La vigencia del básquet argentino post Generación Dorada
El retiro de nombres como el de Ginóbili, Nocioni y Scola planteó en su momento las dudas sobre el futuro del equipo nacional. Los resultados hablaron por sí solos y el recambio mantuvo a Argentina en lo alto con un estilo propio.
El festejo y desahogo merecido para el equipo. Crédito: FIBA
El fin de semana que pasó quedará en la historia del básquet argentino. El ingreso de Manu Ginóbili al Salón de la Fama de la NBA marca un hito para el deporte de este país y el título de la selección mayor le devuelve la confianza al equipo y recupera el trono alcanzado a nivel continental en 2011.
La AmeriCup Brasil 2022 no sólo llegaba como un desafío tras el palo sobre la rueda que significó la salida de Néstor “Che” García y la rápida designación de Pablo Prigioni como entrenador a días del comienzo, sino que también era la primera competición oficial luego del retiro de Luis Scola.
Hasta los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, donde los resultados estuvieron lejos de lo esperado, el equipo aún contaba con el histórico capitán, a pesar de ya atravesar el famoso “recambio” luego del despido de la Generación Dorada en Río 2016.
Si bien, muchos jugadores actuales forman parte de un proceso mucho más largo y acumulan un vasta experiencia a nivel internacional, la ausencia de la totalidad de nombres que estuvieron en Atenas 2004 era un desafío a nivel simbólico.
Desde 2017 hasta este 2022, los ojos estuvieron puestos sobre la responsabilidad mayor que debían asumir los Campazzo, Laprovittola, Brussino y Deck. La AmeriCup de aquel primer año mostró con creces las condiciones de la nueva camada, que por un fatídico último cuarto en la final ante Estados Unidos, se quedó sin el título.
Tras su primer despido de la Selección, el santafesino Carlos Delfino regresó para las Eliminatorias y volvió a consagrarse a sus 40 años y manteniendo el espíritu. Crédito: FIBA
Las Eliminatorias para el Mundial 2019 fueron un nuevo formato que abrió por momentos el espacio para los jugadores de la segunda alineación, factor clave en desarrollo y la experiencia de las nuevas armas.
De cara a China 2019, Argentina llegó siendo mucho menos que un candidato, pero la eterna juventud de Scola, un Campazzo en modo NBA y la labor defensiva extraordinaria de todo el plantel permitió batir a los monstruosos Serbia y Francia.
En la final caería ante un sólido España, obteniendo igualmente un importante subcampeonato que devolvía al seleccionado a un podio mundial tras 11 años.
Sin embargo, para los protagonistas aún seguía sabiendo a poco y los objetivos quedaban cada vez más altos, como así también las expectativas. Por estos puntos es que el bajo rendimiento en Tokio 2021 y dura eliminación en cuartos ante Australia golpeó más de lo que debía hacerlo.
A pesar de los cuestionamientos, quizás injustos, que recayeron sobre varios miembros de ese plantel y el adiós de Luis Scola, Argentina siguió creciendo a nivel individual desde 2019. Campazzo, Deck y Vildoza sumaron experiencia NBA (escasa pero positiva al fin), Bolmaro se afianzó como jugador de dicha competición, Laprovittola recuperó el protagonismo en la liga española y una decena de juveniles emigraron del país mostrando un importante potencial a futuro.
Con este panorama llegó el equipo de Prigioni a la AmeriCup 2022, donde se presentó como el equipo más serio del torneo y a la larga marcó diferencias jerárquicas con todos sus rivales. Incluídos Estados Unidos y Brasil.
Gabriel Deck creció en el equipo y fue el MVP indiscutido del torneo. Crédito: FIBA
La Selección Argentina ya funciona con identidad propia, manteniendo algunas costumbres de la escuela del básquet nacional, pero adaptándose al contexto de la disciplina y a los propios actores del momento.
El camino ahora impone mayores desafíos para el seleccionado, que deberá afrontar las ventanas de clasificación al Mundial 2023 en noviembre y febrero con la ausencia de las principales armas. Allí deberá aparecer nuevamente la responsabilidad de la segunda línea y el nuevo aire que por el momento no ha decepcionado.