“Le dije a los jugadores que deben ser como los espartanos. Cuando los guerreros iban a luchar, sus mujeres les decían: ‘vuelvan, pero vuelvan con el escudo, no con la lanza ni con el casco. ¿Por qué?, porque si volvían con el escudo, era porque se habían defendido no sólo cada uno de ellos, sino también al resto de sus compañeros”. Así les habló Lechuga Alfaro a sus jugadores en la charla previa a un partido histórico para Ecuador. Pero ese no es el motivo de estas líneas, sino otro.
Es cierto que la emoción se le notaba al rafaelino en cada palabra que decía y en cada gesto que hacía. Fue un día histórico, soñado para él. “Los extraño”, nos dijo apenas nos vio, a este periodista y a Néstor Clivati, su amigo desde chico en Rafaela. Nos abrazó a cada uno, nos dio un beso y se apartó de todo protocolo. “Lechuga, ¿podemos hacer una foto?”, le preguntamos. “Pero claro, vengan”, contestó, mientras la gente de Fifa lo esperaba. ¿Alguna objeción?, ninguna. Su relato en la conferencia de prensa fue brillante. Habló de fútbol, de táctica, tiró títulos y estas historias. “Muchachos, ¿están conformes?”, contó Lechuga que le preguntó a los jugadores en el entretiempo, cuando ya ganaban 2 a 0. Y recibió de ellos la respuesta esperada. Mencionó varias veces a “los chicos”, cuando se refirió a sus jugadores, casi en forma paternal. Se le iluminaron los ojos varias veces. Y el final de la conferencia fue a toda orquesta, sacándose fotos con nosotros y diciéndonos que nos extrañaba (él siempre estuvo, en los mundiales, del lado de los periodistas porque formaba parte del plantel de la cadena Caracol). Desafiando y rompiendo protocolos tan estrictos. Un fenómeno Lechuga.