Tiene sólo 18 años. Nació el 19 de junio de 2001. Pese a ser tan joven, ya da que hablar con su juego. Es María Victoria Mayer, más conocida como Vicky Mayer. Nacida en la capital provincial y formada en el Club de Regatas Santa Fe asoma como una voleibolista muy destacada a nivel internacional.
Tras integrar seleccionados juveniles, fue convocada al mayor y cumplió con creces. En este enero, fue una pieza fundamental en la clasificación del seleccionado femenino a Tokio 2020. En Colombia, derrotaron a las anfitrionas y se quedaron con la única plaza disponible para el torneo más competitivo del planeta con sólo 12 combinados nacionales.
Mayer arrancó en Regatas y pasó por el Club Atlético San Jorge y por Gimnasia de La Plata. En esta 2019/2020 arribó a Flamengo. El club campeón de la Libertadores 2019 de fútbol también compite en vóley en la primera división brasileña.
Vicky habló con El Litoral desde San Pablo tras disputar un encuentro con el Fla sobre su gran presente en una carrera que parece no tener techo. Con respecto al preolímpico obtenido, comentó: “Fue una experiencia increíble, principalmente me quedo con el equipo, nos sentimos muy enfocadas en el objetivo y supimos ir al frente juntas, las 14”. El cotejo ante las colombianas, el último, fue el decisivo: “Lo importante fue que nunca dejamos de intentar, sabíamos que iba a ser un partido duro y largo. Pudimos volcar a la cancha lo que habíamos entrenado”.
Estos son sus primeros meses en Río de Janeiro. Un cambio brusco para una adolescente. “No fue fácil adaptarme porque fueron muchas cosas nuevas de golpe. Pero está bueno porque es una liga muy competitiva, hay jugadoras de gran nivel”, aseguró la formada en Regatas Santa Fe sobre su estadía en tierras brasileñas. Este paso le permite ser una voleibolista profesional, una condición reservada para muy pocas chicas argentinas. “Es lo que siempre soñé, pero no lo veía tan cercano. Si bien no es fácil, creo que te hace vivir cosas increíbles”, expresó.
Victoria aprovecha su tiempo libre para ver fútbol en una ciudad como Río. Según publicó en su cuenta en Instagram, asistió junto a sus padres al partidor entre Flamengo y Volta Redonda (ganó el Mengo 3-2) por el campeonato carioca en el Maracaná.
Vicky Mayer arrancó de muy pequeña a jugar en Regatas. El club de sus padres. “(Ellos) Llegaron a jugar ligas argentinas”, afirmó. “(Regatas) Es mi segunda casa, porque no sólo es donde comencé a jugar al vóley, sino que es el club de mi barrio, toda mi familia es de Regatas. Lo llevamos en la sangre”, agregó.
Aunque faltan unos meses, el gran objetivo del año para el seleccionado albiceleste es el torneo en la capital de Japón. Las rivales serán: China, Estados Unidos, Italia, Rusia y Turquía. “Es un torneo difícil, van ni más ni menos que los mejores del mundo. Aún no fijamos objetivos, pero intentaremos jugar nuestro mejor vóley, hacerle frente a las potencias”, indicó.
Cuatro años atrás nada más, Mayer no tenía edad para integrar el combinado mayor. ¿En qué andaba cuando Las Panteras jugaron en Río 2016? “¡Mirándolas por la tele seguro! Estaba en Santa Fe, jugando en Regatas y ni me imaginaba en tan poco tiempo estar ahí, siendo una de Las Panteras que clasificaron a Tokio”.
Su carrera deportiva a ella no le impide estudiar. Es por eso que hace la carrera de Nutrición a distancia en la Fundación Barceló. “Va bien, al tiempo que puedo la voy llevando”, comentó.
El margen de crecimiento deportivo es todavía grande. Sobre su propio juego individual, afirmó: “Los aspectos más fuertes son la velocidad del armado, los toques o ataques de segunda. Y los aspectos a mejorar son el bloqueo y la precisión, entre varias cosas más”.
Profesionalización, el próximo paso en Argentina
El éxito en Bogotá del seleccionado nacional sirvió de disparador para poner en agenda un tema muy importante para el voleibol femenino argentino. Su profesionalización. Las Panteras lo piden en las redes sociales junto a otras jugadoras y medios especializados.
Es una medida que ayudaría y mucho este crecimiento en resultados de una disciplina con gran cantidad de adeptas en el país. Hay más de 20.000 chicas federadas frente a 10.000 varones en esa condición en Argentina. Consultada sobre lo faltante para llegar a eso, Mayer respondió: “En primer lugar, una liga más larga que tenga el mayor nivel posible. En los comunicados que salieron también se plantea generar proyectos y programas para que el voley femenino se desarrolle, entre otras cosas”.
Columna
Quien ocupa el rol de armadora en el vóley debe tener, además de precisión para poder dejar el balón cómodo para sus atacantes, la cualidad de ser el cerebro del equipo y llevar adelante el plan de juego necesario que vulnere el bloqueo y la defensa rival.
Siempre se pensó que esa madurez mental se adquiere con el paso de los años, pero la santafecina Victoria Mayer de 18 años nos demuestra que no es así.
Con un sello distintivo desde el saque, y su claridad y precisión en la distribución del balón, lideró a Las Panteras hacia el bronce en los Panamericanos de Lima 2019, y a la reciente clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, disputados en Colombia durante este enero.
Es una verdadera lástima que no podamos disfrutar de su juego en la Liga Femenina de nuestro país, que en su búsqueda de profesionalización ve como Mayer, entre otras, deben emigrar para poder obtener réditos económicos y participar de una liga competitiva que le abra las puertas hacia un futuro profesional en el deporte.
El traspaso de Mayer al Flamengo de la Superliga de Brasil es sólo el primer paso a disputar las ligas de primer nivel del mundo.
(*) Agustín Indelángelo
Periodista y entrenador de vóley