La noche en que Monzón retuvo el título que luego el CMB le quitó
El 9 de febrero de 1974, el santafesino campeón mundial mediano expuso su cinturón del Consejo ante el cubano-mexicano "Mantequilla" Nápoles, a quien venció por nocaut técnico en el séptimo round tras una verdadera "paliza". La historia de una pelea a la que no le faltó nada.
Archivo El antes. Carlos Monzón y Mantequilla Nápoles en la presentación de la pelea de la cual Alain Delon (centro) fue el promotor.
Antes de enfrentar a Mantequilla Nápoles, Carlos Monzón había combatido dos veces en Francia ante Jean Claude Bouttier. La segunda había sido en septiembre de 1973 en el estadio principal del complejo de Roland Garros, donde se disputa el Abierto de Francia de tenis. Esa noche, en una velada organizada por el actor Alain Delon, Monzón había tenido que remontar después de un comienzo dubitativo para imponerse por puntos luego de derribar al galo en los últimos tres asaltos.
Al regresar a Buenos Aires tras ese combate, el santafesino había asegurado que el siguiente sería el último de su carrera porque luego se dedicaría a la actuación. El adversario elegido para esa autoproclamada despedida fue el cubano José Ángel Nápoles, por entonces campeón mundial welter de la AMB y el CMB.
Apodado "Mantequilla" en su infancia por su habilidad para escurrirse sin ser atrapado después de hurtar alguna fruta en el mercado de Santiago de Cuba, Nápoles se había radicado en México en 1961, luego de que el boxeo profesional fuera abolido en su país. Allí, junto a su mánager y descubridor, Carlos Cuco Conde, y a su entrenador, Alfredo Chávez, conocido como Kid Rapidez, hizo gran parte de su carrera y también allí vivió hasta sus últimos días, adoptado como un mexicano más.
Nápoles ganó los títulos de la AMB y el CMB el 18 de abril de 1969, cuando venció por nocaut técnico en el 13° round al texano Curtis Cokes en el Forum de Inglewood. Perdió los cinturones el 3 de diciembre de 1970 en su cuarta defensa, ante Billy Backus, pero los recuperó seis meses después frente al mismo rival. Luego los defendió seis veces antes de subir de categoría para desafiar a Monzón.
El antes
El combate se pactó para el 8 de diciembre de 1973 y la organización quedó en manos de Delon. Pero conseguir una sede se transformó en un problema. Primero se pensó en Mónaco (allí el argentino había disputado la revancha con Benvenuti y había enfrentado a Emile Griffith), pero esa opción se desechó porque no resultaba apropiado planificar el evento en un estadio abierto, el Louis II, a días del inicio del invierno.
Luego se especuló con Lyon, Grenoble y Niza como destinos posibles, pero terminó acordándose que el pleito sería en el Palacio de Exposiciones de París, con capacidad para 14.000 espectadores. Sin embargo, el 26 de noviembre se anunció una postergación sin fecha debido a una angina que aquejaba a Monzón y le impedía entrenarse con normalidad.
Finalmente, el duelo se programó para el 9 de febrero de 1974, y como el Palacio de Exposiciones no estaba disponible en esa fecha, se decidió que se llevaría a cabo en una carpa con capacidad para 11.000 espectadores que se montaría en la Place de La Défense de Puteaux, un suburbio parisino ubicado sobre la orilla izquierda del río Sena.
La reprogramación representó un dolor de cabeza para Delon: "La postergación me causó problemas enormes. Yo había hecho una brecha en mis actividades para ocuparme del match en su primera fecha. Ahora me cae en medio de films previstos para febrero. Acabo de filmar Creezy, tengo un equipo que prepara Borsalino y empiezo a rodar bajo la dirección de Georges Lautner. Me acuesto a las 3 y estoy de pie a las 7", se quejó el actor en la víspera de la velada.
