Enrique Cruz (h)
Le cuento al Bicho que un muy buen equipo que tuvo Colón en aquéllos complicados tiempos del ascenso, fue el de Trigili. Formaba con Carnevali; Caballero, Wermer, Belén y Juncos; Carmona, Godano y Bachino; Héctor López, Parodi y Gamarra. Alternaba en ese equipo un muy jovencito Javier López, que ya empezaba a mostrar sus condiciones como volante con buen manejo y llegada. Viene a cuento también para hablar de aquéllos tiempos del Bicho Godano jugador. “¡Lo que me insultaban!...
Y después me terminaron casi idolatrando. Pasé de un extremo a otro”, rememora. Y fue así.
Víctor Godano no sólo es el presidente de los 110 años que se cumplirán pasado mañana, sino el único que fue jugador, técnico y presidente. Lalo Vega fue jugador y presidente, pero no entrenador. Así que el Bicho puede “creérsela” tranquilamente, porque es el primero y será difícil de igualar.
—¿Te sienta cómodo el sillón de presidente?
—Quizás por mi forma de ser, porque soy un tipo tranquilo, pueda asumir de una manera distinta esta función. Pero eso no quiere decir que lo haga sin responsabilidad. Sé que debo estar convencido de los pasos que doy y que hay que hacer las cosas en beneficio del club y de los socios.
—¿Y?, ¿salen bien las cosas?
—Desde que asumimos nos han salido relativamente bien. Seguro que nos equivocamos, pero la mayoría de las decisiones que tomamos fueron acertadas.
—¿Qué diferencias hay entre este Colón y el que conociste cuando eras jugador hace 30 años?
—En lo básico es lo mismo, pero el crecimiento que hubo en la masa societaria ha sido muy grande. Hoy comprendo mucho mejor, por ejemplo, que un resultado de Colón hace depender que una familia esté contenta o triste un fin de semana. Sé que el ascenso del 7 de diciembre significó que Santa Fe pase unas fiestas de fin de año con mucha tranquilidad y alegría. Ahora entiendo mejor estas cosas.
—Cuando escuchás o lees que este es un plantel limitado o que Javier López es un técnico quizás inexperto para este momento, ¿qué pensás?
—Javier es un técnico trabajador, que se preparó y tiene un muy buen manejo del grupo. Cuando arrancamos el año, sabíamos que teníamos un fixture complicado de entrada y que los refuerzos venían falto de fútbol o con pequeñas lesiones, que iban a tardar seis o siete partidos en ponerse en forma. ¿Qué te quiero decir con esto?, que sabíamos que los resultados no iban a ser buenos y que después nos íbamos a acomodar. El plantel de Colón es competitivo y pienso que es un plantel para estar de mitad de la tabla para arriba y que quizás, a fin de año, clasifiquemos para alguna Liguilla, que es lo que anhelamos.
—¿Cierran las cuentas en el club?
—Este año estamos cobrando un millón de pesos mensuales de Afa por derechos televisivos, porque Afa considera equipo de la B a los que ascendimos el año pasado, ya que el resto cobra 3 millones. Tenemos un desfasaje todos los meses que lo venimos cubriendo con los jugadores que vendimos el año pasado. Nos restan cobrar 800.000 dólares de Luque y una parte del pase de Meli a Boca. El año que viene, cuando cobremos los 3 millones de la tele, más la cuota societaria, estaremos equilibrados.
Entonces ahí, podremos pensar en hacer obras con los jugadores que vendamos.
—¿Seguís pensando que el salvataje deportivo fue conveniente para el club, fue la mejor decisión?
—Con Lalo a la cabeza siempre hablamos de salvataje, incluso en la campaña, y el que opina distinto es porque no estuvo en Colón este año. Ibamos a Afa y no podíamos incorporar jugadores, no podíamos abrir cuentas bancarias porque caían embargos, se hacía imposible trabajar tranquilos. Además, había algunas deudas que no las teníamos claras, no sabíamos si realmente correspondía o no pagarlas. Con el salvataje deportivo, todo esto se va a blanquear.
