Viernes 7.2.2020
/Última actualización 20:03
El flamante monoplaza será presentado oficialmente el primer día de test en Montmeló (19 de febrero), pero este jueves ya han mostrado las primeras fotos regresando a los colores originales del fabricante de maquinaria industrial norteamericano, diciendo adiós al negro y dorado de su polémico patrocinador “Rich Energy”, que salió de mala manera. Sus pilotos son Kevin Magnussen y Romain Grosjean, una pareja que siempre promete juego y espectáculo, aunque no sea por una buena causa.
El primero, talentoso (subió al podio en su primera carrera), tiene un carácter peculiar. Del segundo se recuerdan más errores que aciertos, pero es un experimentado de la F1 con diez podios y diez temporadas, y esos perfiles son valiosos en un equipo joven. No obstante, tienen mucho que corregir: el año pasado terminaron como el penúltimo equipo, sólo delante de Williams, a pesar de la increíble velocidad del coche a una vuelta (varias Q3 holgadas). Por pilotos, el danés fue 16º y el francés, 18º.
Hay argumentos para mejorar aquello: su relación con Ferrari en calidad de cliente es óptima. Y no hace falta ser un experto en apéndices aerodinámicos para subrayar el parecido de su diseño actual con el SF90, el Ferrari de hace un año: del alerón delantero al trasero, pasando por el trabajo en los pontones. Hay vínculos, es evidente, entre este chasis que fabrica Dallara (y que se adapta a un motor Ferrari) y el que hizo Maranello el año pasado. El problema de Haas es que, como buen equipo privado, realiza lo más grueso de su inversión en invierno pero evoluciona poco durante la temporada.