El 24 de enero, cuando la sede del combate todavía era una incógnita, Monzón viajó a Roma para el penúltimo tramo de la preparación para la que se anunciaba como la función del adiós. Sin embargo, al llegar al aeropuerto de Fiumicino modificó su discurso: "Jamás dije que después de pelear con Mantequilla abandonaría el boxeo", sostuvo. E incluso sugirió que su siguiente rival sería el colombiano Rodrigo Valdés. En la capital italiana se entrenó hasta el 3 de febrero, cuando se trasladó a París, donde completó su acondicionamiento en la Salle des Sports de Neuilly.
Nápoles, en tanto, arribó a la Ciudad Luz el 25 de enero, todavía perseguido por las dudas acerca de su estado atlético y las dificultades para adaptarse al cambio de horario. "Es un gran boxeador, pero me da la impresión de que todavía le sobran algunos kilos", sostuvo Delon tras verlo en una sesión de sparring.
El durante
Kid Rapidez había dicho que 69 kilos era el peso ideal para que su pupilo mantuviera su velocidad, que sería clave ante un adversario mucho más alto y potente. En el pesaje, realizado durante la mañana del combate, Nápoles registró 69,510 kilos. Monzón detuvo la balanza en 72,330 kilos, 230 gramos debajo del límite de la categoría mediano.
Tanto su entrenador, Amílcar Brusa, como el promotor Juan Carlos Lectoure habían pronosticado que los primeros seis rounds serían los más complicados para Monzón y que luego el santafesino sacaría rédito de la merma de rendimiento que experimentaría su rival. Sin embargo, la contienda no llegó a ese segmento presumiblemente ventajoso.
Desde el arranque, el campeón impuso la distancia que más le convenía, aprovechando el largo de sus brazos, y luego de un comienzo lento en el primer asalto, en el segundo conmovió a Nápoles con dos directos de derecha. En el tercer capítulo se vieron los últimos destellos del aspirante, que muy rápido empezó a evidenciar el cansancio y la falta de piernas.
Archivo El durante. El recto de zurda de Monzón llega pleno a la nariz de Mantequilla , que en ningún momento logró hacer honor a su apodo.
El durante. El recto de zurda de Monzón llega pleno a la nariz de "Mantequilla", que en ningún momento logró hacer honor a su apodo.Foto: Archivo
Tras un cuarto round sin demasiada actividad, en el quinto Monzón comenzó la tarea de demolición. Una herida en el arco superciliar derecho del cubano-mexicano dio la primera señal. Desde entonces, para el retador todo fue cuesta arriba: una durísima seguidilla de impactos lo hizo flamear sobre el ring y llegar muy sentido al descanso.
En el sexto asalto resultaba evidente que las chances de Nápoles se habían extinguido y solo restaba saber cuánto más resistiría en acción. En esos tres minutos, recibió una continua descarga de golpes desde todos los ángulos y con una potencia difícil de soportar para un welter como el. Cuando volvió a su esquina, la suerte estaba echada.
"Todo el mundo parado a la espera de la campana del séptimo round, un brusco silencio incrédulo y después el alarido unánime al ver la toalla en la lona, Nápoles siempre en su rincón y Monzón avanzando con los guantes en alto, más campeón que nunca, saludando antes de perderse en el torbellino de los abrazos y los flashes. Era un final sin belleza pero indiscutible", narró Cortázar.
El después
Efectivamente, luego de revisar a Mantequilla en ese descanso, sus asistentes decidieron sacarlo de pelea, aunque luego alegaron que lo habían hecho porque Monzón había introducido uno de sus pulgares en uno de los ojos de su rival.
"Nápoles estaba entero físicamente, pero no podía ver. Por eso decidimos el abandono", argumentó Angelo Dundee, quien esa noche trabajó en el rincón del retador. "El asunto del pulgar en el ojo es completamente falso, una excusa", rebatió el árbitro Raymond Baldayrou.
"Fue mucho más fácil de lo que pensaba. Estoy feliz, pero desilusionado por la pobre actuación de mi rival", sostuvo el vencedor, quien cobró 250.000 dólares por esos seis asaltos de acción. Y, a contramano de lo dicho en Roma dos semanas antes, aseguró que esa había sido su última pelea: "Tengo decidido retirarme. Quiero dedicarme a mi familia, a mis cosas. Esta decisión cuenta con el aval de Lectoure y de Brusa", detalló.
