Por Tomás Rodríguez
Este 4 de julio se cumplió el trigésimo quinto aniversario de la consagración por primera vez del pugilista santafesino Juan Martín Coggi (63 kilogramos) como campeón mundial de la categoría welter junior de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) al derrotar por nocaut al minuto 55 segundos de la tercera vuelta al italiano Patrizio Oliva (63,500), arrebatándole el cetro y despojándolo de su condición de invicto tras 48 peleas en el campo rentado.
Por Tomás Rodríguez
El pupilo del Maestro Santos Zacarías, clasificado octavo en el escalafón de dicho organismo, había nacido el 28 de enero de 1959, en Fighiera, a 34 kilómetros de Rosario, desde los 9 años criado en la ciudad de Brandsen (cabecera del partido homónimo en la provincia de Buenos Aires), contaba con 25 años de edad, en el campo rentado poseía un palmarés de 35 victorias, 19 antes del límite, dos empates, una derrota y se convirtió en el décimo tercer campeón universal de nuestro país, defendiendo exitosamente el cinturón de monarca en tres ocasiones.
"Látigo" Coggi (los periodistas Martínez y Barbi de la localidad de Ranchos, así lo llamaban por su poderoso punch de izquierda) debutó en el campo rentado el 2 de abril de 1982, venciendo por KO en cuatro vueltas en La Plata a Horacio Valdez; ganando siete veces por la vía rápida en la decena inicial de presentaciones. Sus éxitos continuaron y al cumplirse su vigésima primera pelea como profesional, había triunfado en 11 por nocaut.
El 9 de marzo de 1985, el natural de Fighiera pierde en forma inesperada el invicto en el Luna Park por decisión ante Adolfo Arce Rossi, en pelea a 10 capítulos. Luego continúa su racha triunfando en distintos compromisos, y el 25 de octubre de 1986 se consagra campeón nacional de peso welter junior, derrotando por KO a Hugo "Pajarito" Hernández en tres asaltos.
La Asociación Mundial de Boxeo lo incluye en el escalafón de primera serie en el puesto octavo y el promotor argentino Juan Carlos Lectoure le consigue la chance de combatir por el cetro ecuménico frente al italiano Patrizio Oliva, quien había destronado al marplatense Ubaldo "Ubi" Sacco.
El rival: Patrizio Oliva
Los antecedentes de Patrizio Oliva eran óptimos, debido a que la vida le había dado casi todo lo que se había propuesto: campeón italiano y europeo amateur; medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980; campeón profesional y europeo; poseedor del título de la AMB superligero, invicto con 48 triunfos en igual número de presentaciones, a un triunfo de igualar la plusmarca del inolvidable Rocky Marciano. Era joven y no señalaba frustración alguna al no haber accedido a la diputación por el Partido Demócrata Cristiano.
El pugilista italiano, oriundo de Nápoles (28 de enero de 1959), 28 años, en los Juegos Olímpicos de Moscú obtuvo la medalla de oro al derrotar al crédito local Serik Konakbayev, quien el año anterior lo había vencido por decisión en la jornada final de los campeonatos europeos de boxeo celebrados en Colonia (Alemania).
La pelea entre Oliva y Coggi fue transmitida a la Argentina por el programa de "La Oral Deportiva" por LS 5 Radio Rivadavia y Canal 2 de televisión de La Plata; siendo árbitro Bernardo Rivera Soto, de Puerto Rico, y habían sido designados como jueces Patricia Jarman (Estados Unidos), Carlos Sucre (Venezuela) y Ovsen Jensen (Dinamarca); veedor Fernando Mandry Galíndez (Venezuela) y asistieron a la velada boxística celebrada en el Estadio Comunal Elio Novara, Ribera, provincia de Agriento, Sicilia, Italia, más de 3.800 aficionados.
El estadio
El escenario de la histórica hazaña donde "Látigo" Coggi obtuvo por primera vez el título mundial superligero, no se trataba de un estadio, sino una cancha de fútbol con piso arcilloso, alambrado olímpico, dos pequeñísimas tribunas de 10 escalones y tres vestuarios.
En el medio de ese campo se instaló un ring de 5,80 metros de cada lado -20 centímetros menos que lo reglamentario- llevado en barco desde Nápoles. El cuadrilátero, un gran toldo que pusiera a cubierto a los boxeadores y la prensa en caso de lluvia. Debajo del ring una enorme alfombra marrón para que la tierra no invada los pies de los protagonistas y el árbitro.
El combate
En el asalto inicial, el monarca desarrollaba un boxeo seguro partiendo con su izquierda en punta y manejando la derecha como alternativa de profundidad para llegadas a fondo, mientras el estadio bramaba al grito de "¡Oliva! ¡Oliva! ¡Oliva!".
En la segunda vuelta el local parecía ratificar lo de la anterior, observándose que el campeón debería prolongar el encuentro a 15 capítulos para quedarse con el combate; en tanto que el sudamericano sólo necesitaba un golpe para definir la pelea, haciendo suya la misma.
La definición de la pelea fue espectacular, sorprendiendo a todos los italianos, incluyendo a los promotores Roberto Sabbatini (hijo del desaparecido Rodolfo, responsable de Giovanni Benvenutti-Carlos Monzón, en 1970) y Elio Cotena (ganaron 250 mil dólares).
En el minuto 55" de la tercera vuelta el argentino aplicó una izquierda terrorífica, casi una perfecta sinfonía de velocidad, precisión y poder, saliendo desde afuera hacia adentro, describiendo un ángulo agudo, acompañada por la fuerza del torso con el pie derecho apoyado en la lona y el talón izquierdo levemente elevado. Fue parecido a un rayo, como una descarga eléctrica, chocando contra el maxilar derecho de Oliva, entre la sien y el pómulo; tras la llegada del golpe, el campeón resignó sus piernas y cuando se desplomaba recibió una derecha; pegando con su cuerpo pesadamente en el piso y el juez iniciaba clara y puntualmente la cuenta.
Oliva, de gran corazón y coraje, se puso de pie, pero no sabía dónde estaba, tenía el hombro derecho luxado, la mente perdida y la corona fuera de la cabeza. Todo lo que pasó después fue innecesario y obligatorio; Coggi se lanzó sobre el cuerpo de Oliva y lo paseó de lado a lado hasta llevarlo a un rincón neutral, descargando una serie de golpes arrojando nuevamente al italiano sobre el tapiz.
El napolitano realizó esfuerzos denodados por levantarse, fueron inútiles: se lo observó reptando sobre el ring intentando lo irremediable, entonces Coggi comenzó a saltar, pegó varios golpes al tapiz. Se produce entonces el apocalipsis, el maestro Zacarías emocionado abrazó a Tito Lectoure golpeándolo con un objeto que tenía en un bolsillo de su campera y le inflamó el pómulo.
En tanto, Oliva rodeado de sus asistentes: Rocco Agostino y Bruno Arcari, uno de sus hermanos y varios admiradores, no volvía en sí; los camilleros se abrieron paso entre los aficionados -atónitos por el desenlace- estaba inmóvil y cerebeloso, le quitaron las botitas y le descomprimieron el pantalón.
En el camerino, Oliva declaró a la prensa: "No vi la mano, no sé de dónde vino, ni cómo fue; todo lo que puedo decir es que Coggi me pegó más fuerte que cualquiera de los 48 rivales anteriores. Sinceramente lo que ocurrió después de la primera caída no lo recuerdo. El boxeo se acabó para mí", concluyó el excampeón mundial de los superligeros.