Lionel Messi, capitán del Barcelona de España, terminó abatido en la puerta del vestuario del estadio "Da Luz" de Lisboa, Portugal, tras sufrir la peor derrota de su carrera en el conjunto culé, con el 2-8 ante Bayern Munich por los cuartos de final de la Liga de Campeones.
En una imagen que circuló por redes sociales, a Messi se lo observó sentado en un banco apenas dentro del vestuario, mientras su compañero el arquero alemán Marc-André Ter Stegen, permanecía parado en la puerta.
Todavía con la cinta de capitán puesta en el brazo izquierdo, Messi, que no apareció futbolísticamente para salvar al Barcelona de la catástrofe, sufrió la cuarta eliminación consecutiva dolorosa en el máximo torneo de clubes.
En 2017, por los cuartos de final, Barcelona perdió ante Juventus de Italia: 0-3 en la ida en Torino y 0-0 en el Camp Nou; un año más tarde en la misma instancia lo eliminó la Roma de Italia, que remontó el 1-4 sufrido en España y le ganó 3-0 en la capital italiana.
El año pasado, Barcelona venció en casa a Liverpool de Inglaterra por 3 a 0, pero fue goleado por 4 a 0 en la revancha, en semifinales.
Y ahora, a partido único por el cambio de formato, Messi vivió en carne propia la peor derrota de su carrera en el Barcelona, con el 2-8 ante Bayern Munich.
El mismo conjunto alemán lo había derrota 7-0 en el global de la serie de las semifinales de la Liga de Campeones 2012/13, que hasta el momento era el peor fantasma para la "Pulga" rosarina.
Tenés que leerBarcelona sufrió una goleada histórica ante Bayern Munich, que lo eliminó de la ChampionsOtra dura caída que terminó en alegría fue el 0-4 que le propinó el París Saint Germain en la ida de octavos de final de la Champions 2016/17, que luego los catalanes remontaron en casa con un 6-1 heroico, con dos goles en el tramo final del encuentro.
Ahora, el astro rosarino, de 33 años y que hace algunas semanas atrás había quedado en las portadas por la posibilidad de emigrar del único club con el que jugó en su carrera como profesional, se tomará vacaciones para despejar la cabeza y esperar las decisiones de la dirigencia del Barcelona respecto al futuro.