La decepción del 69, el famoso 6 a 0 del 78 y el festejo "de panza" de Diego en el 2009
Argentina jugará el sábado en esta calurosa Miami ante los peruanos de Fossati, que rezan por un milagro para clasificar. Nos ganaron 5 veces en toda la historia, pero una vez nos dejaron afuera de un Mundial.
El festejo de Luque en el último gol a Perú en el Gigante de Arroyito y el grito de Maradona tras el gol de Palermo en las Eliminatorias de Sudáfrica 2010.
Hay tres partidos entre Argentina y Perú que se salen del contexto de los otros 54 en los que se enfrentaron ambas selecciones. Apenas cinco fueron las victorias peruanas, que una vez nos dejaron afuera del Mundial. Fue para el de 1970, cuando aquella generación de exquisitos jugadores que le dieron brillo a Perú en esos tiempos –sobre todo por su estilo de juego, bien sudamericano- empató en la Bombonera 2 a 2 y así clasificó, en detrimento de Argentina, para el Mundial de México al que no fuimos y de lo que nos tomamos revancha absoluta 16 años después, allí, con la epopeya de Maradona y compañía.
Cuatro interventores tuvo la Afa en 1969, cuando Onganía gobernaba el país y gritaba a los cuatro vientos que “no vamos a dejar morir el fútbol argentino”. También el desfile incesante fue el de los técnicos. Adolfo Pedernera dirigió ese equipo, pero también pasaron Maschio y Minella. A Perú lo dirigía el brasileño Didí, que luego se encargó de promover a muchos pibes de River, entre los que se encontraban Jota Jota López, Merlo y el Beto Alonso. En ese equipo peruano brillaban Chumpitaz, Teófilo Cubillas, Baylon, Cachito Ramírez, Rubiños, Challe y León. Para Argentina, atajaba Cejas y jugaban, entre otros, Roberto Perfumo, el tucumano Albrecht, Brindisi, Rulli, Marcos (era el wing de Chacarita campeón del 69 con los santafesinos Poncio y Gómez), Yazalde y el Conejo Tarabini. Había que ganar, pero se empató. Los dos goles de los peruanos los hizo Cachito Ramírez, que no se destacaba justamente por su potencia goleadora. Albrecht y el Toscano Rendo, sobre el final, hicieron los dos de Argentina.
El Toscano Rendo, figura del partido entrando en el segundo tiempo por el clamor de la gente, contó, alguna vez, que “fue impresionante ver tanta amargura en un vestuario, algunos lloraban, Pedernera fumaba en un rincón. Me quedé solo a un costado, me metí en la ducha y cuando salí no había nadie, me vine caminando solo desde la Bombonera hasta mi casa de la calle Beazley, en Pompeya, pasé caminando por detrás de la cancha de Huracán. No estaban ni mis viejos ni mi hermano, me tiré en la cama, me comí una tableta de chocolate y me dormí”.
El más recordado de todos, es el 6 a 0 en el Mundial de 1978. Fue la única vez, de las 54, que se enfrentaron en la máxima competencia. Argentina necesitaba hacer cuatro goles esa noche en la cancha de Rosario Central, pero hizo seis. Se dijeron muchas cosas de ese partido, todas tendenciosas y apuntando a un supuesto arreglo. Quiroga, el arquero peruano, había nacido en la Argentina y se nacionalizó. En ese partido, a los pocos minutos de juego hubo un tiro en el palo del arco de Fillol. Se llegó a decir que había partido un buque con cargamento de soja y otra clase de alimentos hacia Lima, “donado” por el gobierno argentino. ¡Y hasta se dijo que Videla, el presidente de ese momento, había entrado al vestuario peruano a ‘solicitarles’ que se dejen ganar!
Leopoldo Luque lo recordó en varias entrevistas con El Litoral: “Un mes y medio o dos meses antes les habíamos ganado, incluso en Perú y con una buena diferencia de goles. Pero nadie se detiene a ver el nivel que tuvimos muchos jugadores en ese partido. Yo pateé cuatro veces al arco e hice dos goles esa noche. Y Kempes, Larrosa, Passarella, la rompieron. Lo que pasa es que hay gente que se encarga permanentemente de desacreditar a esa Selección. Yo no ví nada raro esa noche. Desde los 10 años que ando detrás de una pelota y no creo que un jugador de fútbol o un equipo vaya para atrás y juegue a perder”, dijo el “Pulpo”, cuya primera convocatoria la recibió, de parte de Menotti, cuando todavía jugaba en Unión y antes de ser vendido a River.
El tercer partido es el de las Eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica. Fue la noche de lluvia torrencial, la del gol agónico de Palermo y el festejo enloquecido de Maradona tirándose “de panza” sobre el césped mojado. Todavía quedan sobrevivientes, de ese partido, en la selección. Di María y Messi jugaron de titulares. Y también lo hizo Pablo Aimar, hoy integrante del cuerpo técnico de Lionel Scaloni. En Perú, descollaba Juan Manuel Vargas, que había conseguido altura futbolística cuando llegó a Colón junto con Cominges en el equipo que dirigía el Tata Martino. Ganaba la selección con un gol del Pipita Higuaín apenas iniciado el partido y parecía que todo se iba a desarrollar sin sufrimientos, pero Rengifo –que entró en el segundo tiempo- lo empató. La tormenta le ponía un tinte dramático y épico al partido, hasta que en tiempo de descuento llegó el gol de Palermo y se desató la locura. Luego, Argentina le ganó a Uruguay en el Centenario y clasificó en el cuarto lugar. Pero el gran paso se había dado en ese partido con los peruanos de octubre de 2009 en el Monumental.
Son otras circunstancias las que rodean al partido del sábado en esta Miami calurosa, húmeda y con mosquitos. Ya Argentina está adentro, con amplias posibilidades de ser primera. Y Perú está con muy pocas chances, ya que deberá ganar y por una buena diferencia, esperando además que Canadá no gane y que, si lo hace Chile, sea por menor diferencia que los peruanos con Argentina. Es decir, tiene que ganar sí o sí, pero, además, depende de otros resultados. Extremadamente complicado.
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