"Carlos era una persona que siempre condujo vehículos, alguien que manejaba mucho y bien, aún a alta velocidad. Por eso? fue un poco raro lo que pasó, sospechoso". (Curi Huespe).
Poco después de la muerte del sanjavierino, una mujer ligada a él recibió una llamada anónima que decía: "Averiguá cómo fue lo de Carlos, tenía que pasar adentro de la cárcel". Ella intentó denunciar el hecho en compañía de un abogado, pero no pudo hacerlo porque no era familiar directo del ex púgil. Dicha persona coincide con varios de los cuestionamientos que expuso hace poco Francisco "Pancho" Costanzo.
"Carlos era una persona que siempre condujo vehículos, alguien que manejaba mucho y bien, aún a alta velocidad. Por eso? fue un poco raro lo que pasó, sospechoso". (Curi Huespe).
Para la justicia y para la policía, así como para la inmensa mayoría de los que pudieron observar el lugar del hecho, no caben dudas: Carlos Monzón se mató en un accidente automovilístico, el domingo 8 de enero de 1995, a las 17.50, aproximadamente, a la altura del paraje Los Cerrillos, en el kilómetro 51 de la ruta provincial Nº 1 Teófilo Madrejón. Las pruebas físicas, los peritajes, el relato de la única sobreviviente del vuelco del Renault 19 en el que iba el ex campeón mundial de boxeo, Alicia Guadalupe Fessia, así como el testimonio aportado por los testigos (en especial el del veterinario Mario Luis Alignani, que fue el primero en llegar al sitio donde estaba el vehículo siniestrado), anulan, contrarrestan y hasta contradicen cualquier otra versión que no sea la de una muerte por accidente.
En términos generales, nunca estuvo en discusión que no haya sido otra cosa que un hecho accidental, por una maniobra de conducción, como consta en el expediente judicial redactado a tal efecto. No obstante ello, pocos días después del trágico suceso, una persona ligada al sanjavierino, a la que vamos a identificar como Leyla Merit (*), recibió una llamada anónima que decía: "Averiguá cómo fue lo de Carlos, tenía que pasar dentro de la cárcel".
Leyla quiso denunciar el enigmático mensaje inmediatamente, en compañía de un abogado penalista, Héctor Curi Huespe (matrícula Nº 2827), pero no pudo hacerlo porque no era familiar directo de Monzón. Ni en el Juzgado Federal de Santa Fe, a cargo de Víctor Hermes Brusa, ni en el Tribunal Provincial, tomaron la denuncia a su nombre. El entonces juez Brusa, además de marcar lo del parentesco, también insistió en que lo que le había pasado a Leyla no calificaba como delito federal, mientras que en el Juzgado de Instrucción de turno insistieron en que solo podría denunciar la situación un miembro de la familia del fallecido.
En definitiva, ella no podía hacer la denuncia porque, al no ser la víctima, tenía que hacerlo un familiar del occiso. Por eso mismo, desde ese episodio, Leyla tiene el presentimiento, y el convencimiento, de que la verdad sobre lo que le pasó a Carlos en su regreso de Cayastá a la ciudad de Santa Fe está muy lejos de saberse.
Leyla tuvo una relación sentimental con Carlos, que podríamos definir como seria, no pasajera (o de una noche, por decirlo de otro modo), aunque haya durado poco (casi dos años, entre 1993 y 1994). Una relación, eso sí, que no podía trascender mediáticamente -en cuanto a que no podía tomar estado público por distintos motivos, ligados a la situación personal que atravesaban ambos protagonistas-, pero que no fue para nada clandestina, por lo que sería inapropiado decir que hayan sido amantes que debían ocultar la misma.
Muy por el contrario, se trató de un vínculo reconocido y aceptado hasta por los familiares más cercanos del ex púgil, incluidos todos sus hijos (Maximiliano, por ejemplo, conoció a Leyla en 2011). A tal punto fue así, que Carlos Alberto, el hijo más grande de Monzón (fruto de su relación con Zulema Torres), supo decir de Leyla que fue "una muy buena compañera" para su padre y que "con ella se portaba bien, lo llevaba derechito".
