Los Angeles Rams y Cincinnati Bengals protagonizarán este domingo a las 20.30 de Argentina el Super Bowl LVI (se podrá ver por Star+), la siempre atractiva final del fútbol americano que acapara la atención de Estados Unidos y de millones alrededor del mundo en uno de los eventos más populares del deporte actual. En busca del nuevo campeón del fútbol americano, las siguientes siete historias serán determinantes para inclinar la balanza en favor del nuevo monarca de la NFL.
Protagonistas de una definición inédita, Rams y Bengals decidirán el trofeo Vince Lombardi después de haber recorrido dos caminos antagónicos pero igual de exitosos. Cincinnati apostó por una fórmula más conservadora, habitual tanto en la NFL como en la NBA: soportar una racha de temporadas negativas para elegir a los jóvenes talentos del sistema universitario.
Tenés que leerSiete claves para entender el Super Bowl LVILos hinchas debieron esperar cinco campañas consecutivas con más derrotas que triunfos pero el premio fue mayúsculo: en el Draft 2020 eligieron a Joe Burrow con la primera selección y en 2021 sumaron a Ja’Marr Chase con el quinto pick, dos de las figuras de un plantel que condujo a la franquicia al Super Bowl después de 33 años en busca de su primer campeonato.
Los Rams, liderados por el GM Les Snead, afrontaron un enfoque diferente, menos conservador y más arriesgado, para su construcción: desde 2016 traspasaron la mayoría de sus primeras rondas como moneda de cambio para mejorar su plantel. Snead entregó las selecciones de 2020 y 2021 para convencer a Jacksonville Jaguars de que dejaran marchar a Jalen Ramsey en octubre de 2019 y envió los picks de 2022 y 2023 en un paquete diseñado para incorporar al mariscal de campo Matthew Stafford desde Detroit Lions.
La audacia de los Rams, investidos con la idea de ganar ya mismo, fue premiada con su quinta aparición en una final que ganaron en una única oportunidad, en 1999 frente a Tennessee Titans. Son un equipo armado para campeón que fue sumando las últimas piezas durante la temporada con las contrataciones de Odell Beckahm Jr y Von Miller a una formación en la que ya se lucían Aaron Donald y Jalen Ramsey bajo las órdenes de un joven Sean McVay que disputará su segundo Super Bowl como entrenador.
Rams y Bengals pueden dar fe de que todos los caminos llevan al Super Bowl, pero uno solo de ellos ganará el ansiado trofeo. Aunque no son las franquicias mundialmente más relevantes de la NFL ni serán protagonistas estrellas globales de la magnitud de Tom Brady, el emparejamiento promete ser emocionante en una postemporada dramática en la que los últimos seis juegos se destrabaron en los últimos segundos del último cuarto o en el tiempo suplementario.
Será el duelo de entrenadores más jóvenes de la historia del Super Bowl
Sean McVay va por su revancha tras la derrota que sufrió en el Super Bowl de 2019 a manos de Tom Brady. Convertido en el entrenador más joven de la historia moderna de la NFL cuando en 2017 cuando asumió la conducción de los Rams con apenas 30 años, el equipo angelino ha crecido sostenidamente durante su era hasta alcanzar nuevamente otra definición.
Enfrente estará Zac Taylor, quien fuera su asistente en los Rams hasta que en 2019 recibió la oportunidad de dirigir a los Bengals. Tras una primera temporada complicada con apenas dos triunfos en 16 juegos, Taylor impulsó la reconstrucción primero con la elección de Joe Burrow y después escogiendo las piezas complementarias que le permitieron potenciar su estructura hasta llegar a un Super Bowl que nadie, jamás, hubiera imaginado para una franquicia que parecía hundida en el ostracismo hasta la llegada de Taylor.
El regreso del año: Joe Burrow
Con dos triunfos y catorce derrotas en la temporada 2019, Cincinnati registró el peor récord de la liga y en consecuencia se adueñó de la primera selección del Draft 2020. Aunque había nombres importantes como Chase Young, Tua Tagovailoa o Justin Herbert, los Bengals no dudaron: Joe Burrow fue escogido con el primer pick en una ceremonia que se celebró a distancia durante el periodo de mayor incertidumbre de la pandemia de coronavirus. Ganador del trofeo Heisman al mejor jugador del fútbol universitario por su producción en una temporada perfecta del campeón nacional con la Universidad de Luisiana y considerado por varios especialistas como el mejor mariscal de campo de todos los tiempos a nivel universitario después de un ascenso impresionante durante su último año, Burrow aterrizó en Cincinnati como el mesías destinado a salvar a una franquicia hundida en el ostracismo y la mediocridad.
