(Enviado Especial a Doha, Qatar)
Hasta el momento, el Mundial se jugó con un balón y ahora se lo cambia para los partidos decisivos que restan. El nombre del nuevo balón significa “el sueño” en árabe. Acorde con lo que persigue todo un país con la selección de Scaloni.
(Enviado Especial a Doha, Qatar)
Qatar se activa aunque ya empieza a sentir la tristeza de un final que se acerca. Han pasado 21 días de competición intensa, desgastante para todos. Ahora viene lo mejor, porque se acerca el momento de la esperada definición para saber quién será el campeón del mundo. Y lo más preciado y querido que tiene el fútbol (la pelota), también se adecua al momento que mantendrá en vilo a todo el mundo futbolero. “Al Hilm” es su nombre árabe, que significa “el sueño”. Ese sueño que tenemos los 44 millones de argentinos depositados en esta gran esperanza abierta con la selección de Scaloni, que el martes a las 22 (las 16 de nuestro país), enfrentará en Lusail a Croacia en una de las semifinales.
Al igual que Al Rihla –la que se usó hasta este momento- Al Hilm incorporará la exitosa tecnología vinculada a la detección del fuera de juego que ha contribuido a la adopción de decisiones mucho más rápidas y certeras. Al Rihla significaba “el viaje” y con Al Hilm se incorpora un término mucho más apropiado a esa esperanza que nos embarga y nos moviliza a todos los argentinos.
La pelota ayudó mucho a las decisiones arbitrales por su tecnología, como por ejemplo determinar el momento exacto en el que se juega la pelota, situación clave para determinar con estricto rigor científico una posición adelantada. Y además, una fabricación a tono con el respeto por el medio ambiente, como que Al Hilm ha sido el primer balón fabricado con tintas y pegamentos de base acuosa.
El fondo dorado y los sutiles movimientos triangulares, explican, se inspiran en los desiertos que rodean a la ciudad de Doha, el color de la copa del mundo y el estampado de la bandera de Qatar.