Ganó Podoroska, hizo historia. Ganó el "Peque", hizo historia. Y desde San Diego, en los Estados Unidos, la legendaria santafesina Raquel Giscafré cuenta y repasa en exclusiva a El Litoral su propia historia.
Ganó Podoroska, hizo historia. Ganó el "Peque", hizo historia. Y desde San Diego, en los Estados Unidos, la legendaria santafesina Raquel Giscafré cuenta y repasa en exclusiva a El Litoral su propia historia.
"Yo fui muy influenciada por las jugadoras que comenzaron el tour femenino, en los tempranos '70. Billie Jean King, Rosie Casals, Valerie Ziegenfuss...En fin, fueron nueve las jugadoras que comenzaron el tour femenino y se abrieron del masculino cuando entró a sponsorear Virginia Slims. Me invitaron a participar del directorio de la nueva WTA (Women´s Tennis Association), y acepté. Ahí empecé a aprender mucho la política del tenis, y la injusticia que había entre el circuito masculino y el femenino...
-Para graficar te pido un ejemplo de esa desigualdad hombres-mujeres, Raquel
-Las mujeres, por ahí, jugaban la final de Roma en la cancha cuatro en vez de jugar en la central. En fin, fue hace mucho tiempo. Entonces, estando en el directorio del Tour, que era un directorio muy profesional, entre los logros que alcanzamos, llegamos a tener el mismo dinero y los mismos premios en el US Open, que los hombres. ¿La verdad? Amenazamos con hacer un boicot y logramos que el US Open nos pagara los mismos premios que a los varones. Virginia Slims, una compañía de Phillip Morris, invirtió muchísimo dinero en el tour femenino, y yo fui parte. Jugué, estuve varios años en el directorio.
-¿En nuestro país pasaba lo mismo?
-En Argentina, hicimos lo mismo: fundamos una asociación de mujeres, porque la Asociación Argentina de Tenis no hacía absolutamente nada por las mujeres, y entonces, conseguí un grupo de chicas, y, con abogadas, jugadoras, sponsors, hicimos la Asociación Argentina de Mujeres. No tuvimos apoyo de la Asociación Argentina de Tenis, por lo que eso habrá durado un par de años.
-Esa "faceta" dirigencial nace cuando colgás la raqueta...
-Después de mi carrera como tenista, comencé inmediatamente: dejé de jugar, y comencé a organizar torneos de mujeres en la Argentina, en Buenos Aires, en el interior, y en Montevideo. Lo hice varios años. Organicé el Río de la Plata, que fue un torneo grande, que incluyó también a hombres, así que, en ese sentido fue pionera: desperté el interés en el tenis femenino.
-Hasta que llegó "El exilio de Raquel..."
-Claro, en el año '81, con la cuestión de Martínez de Hoz, y una de las caídas típicas de la economía argentina, me tuve que venir a vivir a Estados Unidos a conseguir trabajo, donde hice lo mismo: empecé a hacer campeonatos de tenis acá en Estados Unidos, como promotora.
-Me da la impresión que, casi siempre, el camino solitario del tenis tiene más espinas que rosas...
-Somos "molinos de viento", el tenista que se va solito, a competir al extranjero, con el esfuerzo que ponen sus padres para ayudarlos económicamente. Sí, eso es parte del desarrollo de un tenista, viajar, desde chico, estar solo, como en mi época. Hemos pavimentado el camino para los que vinieron atrás, y ahora hay muchísimo dinero en el tenis. Pero, te puedo dar el ejemplo de Diego Schwartzmann...
-Me encantaría...te escucho y te leen acá en tu querida Santa Fe
-Cuando él empezó a jugar y empezó a viajar, la madre, -"Peque" era de una familia muy humilde-, iba por todos lados. Iban a todas las plazas de Buenos Aires, a vender pulseritas, cadenitas, etcétera. Ésa es la vida del tenista (hace un largo silencio). También yo creo que en la Asociación Argentina de Tenis, a pesar de que está compuesta por todos los clubes del país, quizás tenga un poco de ayuda de la Federación Internacional del Tenis pero el jugador individual no tiene mayor ayuda para nada. En nuestra época no teníamos ni coach, ni psicólogo deportivo, ni nada. Nos ayudábamos los unos a los otros. Hacíamos grupos de latinoamericanos. "Jairo, ¿me ayudás con el revés? Mirame qué estoy haciendo bien y qué estoy haciendo mal". Entre los jugadores nos ayudábamos, y nos acompañábamos un montón. Era parte de la aventura. En nuestra época jugábamos para conocer el mundo; lo conocimos, aprendimos y competimos. Hoy en día, es muy difícil entrar en los tours, porque vos sabés lo competitivo que es. Hay un esfuerzo individual gigantesco, pero es una enseñanza de vida, que te sirve para siempre.
"Puse el despertador a las 4 para ver a Nadia"
Las muchas horas de diferencia con San Diego, California, no fueron impedimento para que la pionera Raquel Giscafré observara 46 años después que la historia felizmente se repite. Para el tenis argentino y para la invencible provincia de Santa Fe.
-Sin compromiso va la pregunta...¿viste algo de la rosarina Podoroska en París?
-¡Todo! Me puse el despertador a las 4 de la mañana para ver el partido de Nadia. Fue contundente su triunfo contra Svitolina, rankeada número 5 en el mundo. Comandando con su derecha y pasándola a su contraria con su buenísimo revés paralelo. Sacó muy bien y utilizó el drop shot sorprendiendo a su contraria varías veces.
-¿Qué ídolos santafesinos del deporte se te vienen a la mente si te pido un repaso?
-Bueno, con el "Lole" (Carlos Alberto Reutemann, ex piloto de Fórmula 1 y subcampeón del Mundo) y con "Mimicha" compartimos bastantes cosas en algunas ciudades del mundo. Le tenía muchísima admiración al "Lole", y bueno, también lo conocí a Monzón y a don Amílcar Brusa, con quien nos encontrábamos siempre en los aeropuertos. En fin, lo he visto, lo veía boxear, lo admiraba, pero sé que es un poco controversial el tema por lo que pasó después. Le tenía mucha admiración al "Lole"...un genio al volante.