El novato evidenció rápidamente sus talentos mientras se acostumbraba al ritmo y ferocidad física de la NFL, motivo de sonrisa para una franquicia que aún no acumulaba demasiados triunfos pero que tenía en las manos de Burrow todos los sueños de sus hinchas. Pero los Bengals recordaron que salir del purgatorio no siempre es una tarea sencilla cuando Burrow sufrió un desgarro del ligamento cruzado anterior de la rodilla que interrumpió abruptamente su primera campaña en la undécima semana frente a Washington. Conocida su lesión, en su cuenta de Twitter dejó un mensaje que hoy bien podría ser la primera frase de su documental: “No pueden deshacerse de mí tan fácilmente, nos vemos el año que viene”.
‘El año que viene’ es esta temporada y Burrow cumplió con su promesa. Plenamente recuperado física y mentalmente para regresar a un deporte de máximo contacto y exigencia física, lideró a los Bengals hacia un récord positivo de diez triunfos y seis derrotas registrando el mayor porcentaje de acierto de pases (70.4%) y el mayor promedio de yardas por pase (8.9). Su producción fue reconocida con el premio al mejor regreso del año por la NFL.
En los Playoffs, los primeros de su carrera, su gesta fue aún más impresionante al soportar la presión de grandes escenarios y de momentos calientes que le permitieron encadenar victorias frente a Las Vegas Raiders y batacazos frente a Tennessee Titans y Kansas City Chiefs. La confrontación frente a Patrick Mahomes en el juego por el campeonato de la AFC fue un pulso entre dos de los quarterbacks que prometen ser protagonistas constantes de la liga durante la próxima década. Mahomes, ya campeón con Kansas City, falló en donde Burrow reinó y Cincinatti completó su cuento de hadas después de haber empezado la temporada con apenas el 1% de chances de llegar al Super Bowl según las casas de apuestas.
El Super Bowl será un desafío más en una carrera acostumbrada al éxito, la oportunidad de escribir su nombre en la historia. Sus Bengals, el plantel más joven de la historia en llegar a la final, no son candidatos ante unos Rams que disponen de una de las mejores defensas de la liga. Burrow, quien fue el quarterback más capturado de la temporada, deberá lidiar con la resistencia angelina encabezada por los voraces Aaron Donald, Von Miller y Leonard Floyd que irán a la caza del hombre clave de Cincinnati. El juego de pases rápidos que suelen usar los Bengals, con un Burrow que se destaca en sus lanzamientos en una ventana menor a los 2.5 segundos, también será una buena fórmula para romper la presión y desarticular una de las principales virtudes de la defensiva de los Rams.
Mientras espera que la línea ofensiva haga su tarea y lo ayude ante el asfixiante tridente angelino, Burrow tendrá la chance de lucirse una vez más ante el blitz de los Rams, una faceta que elogió el coordinador ofensivo Brian Callahan: “Esto añade otra dimensión a nuestro ataque. Su capacidad de extender las jugadas, salirse del libreto y hacer todo lo que involucra moverse fuera de la bolsa para encontrar a más receptores y permitirles generar las jugadas ha derivado en muchas acciones explosivas y primeros y 10 en el transcurso del año. Tiene una sensibilidad natural para moverse en la bolsa. Es una parte grande de jugar la posición de quarterback dentro de la NFL en estos días. Los jugadores deben ser capaces de hacer eso. Él lo hace como nadie más”.
Si Burrow es el joven maravilla que atraviesa sus primeros kilómetros en una promisoria aventura en la NFL, el mariscal de campo de Los Angeles Rams es todo lo contrario. Matthew Stafford, de 34 años, parecía condenado a una hoja de ruta olvidable después de 12 temporadas con un récord general perdedor y apenas cuatro años con balance positivo en unos apáticos Detroit Lions que apenas registraron tres apariciones sin éxitos en playoffs durante aquel periodo.
Después de la derrota en la ronda divisional de la última postemporada, Snead y la gerencia de los Rams identificaron rápidamente cuál era el paso necesario para crecer: conseguir un upgrade del quarterback Jared Goff, quien en 2019 había firmado un suculento e histórico contrato por cuatro años y 134 millones de dólares, con un total garantizado de 110 millones que significó un récord hasta la renovación de Mahomes en 2020. Stafford apareció como oportunidad en el mercado y los Rams fueron agresivos para conseguir la pieza necesaria: entregaron a Goff, la primera selección de 2022, la primera selección de 2023 y una tercera ronda de 2021.
El tiempo le dio la razón a los Rams. Mientras Goff disputó catorce partidos en un año en el que los Lions registraron tres triunfos, diez derrotas y un empate, Stafford demostró su jerarquía y resaltó la importancia que en la NFL tienen tanto los entrenadores como las piezas que rodean al quarterback. Aunque lideró la liga en intercepciones, parte de la volatilidad habitual de su juego, registró las mejores cifras de su carrera en touchdowns y porcentaje de pases completados.
