado en la constante turística, que con distintas características se manifiesta todos los meses, pero por sobre todas las cosas les interesa retomar la tarea de alentar la creatividad de los artistas plásticos bonaerenses que vuelven a encontrarse en un sitio de indiscutible jerarquía”.