Archivo El después. Dos semanas pasaron de su pelea con Nápoles para que Monzón empezara a filmar la película La Mary junto a Susana Giménez.
El después. Dos semanas pasaron de su pelea con Nápoles para que Monzón empezara a filmar la película La Mary junto a Susana Giménez.Foto: Archivo
Minutos después del final del combate, Monzón y su comitiva abandonaron rápidamente las precarias instalaciones montadas en la Place de La Défense sin que el campeón se sometiera allí al control antidoping obligatorio. "Carlos se fue sin hacerse el examen, pero aclaramos que era por falta de comodidad y les dijimos que los esperábamos en el hotel. No vinieron. No fue nuestra culpa", explicaría luego Lectoure.
Después del desplante en el estadio, los representantes de la Federación Francesa de Boxeo y del Consejo Mundial de Boxeo se trasladaron al hotel donde se alojaba el grupo argentino. Monzón no estaba: había sido invitado a cenar en el cabaret Lido. Regresó alrededor de las 3, entregó a Lectoure un vaso con orina, se retiró a su habitación y pidió no ser molestado.
Las autoridades no aceptaron un proceso tan irregular. Unas horas después, elevaron un informe a la sede del CMB. "¿Qué querían?, ¿que me quedara esperando sin poder bañarme? No, están equivocados. Además, ¿para qué quieren eso? ¿Acaso tienen dudas?", protestó el campeón al día siguiente. Cuarenta y ocho horas más tarde, el Consejo le aplicó una multa de 10.000 dólares por el incumplimiento.
Al regresar al país, Monzón volvió otra vez sobre sus pasos y señaló que su retiro del deporte aún no era seguro. "Todavía tengo que pensarlo con detenimiento. Ahora solo quiero descansar con mi familia y ahí maduraré una decisión definitiva", explicó en el aeropuerto de Ezeiza. Un par de semanas más tarde, comenzaría el rodaje de La Mary junto a Susana Giménez.
La discusión alrededor del control antidoping en París fue el comienzo de una disputa entre el santafesino y el CMB que terminaría estallando dos meses después. El 16 de abril, el presidente del organismo, Ramón Velázquez, emplazó a Monzón a confirmar su defensa ante Rodrigo Valdés en un plazo de 15 días bajo advertencia de que sería despojado de la corona en caso de no hacerlo. Un día después, Lectoure respondió que ese combate se realizaría el 20 de julio en el Luna Park y alegó que las incertidumbres provenían del equipo del retador.
Sin embargo, el 20 de abril el CMB le retiró el reconocimiento al santafesino y anunció que Valdés y el estadounidense Bennie Briscoe combatirían por el título vacante el 25 de mayo en Mónaco (el colombiano se impuso por nocaut técnico en el quinto asalto). Sin que entonces se supiera, la pelea con Nápoles había cerrado el primer ciclo de Monzón como campeón del Consejo, aunque no su carrera. En junio de 1976 recuperaría ese cinturón al batir a Valdés en el primer enfrentamiento entre ambos.
Boxeo, cine y glamour
París. Un estadio con capacidad para 11.000 espectadores montado para la ocasión bajo una gigantesca carpa emplazada en un parque público. Una estrella de cine como Alain Delon que oficia como promotor de boxeo. La crema del jet set francés. Entre los presentes esa noche: los actores Jean Paul Belmondo, Anthony Quinn y Ryan O'Neal, el director Claude Lelouch y los diseñadores Pierre Cardin y Jean Cacharel.
Dos campeones frente a frente. La pelea ante Nápoles no era la primera experiencia en Europa para Monzón, quien se había presentado ocho veces en el Viejo Continente desde la obtención de los títulos de la AMB y el CMB frente a Nino Benvenuti en Roma el 7 de noviembre de 1970. Dos de ellas, en suelo francés, donde había derrotado dos veces al local Jean Claude Bouttie