Siete Jefes, hoy

Jorge Castillo junto a su mujer. De fondo, el bien más preciado de la Costanera Vieja: el Puente Colgante, declarado Patrimonio Cultural de la Provincia en noviembre del año pasado.

Jorge Alberto Castillo es el portero desde hace 23 años de uno de los edificios más emblemáticos de Siete Jefes. Por ende, es testigo fiel del desarrollo y progreso que tuvo el barrio en las últimas dos décadas. “Este siempre fue un barrio de vecinos amables y de mucha tranquilidad. Pero ahora, no está al margen del mayor problema que tiene la ciudad: la inseguridad. En nuestro caso está representado por dos muchachos en moto, que asaltan a las mujeres, las tiran al suelo y las golpean para quitarles sus pertenencias. Y, encima, después disparan en contramano hacia la ciclovía”, contó el hombre. “Antes no era así. Vivíamos tranquilos. Pero desde hace un tiempo es imposible. Ya no existe patrullaje policial, sobre todo en horas de la noche. Tampoco se puede esperar el colectivo a ninguna hora y las mujeres no pueden salir ni con cartera ni con celular porque estos jóvenes aparecen de la nada y se dedican al arrebato. Todos los vecinos realizamos denuncias en la comisaría, pero sin ningún resultado”, continuó. La inseguridad no es el único reclamo en Siete Jefes. Otra demanda “jamás escuchada por parte de los funcionarios” es el tema de los ruidos molestos y las picadas de motos y autos. De jueves a domingos, a la madrugada resulta imposible dormir debido al ruido de los escapes. Al parecer de Jorge Castillo, los inspectores están desbordados y no tienen apoyo real para terminar con esta situación. Al preguntarle qué es lo más lindo y lo más feo del barrio, la respuesta del hombre dejó un sabor agridulce: “La vista que ofrece el Puente Colgante y la laguna es impagable. El barrio en general es muy lindo para pasear, pero tenés que salir temprano y sin nada porque no sabés si vas a volver del paseo”.

Para saber • Servicios. La jurisdicción cuenta con todos los servicios básicos: energía eléctrica, agua potable, cloaca y gas natural. También con sistemas de cable, telefonía fija, móvil e internet. • Transporte público. Línea 16. • Escuelas. De nivel inicial, Jardín Margarita Pautasso; de nivel primario, escuela Amenábar; de nivel secundario, escuela Avellaneda. También hay una escuela para chicos hipoacúsicos. • Clubes. Uno. Ferroviario. • Comisaría. No tiene. Un sector del barrio corresponde a la Seccional 3era. y otro a la 5ta. • Espacios verdes y públicos. El cantero central de avenida Costanera y la propia Costanera, el bulevar Muttis, la Plaza de la Locomotora y un espacio existente entre el fondo de la escuela Avellaneda y de la Asociación de Radioaficionados. • Vecinales. Una, Siete Jefes.

/// Postales de hoy

Fisonomía. Visualmente, la Costanera cambió numerosas veces en los últimos años. Lo que jamás se modificó fue su valor como paseo. Todos los días y a toda hora puede verse a los santafesinos realizando ejercicio o paseando a sus mascotas por la zona. Por ello, uno de los reclamos constantes ha sido la instalación de semáforos o lomos de burro, ya que el cruce de un lado al otro de la arteria resulta sumamente peligroso, debido a la alta velocidad con la que circulan los coches.

Postal única. En pocos años, la ciudad creció hacia el norte. Y la Costanera, que se terminaba en lo que hoy conocemos como bulevar Muttis, se extendió hasta La Rotonda.

Paseo y problema. La amplia arteria construida en la Costanera funciona como un disfrute para las familias que, sobre todo los fines de semana, eligen esta zona para pasear con sus coches. Sin embargo, el trayecto también es escenario de un problema al cual la Municipalidad aún no ha logrado darle una solución: las “picadas” de coches y motos.

En primer plano. Uno de los pilotes que funcionaron como base de los puentes que unieron por ferrocarril a la ciudad de Santa Fe con Colastiné. Hoy, el paisaje de esa zona se completa con los pescadores, que comienzan su tarea en las primeras horas del día o también jóvenes realizando deportes acuáticos.

Huella presente. Numerosos proyectos se presentaron en los últimos años a fines de darle alguna utilidad a los pilotes de la Costanera. Si bien ninguno de ellos pudo concretarse, éstos se erigen como testigos de viejas y pujantes épocas de la ciudad de Santa Fe.