Diego Schwartzman empezó de manera inmejorable en el US Open. El argentino, cabeza de serie No. 11 del torneo, derrotó 7-5, 6-3, 6-3 a Ricardas Berankis y se metió en la segunda ronda de un torneo que le ha visto llegar dos veces a cuartos de final: en 2017 y en 2019.
El argentino, que esta temporada ha celebrado un título ATP Tour (en Buenos Aires), fue de menos a más para sumar su primer triunfo ante el lituano, al que nunca antes se había enfrentado.
Más allá de la contundencia del resultado, Schwartzman no esconde la dureza de su estreno en Nueva York. “Por el score se puede decir [que fue contundente] porque fueron tres sets, pero fue un partido muy trabajado y duro”.
La explicación es sencilla: adaptarse a unas condiciones muy rápidas en las que controlar la pelota requirió un tiempo de adaptación. “Las condiciones están muy rápidas, creo que todos los jugadores van a responder lo mismo, y eso dificulta mucho a la hora de poder hacer todo lo que uno quiere dentro de la cancha y poder cambiar direcciones y alturas, por eso por momentos el partido se hizo muy rápido”, señaló.
“La cancha patina como loco y uno no puede hacer mucho. Fui encontrando las soluciones y las respuestas en el partido, en los momentos importantes de cada set, por suerte acabó cayendo de mi lado, pero fue un partido duro”, cerró el argentino.
Schwartzman exhibió una faceta ofensiva para atacar los peloteos con decisión, buscando las líneas constantemente ante un contrario que no pudo contener las acometidas del actual No. 14 del FedEx ATP Rankings.
También estará en esa segunda ronda Facundo Bagnis. El argentino, solvente, venció 6-3, 6-3, 6-3 a Taro Daniel. El No. 80 del FedEx ATP Rankings mostró una versión sólida ante el japonés, que no tuvo opciones para frenar la experiencia de Bagnis en Flushing Meadows.
“Estoy muy feliz. Ganar un partido en un Grand Slam es algo muy lindo”, inició Bagnis tras su sólida actuación. Estoy con esa sensación de querer más, obviamente con el sentimiento solo no alcanza, hay que jugar muy bien el próximo partido, el nivel te lo exige”.
El argentino de 31 años destacó su mejora de nivel reciente, que esta temporada se está trasladando en la pista con resultados. “Hace un tiempo que vengo ya sintiéndome que estoy en este nivel, el ranking no lo demostraba tanto, pero me venía sintiendo con un nivel de tenis de Top 100 y de Grand Slam”.