El pasado martes falleció en Santa Fe, a los 68 años, Mario Schujovitzky, un reconocido deportista de gran campaña como arquero en el fútbol israelí durante las décadas de los 70 y 80.
Santafesino de nacimiento, su campaña como futbolista la desarrolló en el Hapoel Beer Sheva de Israel, donde sobresalió. Hizo las inferiores en Unión y jugó al básquet en Macabi. Falleció el martes pasado en nuestra ciudad.
El pasado martes falleció en Santa Fe, a los 68 años, Mario Schujovitzky, un reconocido deportista de gran campaña como arquero en el fútbol israelí durante las décadas de los 70 y 80.
Hizo todas las inferiores en Unión pero no llegó a atajar en Primera. A los 18 años se fue a probar y quedó en San Lorenzo. Allí, era el cuarto arquero, detrás de Irusta, D'Alessando y Kadijevic. Por las pocas oportunidades que tenía, pasó a Chacarita. Se distinguía por ser un gran atajador de penales e incluso en su debut en el Funebrero, contra All Boys, en 1974 en Primera División, le atajó uno a Epifanio Medina. Jugando para Chacarita en 1975, jugó contra Unión y contra Colón.
En 1977, a los 24 años, llegó a Israel, país en el que desarrolló el resto de su carrera hasta su retiro en 1987. Fue capitán de Hapoel Beer Sheva, también defendió el arco de Hapoel Jerusalem y es considerado uno de los mejores arqueros de la liga israelí de su época, recordado por su estilo particular de voladas y su habilidad para atajar penales.
Su hermano Fabián, residente de Beer Sheva, le confirmó la noticia al sitio Ynet: "Hace unos días Mario fue hospitalizado por una enfermedad grave y hoy murió". Por su parte, el club Hapoel Beer Sheva emitió un comunicado en el que expresó su "pesar por la prematura muerte de Mario Schujovitzky".
Además de su habilidad bajo los tres palos, Schujovitzky fue protagonista de una particular historia con la Selección Argentina que visitó Israel en 1986 para disputar un amistoso. Lo conoció a Maradona, ofició de guía y traductor de la delegación, y se ganó el cariño del equipo que lo invitó a la Copa del Mundo en México que posteriormente ganó la selección albiceleste.
"Quería ver a Pumpido, jugamos en el mismo equipo en Argentina y crecimos en la misma ciudad, así que me instalé en Herzliya porque debía encontrarlo de alguna manera", le contó a Ynet el año pasado, en ocasión de la muerte de Maradona, sobre un acercamiento que derivó en una gran experiencia de vida.
Antes de conocer al astro argentino en un almuerzo el arquero tuvo que enfrentarse al excéntrico entrenador Carlos Bilardo: "Trató de sacarme información sobre la selección israelí para utilizar en el partido, y aunque me negué generé buena relación con todos", relató en la misma entrevista.
"Llevé al preparador físico argentino a que conociera el instituto Wingate y fui el traductor del equipo el día del partido en el estadio Ramat Gan. No lo hice de manera oficial, pero ayudé en todo lo que pude, así que me invitaron al Mundial de México. Estuve con ellos en el campo de entrenamiento y vi todos los partidos de Argentina en el torneo, fueron experiencias que nunca olvidaré", recordó el año pasado.
Schujovitzky también desarrolló en Santa Fe habilidades para otros deportes, en este caso el básquetbol, ya que jugó en Macabi junto a su hermano gemelo.
En 1971 fue citado para el seleccionado juvenil de Santa Fe, para jugar el provincial en Rosario. Al respecto, el propio Mario Schujovitzky contó una vez una anécdota muy particular: "Tuve que marcar a Chocolate Raffaeli. Ya era un monstruo, marcó 45 puntos. Yo salí por cinco foules antes de terminar el primer tiempo y el que entró por mí fue mi hermano gemelo Néstor, que fue a marcarlo. Verlo a Rafaelli correr al referí por toda la cancha a los gritos '¿cómo puede ser que después de haber hecho cinco faltas sigue jugando'". Fue una tragicomedia".