Desde que recibió aquel llamado, ella ya no pudo creer más en la versión del accidente automovilístico (la más conocida sobre este hecho), ni en los detalles que se difundían a través de los medios, por lo que lo ocurrido siempre ha sido una gran incógnita y un misterio total para ella. Pero ahora, después de tanto tiempo, sabe que no está sola en su búsqueda de esclarecimiento, ya que existe por lo menos otra persona, Francisco "Pancho" Costanzo, que también descree en lo del accidente, aunque sea por otros motivos.
Como se recordará, el 15 de noviembre pasado, El Litoral publicó la entrevista que el colega Enrique Cruz (h) le hiciera a Costanzo, en la que este último no solo puso en dudas que Monzón haya muerto en una desgracia automovilística ("lo de Carlos no fue accidente", manifestó), sino que, además, aseguró que al ex campeón mundial lo mataron.
La nota de referencia, como era de suponer, no solo tuvo enorme repercusión y despertó la curiosidad de los lectores (el ex púgil es noticia siempre, para bien o para mal), sino que, además, hasta le generó algún dolor de cabeza al estimado "Pancho" -cuya hombría de bien, probidad y buen criterio están más allá de toda discusión-, quizás por haberse metido con un tema "espinoso" o tabú. Pero, en contrapartida, también funcionó como un "disparador", en cuanto a que animó a otras personas que piensan igual que él a brindar su punto de vista. Y a contar algo que conocen, o que intuyen, o bien que les contaron (algo que pudo haber circulado como especulación, sin trascender hasta ahora más allá de ello).
Sea como sea, está claro que Costanzo -gran amigo de Monzón desde antes de que sea campeón del mundo- no es el único que piensa que lo de Carlos no fue accidental, porque son muchos los que tienen la sospecha de que lo que le pasó al ex monarca de los medianos no fue producto de su impericia como conductor, o de haberse quedado adormilado por haber bebido algo de alcohol (Fessia, por ejemplo, negó terminantemente que Monzón haya estado alcoholizado). Son quienes no creen que el violento choque fue un hecho casual aislado y desafortunado, un despiste por maniobra brusca imprevista, una distracción, o un error de manejo.
El propio Curi Huespe, el letrado que fue junto a Leyla a realizar la denuncia, retiene en su mente, después de veintiséis años se mantiene firme en la idea de que la muerte del sanjavierino fue sospechosa. Por eso lo consultamos sobre este tema hace poco, para poder rememorar las circunstancias que contextualizaron aquella presentación en tribunales, y él insiste en que "había sospechas".
"Recuerdo que fue una muerte que generó mucha sospecha", manifestó Curi Huespe (que es paraguayo, pero vivió en la ciudad de Santa Fe y desde hace muchos años está radicado en la zona rural de San Cristóbal), sin dejar de esgrimir argumentos similares a los que en su momento comentó Costanzo: "Carlos venía en una ruta que conocía y no era muy transitada. Sin un tránsito tan importante como para perjudicarlo. Y era una persona que siempre condujo vehículos, alguien que manejaba mucho y bien, aún a alta velocidad. Por eso fue un poco raro lo que pasó, sospechoso".
Respecto a la denuncia que intentó hacer junto a Leyla, Curi Huespe entiende que siendo un hecho tan grave y tratándose de Monzón (que era una persona muy conocida, con mucha gente que lo seguía), tendrían que haberle tomado declaración, "pero querían que sea un familiar". "Se conocía su relación con Carlos, pero tenía que ser un familiar", repitió. "Yo la acompañé porque creía que podía hacerse la denuncia, y también porque podía tratarse de un delito grave como el homicidio", aclaró el abogado.
"Pienso que el fiscal tenía la obligación de profundizar el tema, aunque por lo visto no lo hizo de manera suficiente", agregó Curi Huespe. Había elementos como para indagar, continuó, "pero evidentemente la investigación no se hizo en esa línea". En su perspectiva, dijo después, "los elementos que había no fueron suficientes para que se haya instruido un sumario por homicidio". En definitiva, redondeó, "no creyeron que fuera homicidio".