En playoffs fue clave para imponerse con contundencia a Arizona Cardinals pero fue en los cruces ante Tampa Bay Buccaneers y San Francisco 49ers en donde se lució, especialmente en el duelo frente a Tom Brady: cuando el mejor de todos los tiempos parecía destinado a escribir un nuevo capítulo de su historia tras remontar una desventaja de 24 puntos, Stafford sacó a relucir una de sus principales cualidades y respaldó a aquellos que dicen que es uno de los mejores de la historia en los últimos cuartos con uno de los mejores pases de su carrera para ubicar a su equipo en zona de gol de campo, acción que completó el pateador Matt Gay para eliminar a Tampa Bay.
Después de una década en la intrascendencia, Stafford encontró su lugar en el mundo en una sociedad perfecta con el entrenador McVay. Protegido por una línea ofensiva implacable, disfruta del tiempo que sus compañeros le compran para encontrar a su dupla de receptores estrella formada por Cooper Kupp y Odell Beckham Jr. Al legado resignificado de Stafford, probablemente el mejor mariscal de campo entre temporada regular y postemporada, le falta un último acto que podría concretar el domingo cuando los Rams diriman el Super Bowl en su propio estadio, emplazado en el corazón de una ciudad que después de un año ya siente suya.
La mejor temporada de la historia: Cooper Kupp
La temporada de Cooper Kupp es una de las mejores y más prolíficas en la historia de un receptor de la NFL: fue líder en recepciones, yardas y touchdowns. Su nivel lo llevó a ser el primer receptor abierto en recibir un voto como MVP desde Randy Moss en 1998 y a nadie le hubiera extrañado si Kupp se hacía con el premio al jugador más valioso de la temporada que finalmente conquistó Aaron Rodgers y que jamás ganó un jugador en su posición. En cambio, recibió el trofeo al mejor jugador ofensivo del año.
Kupp forjó una sociedad imparable con Stafford, siendo determinante como su objetivo favorito durante toda la temporada. Dueño de una lectura fantástica del juego para escabullirse de la defensa rival, es una garantía que crece en los momentos de mayor presión. Con 145 atrapadas, 1.947 yardas y 16 touchdowns durante la temporada regular, mantuvo sus impactantes registros durante la postemporada. El éxito de los Rams y de Stafford no se explican sin la presencia determinante de Kupp, un dolor de cabeza permanente para las defensas rivales.
Con 28 años y tras convertirse en el cuarto receptor en la historia en ganar la triple corona al ser el líder en recepciones, yardas y anotaciones, es la carta de los Rams para ganar el Super Bowl, uno de los factores más desequilibrantes en el emparejamiento ante los Bengals. “Es un jugador especial, posee grandeza competitiva. Con él sólo hay grandes atrapadas tras grandes atrapadas. Está compitiendo también en el juego terrestre. Hace muchas cosas. No tendríamos ninguna posibilidad de estar en el Super Bowl sin Cooper”, confesó el entrenador McVay.
Aunque Odell Beckham Jr y Van Jefferson completan un menú eficaz para Stafford, Kupp es la gran estrella en un año que intentará tomarse venganza después de perderse la final del Super Bowl de 2018 por una lesión en el ligamento cruzado anterior. Con un perfil bajo que lo hace ajeno a las grandes luces de la liga, Cupp es indiscutiblemente uno de los mejores y más determinantes jugadores de la NFL.
Cómo cambiar un partido desde la defensa: Aaron Donald
Elegido por los Rams con el pick 13 del Draft 2014, Donald es uno de los históricos en la franquicia angelina. Su currículum habla por sí solo: fue tres veces premiado como el mejor defensor de la NFL. Líder indiscutido de la entidad, sus compañeros también lo utilizan como un combustible para ganar el título: “Todos queremos ganar por Aaron Donald, a fin de darle más a su legado y a lo que ha hecho”, reconoció el coordinador defensivo Raheem Morris.
Von Miller, MVP del Super Bowl 50 en la consagración de Denver Broncos y actual compañero de aventuras en la línea defensiva, coincidió: “De forma egoísta, quiero ser el tipo que ayude a que Aaron Donald gane el Super Bowl”. Donald es el pilar de una defensiva inexpugnable, una de las mejores de la liga que es capaz de reescribir el guion de un juego desde la defensa. Incluso si la ofensiva comandada por la dupla Stafford-Kupp falla, el tridente compuesto por Donald, Miller y Leonard Floyd representa una pesadilla para los quarterbacks rivales.
