Mónica Ritacca/María Víttori
El barrio está ubicado en el centro de la ciudad y su nacimiento, muy ligado a la llegada de inmigrantes italianos, quienes le dieron al lugar una impronta muy particular que todavía perdura.
Mónica Ritacca/María Víttori
Fotos: José Vittori | Cámara: Juan Manuel Víttori Chofer: Mario Ereñú cronicas@ellitoral.com Villa María Selva es un barrio conocido, una jurisdicción que seguramente alguien escuchó al menos nombrar alguna vez. Es que allí nació y creció un famoso cómico que trascendió Santa Fe y triunfó en Buenos Aires y que no pierde oportunidad de nombrar a su Villa María Selva querido, cada vez que sale en televisión, en radio o en teatro: el Dady Brieva. El punto de referencia que indica la llegada al barrio -y además constituye el límite oeste del barrio- es el Puente Negro. Ahí nace el centro comercial a cielo abierto que soñó un grupo de hombres que, en 1959, creó la Asociación de Comerciantes, Industriales, Profesionales y Amigos de avenida Aristóbulo del Valle y permitió el crecimiento de la zona. Villa María Selva fue el lugar donde se radicaron decenas de inmigrantes italianos; de ahí el apodo Pequeña Italia y la explicación a la cantidad de nombres y apellidos gringos. Algunos de ellos aún viven, como Luis Recce, un hombre de 93 años que llegó a la Argentina el 28 de agosto de 1948 y se lo encontró en el buffet de la Asociación Ítalo Argentina Figli Di Lioni. Sobre los problemas actuales de la jurisdicción, la inseguridad y la velocidad a la que circulan los vehículos por su interior parecen ser los más graves. Esto último está asociado a que el barrio tiene conexión con las avenidas Aristóbulo del Valle, General Paz y Galicia. Cómo se originó En el año 1939, lo que hoy es el barrio tenía una geografía ondulada debido a las quintas hortícolas que caracterizaban a la zona y por entonces comenzaban a lotearse. En aquel año, entre una casa y otra había una distancia importante. Interiormente tenían una particularidad: poseer una galería ventilada y fresca, vistosos malvones y jazmines en el frente y un amplio patio donde no podía faltar un parral y un poco de tierra para cultivar plantas frutales, verduras y flores; lo que era una costumbre de los inmigrantes italianos que se asentaron en el lugar. Una laguna de considerables dimensiones producto del declive del suelo y del estancamiento pluvial, que se ubicaba entre las calles Mitre, Hernandarias, pasaje Parpal y Lavalle y era conocida como la Laguna de los Sauces, constituía uno de los sitios preferidos por los vecinos para refrescarse y atrapar ranas y chicharras. Sobre el medio de transporte que había por entonces, se sabe que una red ferroviaria se extendía por el barrio. La vía de acceso más importante era la recorrida por el tranvía de la Línea 4, el cual venía desde el centro por Aristóbulo del Valle, atravesaba Galicia y General Paz hasta Javier de la Rosa, que por entonces eran las únicas arterias asfaltadas, y daba la vuelta a una cuadra de la costanera. El último tranvía en hacer este recorrido está registrado en 1962. Las líneas D, B, G y R, que luego fueron sustituidas progresivamente por las líneas de colectivos 10, 7, 6 y 4, también atravesaban al barrio en su recorrido y le daban a Villa María Selva el paisaje de barrio que se iba perfilando.
Zona comercial. En Aristóbulo del Valle, a la altura del barrio, está el centro comercial a cielo abierto que impulsó una asociación de comerciantes.