—¿La urgencia económica de este año los obliga a vender jugadores para equilibrar los números? Porque me imagino que la pregunta que todos los sabaleros te hacen es si vas a vender a Alario...
—Colón es un club vendedor, los jugadores quieren progresar y no podemos retener a jugadores que pueden ganar diez veces más que lo que ganan en Colón. Por eso hay que darle importancia a las inferiores para tener ahí a los reemplazantes de esos jugadores que, potencialmente, estén en condiciones de ser vendidos. Se hace difícil cuando el jugador presiona.
—Como lo hizo Meli, por ejemplo...
—Claro. El jugador no vino a hacer la pretemporada, pero no entendió que el negocio se podía hacer igual. Graciani hizo lo contrario. Vino a entrenar y el pase a Estudiantes se hizo. No me gustó lo que hizo Meli, porque es un chico surgido de las inferiores. Y hay que ser agradecido en la vida. Cada uno tiene el derecho de actuar como crea conveniente. Pero en mi caso, siendo jugador, jamás hubiera actuado de esa forma.
—¿Tenés temor de que Alario actúe en el futuro como lo hizo Meli?
—No, para mí Alario va a actuar como Graciani.
—¿Y los representantes?
—Ellos presionan también, pero todos deben entender que Colón es un club importante. En mi caso, hace 23 años que dejé de jugar y todos me recuerdan como jugador de fútbol. A veces, no se dan cuenta de la importancia que tiene el club. Yo sé que una cosa es jugar acá y otra diferente es hacerlo en Boca, River o en Europa, sobre todo por lo económico. Pero Colón, es un club importante y está a la altura o por encima de muchos que se dicen grandes.
—¿Está politizado el club?
—No creo... No me gustan las formas de algunos de hacer política. No me gusta que desprestigien al gobierno que está con el afán de acceder a este lugar. Nuestro gobierno podrá no gustar, pero lo hacemos con cariño, humildad y respeto por el socio. Tenemos el consentimiento de la gente, puedo estar en la tribuna mezclado con los hinchas, como lo hice en Pergamino, o caminar por la platea sin escaparle a la gente, porque no tengo nada que esconder y deseo siempre lo mejor por el club.
—¿Querés decir que puede haber alguno que espere una derrota o un mal momento para hacer política?
—Pasa, seguro que pasa... Hay algunos que esperan una derrota para aparecer en los medios y criticarnos.
—¿Y qué pasa con el hincha común?
—Nosotros estamos muy cerca de la gente y siempre pedimos ayuda, pero no queremos que nos den el dinero a nosotros, sino que se junten en las filiales para comprar colchones para la pensión o para arreglar el Roque Otrino. Y te aseguro que nos escuchan y lo hacen. Sé que nos equivocamos, porque es imposible no equivocarse en fútbol. Pero la gente nos comprende y respalda.
—¿Se detuvo el trabajo de inferiores en Colón?
—Lo teníamos armado con Javier y el Chueco Robledo pero surgió esto de Mostaza Merlo y la aparición de ellos en el equipo principal. Nosotros contratamos técnicos importantes, los tenemos al día, cuidamos a los pibes que están en la pensión, tenemos maestros que van a controlar el estudio de los chicos, etcétera. No se nos dio en lo deportivo, porque tuvimos una zona difícil, pero estuvimos cerca de clasificar.
—¿Tenés previsto charlar con Vignatti?
—No tengo problemas con él, pasa siempre por el palco en el que vemos el partido y una vez me dijo que íbamos a comer un asado, así que lo llamaré para que me lo pague (risas)à A José podés quererlo o no, te puede caer bien o no, pero hizo muchísimo por Colón, lo respeto y lo tomo como ejemplo. No tuve el gusto de tenerlo como jugador de fútbol, pero antes de él, teníamos sueldos muy bajos y no cobrábamos por meses. En ese momento, la comida de nuestra familia peligraba en serio porque los sueldos no eran buenos y no cobrábamos.
