En la película “Un tiro en la noche” (cuyo título original es “The Man Who Shot Liberty Valance”) hay una frase que se hizo famosa: “cuando la leyenda se convierte en hecho, imprime la leyenda”. Esta premisa se refiere a la construcción de la idea del “salvaje oeste” norteamericano a través de la literatura y el cine. Pero aplica también a los últimos días del pintor Vincent Van Gogh, que falleció el 29 de julio de 1890 a los 37 años de edad.
Autorretrato (dedicado a Paul Gauguin) ? o Autorretrato a lo bonzo. Foto: Museo Fogg de Cambridge
Según la leyenda, reforzada por la película protagonizada por Kirk Douglas en 1956, cuyo título “Lust for Life” se tradujo en Argentina como “Sed de vivir”, “Trigal con cuervos” es el cuadro que Vincent tenía en su caballete en el momento en que efectuó el disparo que resultó fatal. Aunque varias fuentes, entre ellas la página web del Museo virtual Vincent van Gogh, lo desmienten, es una buena excusa para recordarlo a 134 años de su muerte.
Pintado en 1890, el mismo año de su fallecimiento, este óleo sobre lienzo es un claro ejemplo de la intensidad que caracteriza gran parte de su obra tardía. Van Gogh, quien pintó pocos años pero desarrolló una impresionante habilidad para transmitir emociones a través del color y la textura, refleja en esta obra un campo de trigo bajo un cielo tempestuoso, con una bandada de cuervos sobrevolando.
"Campo de trigo con segador". Foto: Museo van Gogh
Los cuervos tienen una rica y variada simbología en la cultura popular, que varía según el contexto cultural y la época. En muchas culturas occidentales, los cuervos se asocian con la muerte, el luto y la mala suerte. Sin embargo, en algunas culturas indígenas americanas, el cuervo es visto como símbolo de transformación, y en la mitología celta, como protector.
“Trigal con cuervos” puede entenderse como una representación visual de la dualidad entre la vida y la muerte, o la luz y la oscuridad. Aunque los trigales fueron un motivo recurrente en la obra de Van Gogh, este óleo sobre lienzo de 50,5 cm de alto por 103 cm de ancho, que se conserva en el Museo Van Gogh de Ámsterdam, es mucho más oscuro que los demás. De hecho, Miguel Calvo Santos indica que Van Gogh estuvo realizando campos de trigo esa temporada en Auvers, y escribió que los hacía para expresar su tristeza y su soledad.
A nivel estético, tal como señala la página oficial del Museo virtual Vincent van Gogh, el artista “utilizó poderosas combinaciones de colores en esta pintura: el cielo azul contrasta con el trigo amarillo anaranjado, mientras que el rojo del camino se intensifica con las franjas verdes de la hierba”.
"Autorretrato", de 1889. Foto: Museo de Orsay
En última instancia, “Trigal con cuervos” funciona un siglo y medio después como símbolo poderoso de la lucha interna y la genialidad de Van Gogh. La leyenda que se gestó en torno al cuadro, aunque cuestionada, sirve para evocar a un artista que anticipó a los existencialistas en su búsqueda de sentido. En este nuevo aniversario, cabe recordar a un creador que, a través de su "sed de vivir", dejó una obra eterna.
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