El Litoral
Sufrió pero ganó. El calor agobiante en Australia desató las quejas de muchos jugadores en el circuito. Juan Martín Del Potro sintió que nadie estaba viendo su partido bajo el sol. Por su parte, Djokovic reflexionó sobre los límites de este deporte.
El Litoral
La segunda ronda del Abierto de Australia se jugó con temperaturas extremas, lo que despertó preocupación y quejas en los jugadores y el público.
Del Potro, que ganó su partido frente al ruso Karen Khachanov, confesó que hubo momentos durante el enfrentamiento en los que no pensó tanto en su juego como en su salud.
Tras su victoria, el argentino número uno dijo que "casi 40 grados es demasiado para la salud. Hacía demasiado calor para jugar al tenis. Se vio en la tribuna también, nadie estaba viendo el partido bajo el sol". Pero afirmó haber hecho "un gran esfuerzo para sobrevivir".
La exigencia que tuvo lo llevó a tener molestias en su pierna izquierda. "Es una molestia producto de la exigencia física que tuve, nada grave", aseguró.
Los deportistas salieron a la cancha a la siesta en Australia (medianoche en Argentina) y con poca sombra. En ese momento los termómetros marcaban 39 grados en Melbourne, con los cuales los tenistas debieron lidiar durante casi cuatro horas.
"Me tocó el peor horario" dijo el tandilense. "No hay preparación que sirva para tratar de soportar eso", analizó.
"Cuando hace tanto calor pensás a veces más en tu salud y en tratar de sentirte bien que en el tenis".
En cuanto a su próximo enfrentamiento con el checho Tomas Berdych, Delpo dijo que deberá descansar mucho para reponerse. "Para jugarle bien y hacer un partido parejo necesito estar diez puntos físicamente ", explicó.
Otro de los tenistas que se quejó del calor fue Novak Djocovik, quien volvió al circuito después de unos meses de inactividad.
El serbio, ex número uno del mundo, se quejó por los límites que tiene este deporte y lo acusó de ser más una "industria que un deporte".
"La gente podría decir que a este nivel tienes que estar en forma como jugador profesional de tenis. Es el comienzo de la temporada, trabajas y entrenas duro para poder soportar este tipo de condiciones, para ser resistente. Pero creo que hay un límite, y creo que se pone, a veces, en peligro nuestra salud. Estuvo todo en el límite. Fue una situación brutal" dijo respecto al partido que tuvo que jugar bajo altas temperaturas.
"Nuestro deporte se ha convertido en una industria, como la mayoría de los deportes de masas. Es más un negocio que un deporte. Y eso me importa, no me gusta eso", sentenció.