También le preguntamos a Curi Huespe si aún hoy, después de tantos años, si se hace en los términos que indica la ley (con un familiar de por medio), podría reactivarse una investigación sobre el fallecimiento, o sobre el accidente, dijo que lo primero que habría que hacer es controlar y averiguar que no exista algún tipo de prescripción que invalide cualquier actuación.
"Es complicado, porque, aunque se pueda probar algo -con la ayuda de la tecnología actual podría ser factible-, no sabemos si está en el ánimo de los familiares reflotar esta historia", manifestó el profesional, quizás sin saber que el propio Carlos Alberto, en un reportaje del 5 de octubre 2019 que puede verse a través de Youtube, dice estar al tanto de algunas cosas que se comentaban en torno a lo sucedido con su padre (en cuanto a la posibilidad de que no haya sido accidente), y que ya se había puesto en contacto con su abogado para investigar lo que pudo haber pasado.
Según Curi Huespe, de conseguirse un familiar que tome la posta, habría que demostrar primero que no haya prescripto la acción (si corresponde) y después activar la causa. Al haber una muerte, y en este caso fueron dos (Monzón y Gerónimo Domingo Mottura), el accidente generó un expediente en el que consta la información que se requiere para investigar. Por último, también cabría averiguar, por si hace falta hacer nuevas pericias, dónde está el auto, o que pasó con él.
El lunes 9 de enero de 1995, El Litoral publicó las declaraciones del juez Daniel Rucci, quien confirmaría que el accidente que le costó la vida a Carlos Monzón ocurrió "como consecuencia de una maniobra de conducción" y que "en el desgraciado suceso no intervino animal, peatón, ni automóvil". La causa iniciada por el siniestro fue archivada el martes 24 de enero.
En la edición de esa fecha, se indica que "el expediente correspondiente a la causa del accidente donde perdieron la vida el ex campeón mundial de boxeo Carlos Monzón y su amigo Gerónimo Mottura (caratulado "Carlos Monzón, su muerte"), pasó al archivo por orden del juez correccional de turno en la Feria Judicial de Verano, Dr. Daniel Rucci". Monzón falleció por un acto propio de conducción y no existen elementos que ameriten la prosecución de la causa" sostuvo en su dictamen el magistrado.
Rucci consideró que no existió delito luego de evaluar el cúmulo de pruebas, peritajes y haber escuchado distintos testimonios. "De acuerdo con fuentes tribunalicias fueron fundamentales las apreciaciones vertidas por la única sobreviviente del accidente Alicia Fessia, cuñada de Monzón, quien habría ratificado que el ex pugilista estaba al comando del rodado y que en un momento determinado habría perdido el dominio del mismo", se explica en la citada crónica.
Fessia, quien viajaba en el asiento delantero junto a Carlos (hecho corroborado por ella misma en entrevista con el fallecido colega Luis Gudiño), manifestó que al advertir que el automóvil se deslizaba descontroladamente, se tomó de la manija de una puerta y se agachó en el asiento para protegerse, salvando así su vida al producirse el vuelco.
"La causa pasó al archivo por no existir delito, confirmándose las versiones que indicaban que el conductor perdió el control del vehículo, el que, tras morder la banquina sumamente peligrosa en ese tramo, dio un vuelco de campana y literalmente voló en el aire unos veinte metros para aterrizar en una cuneta algunos metros más adentro, al costado del camino", concluye el informe publicado por este medio.
(*) Hemos preferido resguardar la verdadera identidad de esta persona, debido a que muchos de los detalles aquí descriptos y considerados, así como otros ligados a la historia vivida entre ella y Carlos Monzón, forman parte de un libro de próxima edición. En dicho trabajo, la protagonista cuenta sus vivencias junto al sanjavierino, a lo largo del tiempo que pasó junto a él.