Unión 1 - Colón 1: pusieron ganas y “amarretearon” fútbol
Unión fue más peligroso en el primer tiempo, Colón lo controló y jugó mejor en el segundo. El local fue de mayor a menor y Colón, con Perlaza como emblema y figura, manejó más la pelota y dejó un mejor aspecto.
Unión y Colón repartieron puntos en el 15 de Abril. Crédito: Manuel Fabatía
El partido que le convenía a Colón se dio hasta el gol de Unión. ¿Cuál era?, el partido con bajo ritmo, pocos espacios, más cortado que jugado, con mucha presión y marca, sin la posibilidad del ida y vuelta que a Unión le podía facilitar el partido. En ese sentido, hubo un buen trabajo de los volantes sabaleros, con Julián Chicco encimando a Luna Diale y Perlaza marcando el ritmo al que se debía jugar el partido. El problema estaba en los desbordes de Machuca, sin lugar a dudas el jugador más peligroso de Unión. Machuca ganaba en todos los aspectos: en el mano a mano en base a habilidad o en el desborde con velocidad. A Zenón se le complicaba en el duelo con Schott, pero igualmente había conexión con Corvalán y Aued, que se tiraba por ese costado. Y en ese juego colectivo, en esa sociedad, Unión también encontraba la chance del desborde y la complicación para el costado derecho de la defensa sabalera.
Igualmente, Colón tenía bastante controlada la situación hasta que llegó la pelota quieta, el centro al primer palo que peinó Vecino y la aparición de Aued para pegarle fuerte y cruzado para dejar sin chances a Ignacio Chicco. Este Unión de la generación de situaciones y falta de gol de otros partidos, se convirtió en el Unión eficaz que aprovechó la primera que tuvo a su favor para convertir y generar tranquilidad.
Colón sintió el impacto pero se repuso. Y terminó jugando mejor que Unión el primer tiempo. Tuvo un par de aproximaciones exentas de peligro real al arco de Mele y supo manejar la pelota. Ese volumen de juego que reclamaba Saralegui y que estuvo ausente en los otros partidos, esta vez apareció. Tomás Galván –volcado por izquierda pero sin jugar tan abierto- y Arrúa, jugando suelto y tratando de escapar a la marca de Gordillo y Aued, le dieron algo precisión en el manejo de la pelota. Y ellos se sumaron a Perlaza, que fue el que la trajo desde atrás. El pelotazo o la habilitación larga para Wanchope fue una tentación constante y el “9”, algo mejor en lo físico, quedó en posición adelantada en un par de oportunidades.
Las mejores situaciones, sin embargo, nacieron en fallas de Unión en la salida. De todos modos, la recuperación del bloque defensivo del local fue muy rápida. Muy bien Corvalán y atentos los dos centrales, más el aporte de los dos volantes más retrasados que batallaron con mucho rigor físico delante de los cuatro del fondo. Con la pelota, pocos espacios para Luna Diale y habilitaciones largas para Zenón y Machuca que no siempre pudieron ser eficaces. De todos modos, Machuca fue el más peligroso en un primer tiempo que se consumió con aquella ventaja lograda por Aued y escasa cantidad de situaciones de peligro frente a los arcos.
Saralegui salió en el segundo tiempo con Meza por Schott. Quizás pudo haber visto que Zenón dejaba algunos espacios que se podían aprovechar a sus espaldas. Y necesitaba tener mayor profundidad para buscar el empate.
Unión había tenido dos situaciones en el arranque del complemento, pero llegó una maniobra en la que fueron tocando la pelota desde un costado al otro y por el sector izquierdo aparecieron muy solos Wanchope y Perlaza. Fue éste último, luego del pase de Wanchope, el que definió con un remate cruzado para poner el 1 a 1.
Más allá del cambio de nombres (Meza por Schott), Saralegui modificó la posición de los volantes y mandó a Tomás Galván a jugar suelto (y cumplió), recostando a Arrúa por izquierda. Fue un momento de desconcierto de Unión, impreciso con la pelota, con espacios que se le achicaron y sin encontrar la manera de desbordar por afuera porque Delgado ajustó la marca sobre Machuca.
La poca reacción de Unión y la mejor predisposición de Colón para ejercer el control del partido (con Perlaza como figura), fue la señal de alerta para que Munúa mande a la cancha a Roldán, Marabel y Castrillón por Luna Diale, Vecino y Zenón. Había que modificar casi todo el bloque de ataque para encontrar soluciones. A todo esto, Saralegui metió a Troncoso por Galván, en un pasaje favorable a Colón, como fue en casi todo el segundo tiempo.
Ya Machuca se había apagado por completo y Unión no tenía desequilibrio ni encontraba los espacios para aprovechar la supuesta mayor velocidad de sus jugadores. Entró Domina, pero el partido era controlado por un Colón que tenía más aplomo y seguridad en lo que hacía y Saralegui utilizó su penúltima ventana para colocar a Alvarez por Pierotti y la última para mandar a la cancha al “Grillo” Taborda ya en tiempo de descuento.
Entre el deslucimiento de Unión en el segundo tiempo y la mayor ambición y tranquilidad de Colón para imponer su juego, pero sin la suficiente agresividad ni fortaleza futbolística para buscar la victoria, el clásico se consumió con un empate que aporta bastante poco al presente de los dos.
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