Aunque muchas veces su trabajo es invisible o difícil de detectar para aquellos que no son especialistas, la presencia de jugadores de la envergadura de Donald es fundamental. Su portento físico de 1.85 metros y 129 kilos coincide con su destreza, talento, rapidez y explosividad para mantenerse como una amenaza infalible que registró cifras impresionantes durante la temporada regular con 84 tackles, 12.5 capturas y un irrepetible 65.8% de éxito en duelos mano a mano en un apartado en el que ningún otro jugador en la liga finalizó por encima del 50%.
La gran batalla del Super Bowl: Ja’Marr Chase vs Jalen Ramsey
El juego tendrá una batalla mano a mano por el Vince Lombardi. De un lado estará el imparable receptor novato Ja’Marr Chase que enfrentará en un pulso electrizante ante el experimentado cornerback Jalen Ramsey.
Chase fue elegido en la quinta colocación del Draft 2021 por los Bengals, un talento único que además era un viejo conocido de Joe Burrow: compartieron días en la Universidad de Luisiana y se combinaron para 206 recepciones, 3.801 yardas y 37 touchdowns durante la campaña perfecta de su universidad en 2019 que coronaron con el título de campeones nacionales.
El domingo intentarán repetir el éxito en el Super Bowl, con Burrow ya consolidado como uno de los mariscales de campo más importantes de la NFL y con Chase como uno de los receptores más fiables por su capacidad para realizar capturas al borde de lo imposible y de su habilidad para ganar yardas después de la recepción.
Chase era la pieza que le faltaba a una estructura ofensiva que cuenta también con las amenazas de Tyler Boyd y Tee Higgins. El repertorio con el que cuenta a disposición Burrow en cada ofensiva genera la incomodidad de una defensa que, limitada por la presencia del trío, no puede doblar a un Chase que limita considerablemente las acciones del rival.
“Tienen un buen equipo. Tienen a Higgins, que puede ir por arriba, tienen a Ja’Marr, que puede hacerlo todo, y dentro tienen a Boyd, que es el mejor corredor. Si estás entrenando a los corredores y a esa equipo, tienes que sentirte bien con la gente que tienes. No es ningún secreto que están aquí por esos chicos”, explicó el coordinador defensivo de los Rams Raheem Morris.
Pero si hay un equipo que puede hacerle frente a Chase son Los Angeles Rams. Ramsey es uno de los mejores esquineros de la liga, una tarea titánica para aquellos defensores que deben anticipar las rutas que seguirán los receptores que enfrentan. Con experiencia frente a varios de los más destacados de la NFL, Ramsey afrontará un desafío mayúsculo frente a Chase.
Con la mira calibrada: Evan McPherson
La elección de un pateador con un pick de quinta ronda por parte de los Cincinnati Bengals en el último Draft fue una decisión cuestionada que parecía ir contra toda lógica para un equipo plagado de necesidades según los índices perdedores que había mostrado durante su última campaña.
Evan McPherson no estaba en el radar de ningún equipo de la NFL y mucho menos era una prioridad. Sin embargo, se convirtió en un factor decisivo en una postemporada en la que varios partidos se definieron gracias a la intervención divina de los pateadores. McPherson espera que el Super Bowl le de la oportunidad de lucirse otra vez: “Creo que es el sueño de todos los niños, patear el gol de campo ganador en el Super Bowl”.
El novato pateador de los Bengals está registrando unos Playoffs para la historia. McPherson convirtió los 12 goles de campo que lanzó, un 100% de efectividad que no termina de demostrar la importancia de sus patadas: dos de ellas fueron sin tiempo en el reloj para despachar a los Titans con un gol de campo de 52 yardas y a los Chiefs de Mahomes camino al Super Bowl de este domingo. No fueron sus únicas intervenciones ganadoras durante la temporada en la que fue premiado como el mejor jugador de equipos especiales de su conferencia en el mes de diciembre.
La ventaja de los Bengals es considerable con respecto a los Rams. Matt Gay, quien también fue importante en el recorrido de los angelinos y durante la temporada regular fue el segundo más eficaz con un porcentaje de 94.1%, disminuyó sus porcentajes en la postemporada y falló tanto frente a Tampa Bay como frente a 49ers. Aunque su equipo finalmente terminó quedándose con el triunfo, Gay se ha mostrado falible y le ha costado puntos a su equipo en acciones que debería haber concretado.
Aunque es el segundo jugador más joven de su equipo y está atravesando su primer año en la liga, McPherson convierte goles de campo como si tuviera la experiencia de Adam Vinatieri, el hombre récord que en 2006 convirtió 14 goles de campo en Playoffs y representa un objetivo para el pateador que impulsó a los Bengals al Super Bowl. “Es increíble. Sabíamos exactamente lo que teníamos tan pronto entró al campamento y vimos cómo se comportaba”, lo elogió Joe Burrow.