Jueves 6.10.2022
/Última actualización 13:33
Del 100% de los chicos que se inician en las divisiones inferiores del fútbol argentino, solo llegan y se mantienen en Primera División entre el 1 y el 3% según el sitio Libro De Pases. Pero ¿Cuántos futbolistas tienen que debutar para volver a encontrar un Lionel Messi?
A poco más de un mes del inicio del Mundial de Qatar, la figura de La Pulga comienza a tomar mucha más relevancia que la normal en Argentina. Por la ilusión que se deposita en la Selección cada cuatro años los hinchas vuelven a invocar todo tipo de creencias, religiones, promesas y rituales con el fin de alcanzar la gloria eterna una vez más.
Para los fanáticos del “cuero” la alegría se coloca en los pies de un hombre de solo 1,69 metros, es decir ni siquiera tiene un físico imponente pero sí una pisada increíble. Con 35 años, Lionel Messi se volvió el santo popular de la alegría argentina pero también fue un niño como todos. Aunque desde pequeño ya era un fuera de serie.
Desde sus inicios, Lio tuvo una sabiduría innata en sus piernas pero para lo demás necesitó de una maestra como Andrea Sosa. La Pulga pasó por los pasillos y los salones de la Escuela N°66 “General Las Heras” de Rosario, donde aprendió Lengua, Matemáticas, Ciencias Sociales, entre otras materias, como cualquier chico de 10 años. Andrea fue docente de Lionel cuando cursó 5to y 6to grado y lo recuerda como un “niño tranquilo”, aunque también revela que “no era amante de las matemáticas que eran mi área, pero cumplía con lo que tenía que hacer”.
La mejor amiga de Messi por esos años de infancia fue la pelota, un vínculo que hasta el día de hoy se mantiene firme. “Cuando sonaba el timbre, Leo y sus compinches eran los primeros en salir y los últimos en llegar”, recuerda la “seño”.
Por 1999 Lionel cursaba su 7mo grado de la primaria y en uno de esos días ocurrió un vaticinio por parte de otro maestra. Andrea Sosa cuenta que La Pulga y su grupo a veces ignoraban la campana para entrar al aula y seguían adelante con sus “picaditos”. Esta actitud mereció un llamado de atención que con el tiempo se terminó volviendo realidad. “Los chicos no volvían y entonces una docente les decía: ‘Maradona hubo uno solo, así que no se crean que son Maradona’”. Luego agrega a modo de reflexión: “y resulta que tuvimos a Messi en nuestro salón”.
Escuela N°66 “General Las Heras”, edificio donde Lionel Messi comenzó a tirar sus primeras gambetas. Créditos: Fernando NicolaSu regreso a los pasillos de la Escuela N°66
En julio de 2005, mientras los chicos tenían el acto por el Día de la Independencia y el aniversario de la escuela -la cual fue inaugurada un 8 de julio- apareció el prócer del fútbol argentino. Lionel Messi volvió a su escuela primaria junto a su familia y alborotó a todos los presentes.
“Nadie sabia nada, solamente las maestras. Lo teníamos escondido en el SUM. Se terminó el acto formal y él estaba con su familia hasta que se abrieron las puertas, subió al escenario y hubo tanta algarabía que tuvimos que llevar a los chicos a los salones. Se tomó el tiempo y pasó salón por salón a sacarse fotos y firmar autógrafos”, recuerda Andrea Sosa.
La docente mantiene en su memoria un cálido abrazo de Lionel, quien ya era un conocido jugador del Barcelona. “Cuando volvió, me dio un gran abrazo que me sorprendió mucho. Después de tantos años de no verlo, me quedó ese recuerdo”, confesó Andrea.