Para un jugador no hay nada como volver a sentirse pleno, poder hacer lo que a uno más le gusta y expresarse dentro de un campo de juego. Sacarse en encima la aflicción no resultó sencillo para Matías Orlando, pero ya empezaron nuevos buenos tiempos.
Luego de siete meses de inactividad (precisamente 210 días), y poco después de festejar sus 30 años, el centro tucumano volvió a jugar al rugby; fue titular en Newcastle días atrás en la visita al Welford Road, por la 12ª jornada de la Premiership inglesa, y actuó hasta que a los 43 minutos lo reemplazó Tom Penny. Los Falcons cayeron ante Leicester (31-0), pero más allá del resultado, la noticia relevante para Los Pumas pasó por la recuperación del back surgido en Huirapuca.
La última actuación de Orlando había sido el 5 de junio de 2021, en el Kingston Park, en la victoria de Newcastle ante Worcester Warriors por 24-14 (fue reemplazado justo antes de que terminara el primer tiempo); desde ese día, una persistente pubalgia lo tuvo a maltraer. El propio back tucumano relató lo sucedido: “Venía arrastrando la lesión y jugando con bastante dolor desde marzo, pero como no estaba muy claro qué era lo que tenía, y me permitía jugar, seguí jugando hasta que no pude más porque terminé de romperme del todo”, detalló.
Su intención de sobreponerse fue prioridad desde mismo momento que empezaron las molestias físicas; se perdió la ventana de julio de 2021 con los duelos ante Rumania y la serie con Gales (su lugar lo ocupó Juan Cruz Mallía) y estuvo con el plantel nacional en el arranque del Rugby Championship, pero no pudo jugar: “Supuestamente iban a ser entre seis u ocho semanas de rehabilitación; no estaba muy claro el panorama. Estuve todo junio y julio recuperando, pero no había mucho avance. Trotaba, corría, pero rugby no estaba haciendo. Me uní al plantel de Los Pumas para seguir con la rehabilitación unas semanas más, y sumarme a los entrenamientos de equipo durante las semanas de cuarentena en Australia; hasta ahí todo eran buenas noticias, pero la semana en la que supuestamente iba a estar bien y disponible, me volví a resentir peor de lo que estaba. Entonces, volví a la Argentina para hacer un tratamiento y hacerme ver con gente con la que he trabajado desde chico y me conoce bien, no sólo desde lo físico, sino en lo mental también, porque se me estaba haciendo muy difícil todo”, rememoró el centro que debutó en 2012 y lleva 47 tests con el seleccionado argentino.
El proceso se hizo largo, pero nunca claudicó: “Después de siete semanas en la Argentina, volví a Newcastle a mediados de noviembre para seguir trabajado acá en Inglaterra, acostumbrarme de nuevo a la cancha, al clima que acá se pone complicado. Estaba listo para volver a jugar en Navidad, pero me agarró COVID y estuve aislado una semana; después se terminó suspendiendo ese partido porque hubo varios casos. Entonces, volví a jugar el 2 de enero, frente a Leicester, sin haber hecho mucho rugby. Me hubiera gustado poder un poco más de rugby, pero bueno, estoy agarrando ritmo ahora y aprovecho toda la semana de entrenamiento. Ojalá me toque estar dentro de la cancha en varios partidos, y pueda lograr continuidad, que es lo necesito y lo que más quiero”, admitió.
Matías Orlando es el Puma Nº 765, disputó 13 (10 como titular) de los 33 encuentros del ciclo de Mario Ledesma como head coach de Los Pumas, y la última vez que vistió la camiseta argentina fue el 5 de diciembre de 2020 ante Australia, en Sydney (empate 16-16).
Su ambición es volver a ser parte del seleccionado, y sobre ese tema y lo que vivió en los últimos tiempos indicó: “Me ha costado mucho ver a Los Pumas desde afuera; sobre todo la gira por Australia, porque formé parte del plantel. Hice todo para tratar de estar físicamente al 100% y pelear por un lugar, pero de un día para el otro no pude levantarme de la cama. Todas las expectativas que tenía se derrumbaron, fue muy frustrante eso y, en mi caso, me generaba culpa el hecho de no haber podido darle al equipo lo que me hubiera gustado. Pero bueno, después lo he entendido: son cosas que pasan en el deporte, y estamos expuestos a eso. A partir de ese momento, puse la cabeza en recuperarme y tratar entrar a la cancha con confianza, y eso es lo que estoy buscando ahora. Quiero construir de nuevo, sumar minutos; necesito jugar con Newcastle, dar lo mejor, intentar estar en una buena posición en el torneo y seguir creciendo como equipo”, expresó el tucumano sobre su actualidad.
De sus orígenes en la ciudad de Concepción, al Sur de la provincia de Tucumán y cerquita del Río Gastona, en su querido Huirapuca Social Club (fue campeón de la Zona Ascenso del Torneo del Interior 2012, y campeón Regional del NOA 2013), Orlando llegó a participar en el Mundial Juvenil con Los Pumitas en 2011; el 20 de mayo de 2012 frente a Uruguay tuvo su bautismo en Los Pumas, vistió la camiseta de Pampas XV (2012 a 2014), Argentina XV, Pumas 7’s (2013) y Jaguares (2016-2020). Emigró al rugby inglés en diciembre de 2020, y el vínculo con Newcastle Falcons tiene vigencia hasta junio de 2022, pero al margen de su situación contractual, hay una inquietud que lo desvela: “Mi cabeza está puesta en volver a jugar en Los Pumas; es uno de los objetivos para este 2022, y voy a trabajar duro para que eso de, porque es lo que más quiero”, enfatizó el Nº 13.