El Litoral
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Lionel Messi fue uno de los pocos jugadores en hablar con la prensa. La verdad que no se entiende por qué los jugadores paraguayos, por ejemplo, se detenían a cada paso y en el caso de los nuestros no existe esa misma actitud. “Me prohíben hablar”, dijo Agüero, por mencionar un caso. Y hubiese sido lindo escuchar algo de Armani, que tuvo una atajada clave con el penal, algo que Messi referenció como clave porque “si nos metían el gol de penal, se terminaba todo”. Pero así es, los jugadores salen todos juntos, en fila, no paran, no contestan, siguen de largo y sólo unos pocos (otra vez De Paul fue uno de ellos), acepta la requisitoria periodística.
Pero el capitán habló y dijo que “los primeros quince minutos fueron buenos, tuvimos una idea clara de lo que queríamos hacer, pero después nos fuimos quedando, empezamos a salir de a uno, desorganizados y ellos nos convirtieron el gol. Luego lo empatamos y parecía que lo dábamos vuelta, pero en la parte final se cerraron y no supimos entrarles”.
En cuanto al penal, dijo que “no pensé adónde patearlo hasta el momento de llegar a la pelota, allí no dudé y entró. Esto de impedirle al arquero que levante los dos pies de la raya y que los obligue a permanecer con uno pisándola, facilita mucho la conversión. Se estaban errando muchos penales debido a que el adelantamiento de los arqueros se producía siempre”.
Por último dijo que “estamos complicados y esto que nos pasa era previsible. Hay mucha gente joven que no está acostumbrada a pasar por estos momentos duros y hay que levantar el ánimo y saber que dependemos de nosotros”.
Luego, concluyó con esta frase: “Sabíamos que no iba a ser fácil esta Copa América, ya hoy no se gana más con la camiseta”.