"Yo tuve la suerte de verlo a Gatti cuando estaba en las inferiores y de compartir plantel con Perico Pérez, Irusta -que fue el que me enseñó a sacar la pelota con los pies- y Biasutto. Me acuerdo que un día, Volken nos agarró a los dos, a mí y a Biasutto, y nos dijo que íbamos a disputar el puesto y que cada uno iba a tener una seguidilla de partidos para atajar. Cuando terminó la charla, Biasutto me pasó la mano por la espalda y tomándome del hombro me dijo: 'Pibe, matáte en los partidos que te toqué porque yo no te voy a dejar que me saques el lugar'. Y así fui creciendo". Esta anécdota que siempre cuenta Nery, podría trasladarse tranquilamente a cada uno de los momentos de su vida.
Pumpido fue un triunfador, pero hubo siempre algo que a él lo movilizó: Unión. Era capaz de estar en el lugar más alto, pero siempre estaba pendiente de lo que pasaba en Unión. Y así como de ser campeón del mundo, de tener la dicha de haber sido -junto con Ruggeri y el Negro Enrique- de ser los únicos en la historia del fútbol argentino en ganar todos los torneos posibles en un año (en el 86 fueron campeones locales, en la Libertadores, en el Mundial de selecciones y en el Mundial de clubes), de haber sido campeón de la Libertadores con Olimpia (el padre de Alejandro Domínguez era el presidente del club y Alejandro el que manejaba el fútbol en ese momento) y de jugar una final dignísima en Tokio ante los galácticos del Real Madrid, pasó a ponerse el overol y meterse en el barro del peor momento deportivo, económico e institucional de Unión, cuando en el 2009 fue al club a trabajar de manager con su amigo Fernando Alí, otra gloria tatengue y del que luego se distanció, aunque el afecto mutuo continúa inalterable en los dos.
Nery va a un puesto ejecutivo, si se quiere diplomático y de gestión, hasta podría de toma de decisiones detrás de un escritorio. Imposible suponer que será así con él. Su experiencia como jugador y como entrenador, cotiza y le brinda un capital mayúsculo; pero Nery se preparó. Cursos, viajes, charlas, reuniones. Todo formó parte de su bagaje de conocimientos en los últimos tiempos. No es un improvisado. Por eso lo eligieron.