—Se pasaban tardes enteras en lo de Ochoa y Gómez que era el representante de Agremiados...
—¿Te acordás?... Bueno, él detuvo todo eso.
—¿En qué sentís que la gente los apoya?
—En que cuando asumimos, teníamos 12.000 socios y hoy hay 24.000. Y ese aumento masivo se dio con un descenso y con un torneo en la B Nacional en el que no sabíamos, hasta último momento, cómo nos podía ir. Por eso te digo que con esa masa societaria, más esos 24 millones de pesos que Afa nos dará el año que viene de la TV para equipararnos con los que venían del año pasado jugando en Primera, vamos a tener un club equilibrado. Hoy, el presupuesto de Colón está rondando los 6 o 7 millones de pesos mensuales, en total. Tenemos un desfasaje mensual de 2 millones, más o menos, que es lo que afrontamos con el producido de la venta de los jugadores, el año pasado. Además, hubo cosas que por ahí la gente no sabe, como por ejemplo lo que pasó con la venta de Mugni. Nosotros íbamos a cobrar en bonos, y esos bonos en dólares estaban a un dólar de 10 pesos, pero al final no se pudo hacer así y terminamos cobrando con un dólar de la cotización oficial de entonces, que era de 6 o 7 pesos, no recuerdo bien. Con ese dinero, podríamos haber pagado antes la deuda del Atlante y nos sobraba.
—A un año y medio casi de estar en el club, ¿qué sensación tenés de los ex dirigentes que se fueron en el 2013?
—Hicieron una pésima administración. Nosotros tratamos de no cambiar más cheques, porque cuando vas a Afa te traés un cheque de un millón de pesos pero a cobrar a los tres meses, y cuando lo cambiás en una financiera te quedás con 300.000 pesos menos. Todo eso que se hacía, producto de la desesperación, hizo que Colón tuviera una pésima administración. Después, hubo cosas raras en el manejo, pero eso lo tiene que determinar la Justicia. Es decir, al margen del desastre económico y financiero con el que dejaron el club, si se llevaron algo es una cuestión que lo determinará la Justicia.
—¿Qué opinión tenés de lo que se viene en Afa?, ¿le tenés miedo a una avanzada de los clubes grandes que pueda perjudicar a los del interior y a los más chicos?
—Siendo del interior, no queremos que el presidente de Afa sea el presidente o un dirigente de un club grande. Con Grondona sabíamos que había una protección para los clubes chicos. No queremos un presidente de los clubes grandes, le tenemos miedo a que se centralice el fútbol y que la repartija económica, por ejemplo, sea más perjudicial para nosotros y beneficie a los grandes. Este torneo de 30 equipos es muy federal, se le dio cabida a muchos clubes del interior que son, en algunos casos, mucho más grandes que los de capital y esas decisiones de Grondona fueron un paraguas para nosotros.
—¿Se puede hablar de un proyecto de futuro de institución que pueda ir más allá del día a día, del resultado del fin de semana o de la inminente venta de un jugador?
—Todo lo que hacemos, es a futuro y sin pensar o depender del resultado. Te doy un ejemplo: el lunes vamos a poner una pantalla para ver el partido y esperar el aniversario del club. Si pensamos que vamos a perder el partido, no la hacemos. ¿Cuál es el temor?, que perdamos y que haya disturbios.
Pero lo hacemos igual. Si pensamos en el resultado, no lo hacemos. Entonces, tenemos que sacarnos esos temores y pensar a futuro. Vamos a festejar los 110 años con una cena el 16 y estamos proyectando una cena muy importante para junio con el objetivo de recaudar fondos para la segunda parte del campeonato. Si pensáramos en el resultado del fin de semana, no podríamos hacer nada porque estaríamos siempre condicionados, y no queremos.