Rossi, la muerte de Menotti y esa lucha sin bajar los brazos

Rubén Rossi se ha convertido en un hombre de mundo. Hoy, trabajando en Fifa y en Conmebol, lleva su vasto conocimiento por distintos lugares del planeta. El santafesino habló en el programa Conexión Deportiva por la CSC Radio 106.5 de Esperanza, con la conducción de Ariel Aiello, y se refirió a la muerte del Flaco Menotti: "Fue como enterrar dos veces a mi padre", señaló. Y agregó que "ese domingo estaba en la habitación del hotel en Ecuador viendo final de Estudiantes contra Vélez y me quedé dormido, cuando desperté tenía muchos mensajes, el primero era de Cesar Mario Menotti avisándome que había pasado a la inmortalidad esa persona que tanto quise y quiero. Para mi fue un golpe durísimo, pero él me enseñó que la vida es una calle de mano única y se va para adelante, así que lo mejor que podemos hacer ahora es dejar su legado intacto y transmitirlo por medio de su escuela en donde él me honró poniéndome de director. El objetivo es que crezca y se convierta en la mejor del mundo".

Rossi mencionó a Menotti como aquél hombre que conoció cuando él recién tenía 17 años y lo llevó a la juvenil. "Viví infinidades de cosas, a mi me solucionó problemas futbolísticos; que en el uno contra uno, el primer movimiento lo haga el delantero. Eso era una forma de decirme, 'amagále, no le salgas encima', y eso me resolvió todo. También me enseñó que el fútbol es un juego de espacios en donde por capacidad los futbolistas deben gobernar la zona a través de su capacidad para manejar los tiempos. Me reafirmó valores humanos y principios de vida que yo ya traía de mi hogar. Como, por ejemplo, que no había que festejar como un tarado en el vestuario cuando los rivales estaban tristes al lado; a no hacer trampas en el juego; a no sacar ventajas de cualquier forma para obtener un resultado. En definitiva, me enseñó a crecer con dignidad ya que es lo más importante que tiene que tener un individuo cuando se está formando y cuando es adulto".

Rossi es instructor y editor de los manuales de CONMEBOL y el año pasado también fue nombrado Instructor de Fifa y se ocupa en la formación de entrenadores. En la charla, contó que Fifa está muy preocupado por el desarrollo del fútbol infanto juvenil, más allá de lo que se vé en el fútbol profesional. Acá hay un tema muy complejo en donde se necesitan formadores y ayudadores en el fútbol infanto juvenil que le enseñen la importancia del juego en la infancia y la importancia de los conceptos en la juventud".

Sobre este tema, agregó que "algunos formadores se ponen hablar de temas que recopilan de videos que encuentran en internet. Y cuando les hacés una pregunta simple, como por ejemplo cuál es la diferencia, para un delantero, entre desmarcarse y distraer, o qué es lo que se defiende en el fútbol o cómo se sale de una jugada para volver a entrar, no saben qué responder. Un formador debe saber del fútbol y del futbolista, teniendo una formación lo más completa posible.

También hizo referencia al joven de 14 años y 28 días, Mateo Apolonio, que se transformó en el futbolista más joven en debutar en Primera. "Ojalá este chico sea el nuevo Messi, voy a estar más que contento que nadie, pero no quiero pensar si este chico no logra triunfar. Hay que tener cuidado porque se deben respetar los tiempos. No porque juegue bien dos o tres partidos hay que subirlo a Primera, porque es una máquina de picar carne. Es el gran escenario donde tenés que estar preparado desde lo físico, lo psicológico, entender muy bien el juego, saber adaptarse a todas las presiones… Y la verdad es que yo no sé si un chico, a los 14 años, lo puede hacer. Después, pasa que juegan dos o tres partidos en Primera y muchas veces desaparecen. Y no hay un modelo que se ocupe de estos jugadores porque a los dirigentes no les interesa. En cualquier momento, harán debutar a un chico con chupete y escarpines", y agregó que "antes de tomar una decisión así, hay que hablar con los entrenadores de su categoría, con el coordinador del fútbol amateur, el técnico de la tercera, el psicólogo, los profes del club, los padres y también el técnico que quiere ponerlo. Y entre todos, tomar la decisión correcta para que el chico no baje más".

Y dio el caso de Radamel Falcao en River: "En ese momento, el técnico de la Primera era Manuel Pellegrini. Hablamos sobre lo que sería lo más conveniente y el colombiano fue a sexta y cuando volvió se fue consolidando".

En este último tiempo viene dando seminarios en Sudamérica, en donde pudo observar que los niños cada vez se entrenan más, trabajan más, se ejercitan más y juegan menos. "El niño que no juega, no aprende el juego y va ser muy difícil que llegue a ser profesional. Se han quedado en la historia de la repetición, de hacer fila para patear al arco, esquivar conos… No quieren entender que los fundamentos de la técnica son hijas del juego… El gimnasio es un buen complemento, pero si el futbolista cree que va a jugar mejor porque levanta 100 kilos o hace mil abdominales, estamos perdidos. Un futbolista va a mejorar si todos los días aprende a jugar al fútbol y todos los problemas que tenga, solucionarlos dentro de la cancha. En algunos casos, los formadores trabajan para ellos y no para el niño. Buscan jugadores de alta talla, de buen físico, para conseguir resultados positivos y así siguen sobreviviendo aunque después a primera no llegue nadie".

"Hoy por hoy se habla de las Sociedades Anónimas, cuando, en la realidad, los dirigentes deberían estar a la altura de las circunstancias, asumiendo la responsabilidad y no dejarse manejar por terceros. Todos saben, no voy a dar nombres, que hay empresarios que manejan entrenadores. Lo que provoca la decadencia en la dirigencia del fútbol argentino. Los clubes para mi deben pertenecer a la gente", señaló Rossi sobre este tema tan en el tapete.

Por último, anunció que el año que viene sacará su tercer libro. Y dijo que "los representantes son los traficantes de esclavos del siglo 21, porque le ofrecen cosas a los padres aprovechándose de su situación económica. Por eso, hay que hablar con los padres; hay un dicho africano que dice 'a un niño lo educa toda una tribu'. En esta sociedad, la tribu debería estar compuesta por la familia, el club y la escuela trabajando mancomunadamente. Por eso, hay que darles herramientas a los chicos, para que si no llegan a ser profesionales, al menos formen parte de una sociedad más justa, igualitaria y cooperativa… Y a los entrenadores, recordarles que, primero, son educadores".