Eduardo Schiaffino, nacido el 20 de marzo de 1858 fue uno de los artistas centrales de la Generación del '80 en Argentina y un gran impulsor de las artes plásticas en el país.
Nacido el 20 de marzo de 1858, fue un artista central de la Generación del ‘80. Generó polémica con esta, su obra más emblemática, aceptada en Europa y criticada en Argentina.
Eduardo Schiaffino, nacido el 20 de marzo de 1858 fue uno de los artistas centrales de la Generación del '80 en Argentina y un gran impulsor de las artes plásticas en el país.
Sus aportes fueron variados: estuvo en la fundación de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes y El Ateneo de Buenos Aires y bregó para la creación del Museo Nacional de Bellas Artes, del cual fue director.
Su papel como promotor del arte argentino resultó una bisagra fundamental en la introducción de obras europeas en el país y en la exposición del arte argentino en el exterior.
Para evocar a Schiaffino, a 167 años de su nacimiento, cabe recordar su obra más emblemática, titulada "Reposo", que forma parte del patrimonio del mentado Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires.
Esta pintura, creada en 1889, es una síntesis del contexto cultural y artístico de la época, marcado justamente por el intercambio fluido entre Argentina y Europa, que iba desde lo comercial a lo cultural.
"Reposo" fue pintada en París, donde Schiaffino se inspiró en las corrientes simbolistas y académicas que dominaban la escena artística de la época.
La obra fue expuesta en el Salón de París de 1889 y en la Exposición Universal del mismo año, donde obtuvo una medalla de bronce, muestra de la madurez que Schiaffino había alcanzado en su carrera.
Su estilo simbolista, con una paleta dominada por tonos azules, presenta una figura desnuda de espaldas en un reposo forzado, lo que da idea de introspección y misterio.
La especialista Laura Malosetti Costa asegura que incluso "hay cierta ambigüedad de género en ese cuerpo casi adolescente, con el cabello muy corto y la cara oculta".
Una figura que, sigue Malosetti, está “en una posición que aparece como una reelaboración del Hermafrodito durmiente, el mármol helenístico restaurado por Bernini”.
Según "La cámara del arte", "el desnudo de espaldas es el protagonista de la obra. En un reposo algo forzado, la persona extiende sus piernas, a la vez que las cruza, mientras arquea su brazo para darle apoyo a su cabeza”.
Aunque fue bien recibida en Europa producto de su técnica y originalidad, en Buenos Aires la obra fue criticada: se la consideró indecente y ofensiva.
Esta reacción no es extraña, sino más bien el reflejo de las tensiones entre la modernidad artística y los términos conservadores de la sociedad argentina de la época.
Malosetti Costa señala, en tal sentido, que el propio artista encaró personalmente la defensa de su cuadro, que volvió a exponer en el primer Salón del Ateneo, en 1893, y nuevamente en el cuarto Salón del Ateneo en 1896.
En ambos casos, recibió severas críticas. "No solo hacia la pintura sino también al hecho de volver a incluirla en los salones cuando era una obra que no era nueva y que ya había sido expuesta y criticada con dureza", agrega Costa.
Pese a su turbulenta historia, "Reposo" sigue proyectando, desde el Museo de Bellas Artes, inspiración para artistas y curadores locales.
Sirve de punto de partida para comprender los parámetros de una etapa del arte argentino, donde un país en formación era sinónimo de un arte nacional que buscaba sus rasgos.
Es una obra que, también, sirve para verificar el poder del arte para contravenir y, a veces, ayudar a reescribir las normas sociales y culturales.
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