El Litoral
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La principal víctima de las agresiones de los hinchas de River al micro que trasladada al plantel de Boca, Pablo Pérez, habló este lunes con la prensa.
El primer reporte médico fue que el futbolista terminó con una "conjuntivitis química con erosión conjuntival inferior" y desde el sábado se realiza controles en el hospital Otamendi.
48 horas después de lo sucedido, Pérez dijo: "Yo no puedo ir a una cancha donde puedo llegar a morir".
"Se dedicaron a tirar piedras, botellas. Toda la gente estaba acumulada en un solo lugar. Fueron minutos que no se los deseo a nadie. Eran estallidos de vidrios constantemente. No fue muy lejos de la entrada al estadio, fue bastante cerca", relató el capitán de Boca.
A la salida de la clínica donde se realizó un control de su ojo afectado, el jugador expresó:" "Cuando salimos con la ambulancia con (Gonzalo) Lamardo nos volvieron a tirar piedras; no es menor lo que pasó. Ni bien pasamos por el portón, nos pudieron volver a lastimar cuando nos íbamos a atender. Estoy muy triste también por la gente de River, porque se están fumando esto que no es bueno para nadie".
En otro momento de la rueda de prensa, Pérez cargó contra la Conmebol: "Si me sacan el ojo no me lo paga nadie. Tengo tres hijas, mi señora Mi hija mayor cuando llegué a mi casa estaba llorando. Lo de la Conmebol fue una vergüenza. Estaba en el hospital y me decían que tenía que jugar. Con el ojo irritado, hinchado...iba a entrar pero no se podía jugar".
"El médico de la Conmebol no lo conozco porque no me vino a ver nunca. Entró en algún momento y anotó que estaba en condiciones de jugar sin revisarme...no vino el médico, Nunca fue solidario con nosotros. Debe tener alguna orden de no venir a verme al Otamendi tampoco", agregó.
Para el final, aunque sea, hubo un espacio para la solidaridad entre colegas. "Me escribieron Nacho (Scocco) y Milton (Casco), que nos hicimos amigos en Newell´s y tenemos relación. Nadie más se comunicó", cerró Pérez.