El Litoral
En una entrevista con un medio suizo-alemán, Roger Federer afirma saber que los favoritos son el español Rafael Nadal y el serbio Novak Djokovic, pero dice que es optimista y que espera tener una oportunidad en el último Grand Slam del año.
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Tras quedarse con el segundo lugar en el torneo de Cincinnati el pasado domingo, el tenista suizo Roger Federer se prepara para lo que viene: el Abierto de Estados Unidos.
Para Federer, un torneo de Masters 1000 es muy desgastante, ya que "te enfrentas a los mejores día a día y cuando llegas a la final estás un poco más cansado de lo normal". Así lo afirmó en una entrevista para el diario suizo-alemán, Tages Anzeiger.
"Todavía me falta algo. Quizá al mejor de cinco sets pueda jugar un poco más relajado. Lo más importante para mí es que el servicio funciona", comenzó diciendo respecto a lo que viene.
"Ahora quiero descansar dos días y espero el miércoles comenzar a entrenar de nuevo. Tengo que acostumbrarme a las nuevas pelotas. Aquí fue difícil para todos mantener la pelota en juego. En Nueva York la pelota salta más y vuela más rápido que aquí (en Cincinnati)".
Federer afirma saber que los favoritos son el español Rafael Nadal y el serbio Novak Djokovic, pero dice que es optimista y que espera tener una oportunidad en el último Grand Slam del año.
Este año se cumplen diez años de la última vez que el suizo levantó el trofeo de campeón en el parque más grande de Queens, en Nueva York.
Para responder a esto, explicó Federer, deberíamos analizar cada año: "En 2009 debería haber ganado la final contra Del Potro. Luego, perdí dos semifinales brutales ante Djokovic, perdiendo pelotas de partido. Si hubiera ganado, creo que habría tenido muchas opciones en la final. En 2015 perdí la final ante Novak, que fue mejor que yo. En 2016 y 2017 estuve lesionado. Un año perdí contra Robredo porque tenía problemas de espalda y otro año Berdych jugó muy bien. Siempre tuve mis opciones. Si estoy al 100% todo es posible", analizó.
El tenista con más semanas en el puesto número uno en la historia asegura que, tras la construcción del techo, jugar en la Arthur Ashe se ha vuelto un poco más complicado que antes.
"Antes, solía haber mucho viento pero ahora con el techo, lo que sucede es que hace mucho calor y mucho ruido. Para jugar bien debes mantenerte muy concentrado. También, ahora el juego es más rápido por lo que debes estar atento. Si te descuidas, pierdes el tren", explicó.